El concepto de hombre libre
“Un jugador es hombre libre, cuando recibe
balón, sin oposición de marca, y además dispone de mucho tiempo y espacio para
generar nuevas cosas. El objetivo fundamental del juego de posición es
encontrar un hombre libre a la espalda de la línea que presiona el balón”.
Dani Fernández
El concepto de
hombre libre es uno de los más manoseados del fútbol. En cuanto un jugador
recibe sin oposición se habla de hombre libre. No digo que no sea así. Desde
luego el hombre libre es el que recibe sin oposición cerca, en una situación de uno
contra cero. Como el propio término indica, es aquel que recibe libre.
Sin embargo, hay que diferenciar las ocasiones en las que el hombre libre
aparece por el propio desarrollo del juego, en las que está libre por tener el
par lejos, de las ocasiones en las que mediante conductas construidas
encontramos al hombre libre. Mientras que en la primera ocasión se es hombre
libre, en la segunda ese hombre libre es generado.
El hombre libre es el grado máximo de
superioridad posicional que existe en el fútbol. Por eso encontrar al hombre
libre es el objetivo fundamental del juego de posición. Eso sí, encontrarlo en
posiciones ventajosas, principalmente por delante de la línea de balón. Nuestro
portero generalmente se encontrará libre, aunque jugar constantemente con él
sería una memez ya que, pese a que sea el hombre libre, no progresaríamos en el
juego y como hombre libre sería muchas veces incapaz de generar ventaja en
beneficio colectivo. Por tanto, si buscamos al hombre libre para que cree
ventajas y haga daño al rival, jugando con el portero no lo conseguiríamos, por
muy libre que se encuentre. Por eso es fundamental encontrar al jugador libre
en situaciones en las que sea capaz de crear desequilibrios. Principalmente a
la espalda de la línea de presión.
Para llegar al hombre libre podremos
utilizar distintas conductas construidas como pueden ser las conducciones para
dividir, la ocupación de posiciones intermedias, fijaciones (también desde
posiciones intermedias), situaciones de asimetrías numéricas, etc.
FIJACIONES
“Es fundamental que los jugadores jueguen
con la intención del contrario, ese es el gran valor. Que el rival sienta que
con tu posición y tu perfil estás eligiendo cualquiera de los lados de su
posible salida”.
Juanma Lillo
Un jugador fija a un adversario cuando con
su posición o acción hace que este se centre casi exclusivamente en él y no
atienda a otros de sus oponentes. Es imposibilitar la actuación de un rival
respecto a mis compañeros. Polarizar su atención para que no se centre o actúe
en lo trascendental dentro del juego. Liberar al compañero de oposición.
“Aclarados por fijación de pares para restar
densidad e impedir ayudas defensivas inmediatas sobre el compañero al que
encontramos”.
Óscar Cano
“Desprender de su rival al que pretenda
pasarle el esférico o, cuanto menos, distanciárselo”.
Óscar Cano
Estas fijaciones no solo sirven para liberar
a un compañero que está actuando directamente en una determinada situación de
juego. Las fijaciones en amplitud son de gran utilidad para la circulación de
balón de un equipo. Ocupar todo el ancho del campo provoca el aumento de las
distancias de relación de los opositores, y en consecuencia la creación de
espacios e intervalos preferentes de progresión. Con las fijaciones en
profundidad el objetivo es el mismo: hacer mayor el espacio que tiene que
defender el equipo rival y así crear espacios, esta vez, entre diversas líneas
rivales. Estos espacios se crean porque a menudo los rivales no quieren optar
por dejar espacio de recepción a nuestros jugadores, por lo que al acercarse a
ellos se alejan entre sí. En caso de no adoptar esta estructura más amplia,
nuestros jugadores tendrían mucho espacio en la recepción, en ocasiones
espacios por delante para progresar, principalmente en las bandas (ya que el
rival cerrará espacios interiores).
“Las fijaciones de defensores sobre
determinadas zonas, como no poseedores (saber sujetarse sin el ansia de
participar con balón) deben interiorizarse como modo de desajustar las
distancias entre defensores”.
Óscar Cano
Para fijar opositores que provoquen la
liberación directa de un compañero podemos utilizar muchos medios o conductas
como la ocupación de posiciones intermedias que capten la atención de dos
adversarios, las conducciones que atraigan al defensor impar, movimientos de
beneficio ajeno…
La ocupación de posiciones intermedias no
solo sirve para conseguir recepciones de aquel que ocupa las intermedias en
condiciones favorables con baja densidad de rivales. También sirve para
conseguir la fijación de esos dos jugadores entre los que nos situamos y así no
permitir que actúen sobre otros de nuestros compañeros. Se produce una
liberación de compañeros y espacios mediante la ocupación de intervalos entre
dos oponentes, de los que captamos su atención sin permitir que se centren en
otros de nuestros compañeros. Así también podemos crear intervalos entre
jugadores fijados por los que intentar penetrar.
“La conducción permite atraer rivales
provocando así la aparición de ‘hombres libres’”
Dani Fernández
“En fútbol cada uno se encarga de uno
excepto el 2×1 de centrales contra punta, de cada equipo. Partimos de nuestro
2×1 y un central sale conduciendo hacia el gol, provocando que un oponente
salga a impedir su progresión, liberando a su par (generación de hombre libre).
¡Peligro! Ante pérdida sufrimos un 1×1 entre punta rival y central. Cada uno
decide”.
Pep Guardiola
Últimamente está muy
de moda el concepto conducir para atraer. La conducción no
solo es un elemento de superación de oponentes desde la búsqueda del uno contra
uno y su desborde, sino también es un gran medio para la fijación de oponentes
y liberación consecuente de compañeros. Esta conducción cobrará más sentido
cuando el defensor par del poseedor haya sido superado. ¿Qué quiere decir esto?
Sencillo: con su atracción fijará al par de uno de sus compañeros, el cual
pasará a ser hombre libre. Es muy habitual ver a los centrales pisar campo
rival en conducción; cuando lo hacen, los puntas rivales ya han sido superados
y es entonces cuando se crea la verdadera superioridad. El equipo rival se ve
obligado a tapar su progresión, así que un defensor sale a su acoso liberando a
uno de nuestros compañeros, que se encuentra por delante de la línea de balón
como hombre libre. Con la superioridad creada, logramos nuestro propósito:
hacer llegar el balón en condiciones favorables a jugadores más avanzados.
“Conducciones, del que tiene la pelota, que
fijan a individuos o bloques completos de defensores, para así hallar rutas de
progresión contrarias a la posición del balón”.
Óscar Cano
Para conseguir dicha fijación mediante la
conducción se puede hacer esta de dos modos distintos:
1. 1- Conducir en busca del defensor impar para provocar su salida al
acoso y la generación del hombre libre pretendido. “Desprender
de su rival al que pretenda pasarle el esférico o, cuanto menos,
distanciárselo”. (Óscar
Cano)
2. 2- Conducir hacia un espacio intermedio entre dos defensores
generando duda y que incluso ambos vayan a impedir la progresión del poseedor,
generando dos hombres libres.
“Hay que provocar situaciones para que de la
siguiente línea me salga un rival, y así poder crear superioridad numérica”.
Juanma Lillo
Se conduce para provocar la salida al acoso
de un defensor impar, al que no buscaremos desbordar sino sencillamente fijar,
es decir, alejarlo lo suficiente de su par o rival directo de modo que no pueda
actuar directamente sobre él, liberando de oposición a nuestro compañero.
Muchas veces, para
la liberación de un compañero se realizarán movimientos falsos con los que no
se busca la recepción propia, sino la atracción y fijación de oponentes para
favorecer la recepción a un compañero, el hombre libre. Movimientos que suelen
ser muy explosivos para captar así más la atención de defensores, hacerles
creer que se busca la recepción y, por tanto, que quieran evitarla. Dice Mikel
Etxarri que “el movimiento es el medio de comunicación en el
fútbol”, y no le falta razón. Con el movimiento se transmiten
mensajes al resto de jugadores, compañeros y rivales. Por tanto es importante
comunicarse bien y engañar al oponente y no a nuestro compañero. Transmitir el
mensaje pretendido desde el movimiento realizado, de modo que consigamos hacer
creer lo que pretendíamos a los rivales, y que sin embargo nuestros compañeros
sean conscientes de la intención real que llevábamos. Fijar a un adversario
supone favorecer las condiciones de compañeros teniendo que empeorar las mías
en esa situación de juego. Ser altruista en las acciones. Como dice Óscar Cano,
comprender la dualidad beneficiario-benefactor.
“Comprensión de la dualidad beneficiario/benefactor.
Hay que saber cuándo moverse para sí mismo y moverse para los demás. Además,
hay que entender que quedarme detenido debe significar que los demás encuentren
mejores posibilidades, o que contenerse en anchura puede convertirme en futuro
hombre libre”.
Óscar Cano
OCUPACIÓN
DE POSICIONES INTERMEDIAS
“La idea madre de todo es ir generando
superioridades a la espalda de la línea que viene a apretar al poseedor de
balón”
Dani Fernández
“Este juego consiste en ir generando
superioridades a la espalda de la línea que te aprieta”.
Juanma Lillo
La ocupación de posiciones intermedias nos
permitirá manifestarnos como hombres libres en muchas ocasiones, al no tener
oposición cercana. Saber ocupar esas posiciones a la espalda de la línea de
presión será clave para el desarrollo de nuestra salida de balón. Mediante las
fijaciones en amplitud y profundidad, más la provocación de avance de la línea
de presión, haremos mucho mayor el espacio entre líneas y favoreceremos su
ocupación y aprovechamiento.
“Algunos no pueden ver más allá de la
posición del balón sin tener en cuenta que si no dominas el espacio no
dominarás el objetivo del juego: marcar más goles que el rival”.
Francisco Ruíz
Beltrán
El jugador que ocupe posiciones intermedias
no estará en el campo visual de la línea a cuya espalda actúa, así que podrá
percibir los intervalos entre ellos preferentes de progresión sin que la misma
línea sea capaz de cerrarlos. Esa es una de las grandes ventajas de los
alejados: mayor campo visual y aprovechamiento de los desajustes de los
cercanos a balón. No solo hay que ocupar un espacio grande, sino que hay que
ocupar aquel espacio al cual sea posible acceder por parte de nuestros
compañeros (al cual sean capaces de hacer llegar el balón). Por ello el jugador
que ocupa posiciones intermedias debe percibir los intervalos de la línea
presionante para que él mismo pueda recibir el balón.
Otro medio para hacer llegar el balón a un
hombre libre es el concepto de tercer hombre. El hombre libre generado
normalmente recibirá en posiciones intermedias.
ASIMETRÍAS
NUMÉRICAS
Las asimetrías numéricas son las situaciones
de desigualdad numérica: 2×1, 3×2, 3×1, 4×2… Las situaciones momentáneas de
juego en las que dispongamos de superioridad numérica nos facilitarán
enormemente la generación de hombres libres. La explicación es sencilla.
Situación de tres contra dos: dos defensores contra tres atacantes (un atacante
más). Fijando a los dos defensores conseguimos que el otro compañero quede
libre.
Fruto de este medio surgió la famosa salida
lavolpiana. Ante igualdad numérica (dos contra dos) en la primera línea de
construcción, un mediocentro se incrusta entre los centrales para generar una
situación de tres contra dos facilitando la aparición de un hombre libre. Tras
juntar en un lado a los dos defensores rivales, se lleva el balón al lado
contrario donde lo recibe el hombre libre, que avanza superando a esa primera
línea.
“Buscar el hombre libre es, por ejemplo, que
los centrales tengan el balón y uno de ellos siempre quede libre porque siempre
tienes un defensa más que delanteros contrarios. En ese caso, Puyol sube, sube
y sube hasta que le sale al paso un rival. Si quien le intenta frenar es mi
marcador, entonces el hombre libre paso a ser yo. Si le sale al paso el
marcador de Iniesta, Andrés es el hombre libre. Y así buscamos la superioridad
en cualquier zona del campo. Haces un tres contra dos, lo ganas y ya tienes el
hombre libre. Avanzamos posiciones”.
Xavi Hernández
* Enric Soriano.
Fuente: http://www.martiperarnau.com/tactica/el-concepto-de-hombre-libre/