Autor: RICARDO ZAZO
Siempre que un entrenador toma las riendas de un equipo mira con qué jugadores cuenta, qué capacidad goleadora tiene, qué jugadores defensivo posee y qué esfuerzos hay que hacer para mejorar la plantilla. A partir de ahí, construye su modelo de juego según su tipo de metodología.
Pero a la hora de identificar a un equipo hay que tener más variables que esas, pues eso sería quedarse solo en la superficie. Toca bucear en comportamientos y estructuras que permitan a los jugadores interrelacionarse y llevar los objetivos a buen término. Se suele hablar mucho sobre terminología en estos tiempos que corren, a cada cual con unos nombres más raros que el anterior. Desde aquí vamos a intentar dar algunas pautas en la construcción de un equipo
¿A qué llamamos Motor de Juego?
Entendemos por Motor de Juego a todo aquel jugador o jugadores que pueden crear una estructura sólida de ataque mediante dos variables: el Volumen de Juego y la Velocidad de Balón.
El Volumen de Juego queda expresado como la sucesión encadenada de pases que permite a un equipo organizarse en ataque y la Velocidad de Balón determinaría la precisión y rapidez de los pases.
Así pues, podemos encontrarnos dos tipos de Motores de Juego: Motores de Juego Primario y Motores de Juego Secundario.
¿Qué es un Motor de Juego Primario?
Motor de Juego Primario se puede entender como aquel jugador que vehicula y vertebra la organización espacio-temporal de sus compañeros gracias al Volumen de Juego (eligiendo el tipo de despliegue de su equipo, ya sea por una banda u otra) y a la Velocidad de Balón requerida (decidiendo el ritmo al que debe organizarse). Son jugadores que llevan el peso del equipo en ataque en fase de iniciación.
¿Qué es un Motor de Juego Secundario?
Es el que permite la continuación del desarrollo creado por el Motor de Juego Primario y facilita, gracias al caudal de juego elaborado, asentar la zona de ataque. Hay que remarcar un hecho importante: casi ningún Motor de Juego Secundario puede ser Motor de Juego Primario, básicamente porque sus nociones de conocimiento de juego son menores y cumplen su función a partir de la creación de otro. Ni mejor ni peor, igual de necesarios.
Una vez explicado los comportamientos de las dos piezas más importantes de un equipo a la hora de relacionarse con el balón pasaremos a explicar otros componentes de los equipos, pues la complejidad es grande.
Airear las ventajas
El fútbol tiene dos porterías y hay que meter gol para ganar los partidos. Así que no solo vale con generar volumen de juego, hay que buscar situaciones que permitan meter gol. Para ello, vamos a hablar de unos jugadores básicos para los Motores de Juego, aquellos que usan el tiempo y el espacio sin balón, los que agitan el juego: los Ventiladores.
Los Ventiladores son fáciles de detectar, tienen la voracidad de atacar el espacio rival y ser indetectables para el contrario. Cuando se dan la vuelta, ya están celebrando el gol. Son aquellos que pueden desatascar un partido y con su trabajo sordo hacen buenos a los Motores de Juego.
Por encima de lo humano y lo divino
Pero siempre hay jugadores que brillan con luz propia, jugadores que tienen la intuición necesaria para marcar diferencias. Los que ven el fútbol a cámara lenta. Los que son incapaces de explicarte cómo hacen lo que hacen porque simplemente lo hacen. Y no paran de hacerlo: las Constantes.
No todos los equipos tienen una Constante, pues escasean en el mundo. Una Constante posee características distintas al resto de sus compañeros 1) por sí solo define a su equipo, 2) puede mutar a un jugador tipo Ventilador al entender las necesidades de su equipo, 3) En mayor o menor medida, es capaz de hacer de Motor de Juego Primario o Secundario.
Los grandes olvidados
Pero no todo en un equipo de fútbol son los que generan juego y tienen vocación ofensiva. La organización defensiva tiene un papel importante, lo que podríamos llamar el Armazón. El Armazón lo conforman aquellos jugadores que se encargan de vigilancias ofensivas, ayudas permanentes y que mantienen el bloque compacto a la hora de viajar juntos. Tan importantes como el resto, pero con menos focos.
Podemos poner varios ejemplos de este tipo de patrones que podemos encontrarnos en un equipo de fútbol. Pensemos en Xavi e Iniesta como Motores de Juego Primario en el Barça, igual que lo es Modric en el Real Madrid, Koke en el Atlético, Parejo en el Valencia o Verratti en el PSG. O centrales que proponen iniciar desde atrás, como Piqué o Hummels por poner ejemplos muy claros. Hay otros jugadores, sin embargo, que son muy buenos pero no son capaces de generar volumen de juego, sino que aparecen cuando el equipo ya está organizado, como Motores de Juego Secundario. Pensemos en Rakitic, Pogba, James Rodríguez, Yaya Touré, Isco, Silva… o laterales con influencia como Marcelo o Dani Alves, por ejemplo.
Para los agitadores siempre hay una referencia clara: suelen jugar en posiciones de banda, así podremos encontrar Ventiladores como Pedro, Lucas Moura, Ferreira Carrasco, Jordi Alba o como delanteros, tipo Fernando Torres, Diego Milito o Samuel Eto’o.
Las Constantes son otra cosa, jugadores que son capaces de mantener a su equipo con vida en competiciones con solo su presencia. Jugadores como Cristiano Ronaldo, Neymar, Bale o Eden Hazard marcan diferencias por sí mismos. Pero además hay otros jugadores que tienen un conocimiento profundo del juego. Pelé jugaba de todo, igual que Di Stéfano, Cruyff o Messi. Su conocimiento del juego era enorme y podían ser Motores de Juego Primarios sin bajar sus cifras goleadoras al mismo ritmo que generaban Volumen de Juego.
Y el Armazón de cada equipo tendrá comportamientos explicados por su entrenador, pero su trabajo silencioso debe quedar aquí reconocido. Anclas como Sergio Busquets, capaz de juntarse con los interiores culés sincronizando con Puyol. John Terry y Cahill dominando el área con su presencia; Godín con Tiago y Gabi asentando la idea de Simeone; Matuidi corriendo a tapar espacios o Sergio Ramos vigilando al rival.
Un equipo de fútbol tiene distintos roles en un vestuario, tiene distintos comportamientos e interacciones, pero todo fluye cuando cada uno asume lo que tiene que hacer. Y para ello necesita tres cosas: balón, tiempo y conocimiento de sus compañeros. A fin de cuentas, solo hay un balón y lo quieren todos…
* Ricardo Zazo es entrenador de fútbol.
Fuente: https://www.martiperarnau.com/pautas-para-construir-un-equipo-los-motores-de-juego/