Friday, June 1, 2012

Entrevista a Francisco Seirul.lo Vargas.


Entrevista de metodología
y planificación.
Entrevistado: Francisco Seirul.lo Vargas.
Licenciado en Educación Física.
Preparador Físico del F. C. Barcelona.
Profesor del INEF de Cataluña.
Entrevista realizada por: Jesús Cuadrado Pino.
Director de TRAINING FÚTBOL.

Preguntas de metodología
Pregunta.- Para la orientación de la metodología del entrenamiento en el
fútbol, ¿hemos de partir del modelo de juego o de la persona?.
Respuesta.- Si partimos de la observación del juego como modelo cometemos un
grave error, pues todos los modelos de juego son coyunturales, incluso si tomamos
como modelo uno ideal construido por el propio entrenador. Por lo tanto, la metodología
debe ajustarse a lo que la persona es capaz de hacer, categorías que sabe procesar,
dependencia o independencia del campo en sus tomas de decisiones, la predicción o
acomodación a los acontecimientos y demás elementos que configuran su personalidad
competitiva.
P.- ¿Qué es jugar bien?.
R.- Es realizar variadas funciones en el terreno de juego, tenga quien tenga el
balón, que permitan optimizar las condiciones actuales del propio equipo para la
consecución del objetivo, el gol, en los sucesivos e inmediatos episodios del juego, que
por ciertas de aquellas funciones se hubieran inducido. Cuando esto se hace durante
todo el tiempo de duración del partido, se puede decir que ese equipo jugó bien.
P.- ¿Es posible la aplicación de una metodología de trabajo que nos permita
lograr un gran equipo a largo plazo y la obtención de resultados inmediatos?, o
dicho de otra manera: ¿se puede trabajar sentando las bases para el futuro y
consiguiendo resultados en el presente?.

R.- Cuando la metodología se centra en el jugador sí es posible. Pues de una
parte lograremos la optimización de sus capacidades, lo que repercute en los logros
inmediatos del presente del jugador. Si sucede que este jugador tienen un nivel de
optimización superior al de sus adversarios, está en la vía para la obtención de
resultados inmediatos. Por otro lado, cuando esta optimización de capacidades se hace
respetando los procesos personales de auto estructuración, estamos sentando las
bases de la futura evolución del jugador. Es necesario, para todo esto, plasmar objetivos
individuales en la planificación y desarrollar proyectos a largo plazo con fases
inmediatas del proyecto, asentadas en la particularidad de nuestros jugadores.
P.- Dado que el fútbol es un deporte de habilidades abiertas, la metodología
del entrenamiento táctico, ¿no debería basarse en juegos y ejercicios en los que el
jugador tenga que estar buscando continuamente soluciones?.
R.- Así es, pero esta búsqueda debe tener unos “criterios de búsqueda” para que
las situaciones propuestas por el entrenador sean analizadas bajo esos criterios. De
esta forma, el entrenador puede proponer situaciones donde se establezcan variables
que pueden ser tratadas por el jugador según sus actuales capacidades y que de una
forma inequívoca le proporcionen la optimización en una determinada dimensión. Única
forma de poder planificar la práctica por parte del entrenador y controlar el estado de
optimización de sus jugadores.
P.- Las ciencias del entrenamiento que se aplican a la metodología de
deportes individuales, ¿son suficientes para lograr el mejor estado de condición
física en los deportes colectivos?.
R.- Son suficiente soporte para construir sobre ellas las metodologías que se
aplican a esta otra categoría de deportes. La metodología del entrenamiento de fuerza
para un halterófilo, de nada nos vale para entrenar la fuerza del fútbol, pues en este
deporte no se mide el rendimiento por el total de quilos levantados en dos tiempos o en
el total olímpico. Pero los principios de la halterofilia son válidos para todo el
entrenamiento de fuerza para cualquier especialidad deportiva, son por lo tanto la base
sobre la que debemos construir la metodología específica de los deportes de equipo que
requieran fuerza. Lo mismo sucede con la velocidad y demás métodos que permiten
desarrollar esta categoría de capacidades.

P.- El nivel de condición física, ¿juega un papel determinante para el
rendimiento en el fútbol?.
R.- Es evidente, pues la condición física es el resultado y confluencia del estado
de optimización en que se encuentren las capacidades condicionales del jugador. Éstas,
deberán encontrarse en un estado continuo de desequilibrio, producto de su interacción
con el resto de capacidades que configuran la estructura del jugador de fútbol, en un
momento de su vida deportiva, para lograr el máximo rendimiento en ese nivel. El
jugador puede desarrollar las técnicas del juego a lo largo del partido porque tiene el
soporte de las capacidades condicionales, si estas se detienen, si no se ajustan a un
desequilibrio constante, el jugador pierde potencia prospectiva limitando mucho su
progreso en los logros de su juego, disminuyendo sustancialmente su rendimiento.
P.- ¿Cuáles crees que son las verdaderas necesidades de optimización del
rendimiento en el fútbol?.
R.- Optimizar el rendimiento en el fútbol desde la perspectiva del jugador, es
optimizar todas sus capacidades en las dimensiones que requiere esa actividad.
Debemos determinar estas dimensiones en el ámbito de las capacidades condicionales,
coordinativas, cognitivas, volitivas, expresivas... que configuran la estructura del jugador.
Para realizar esas determinaciones disponemos exclusivamente de la observación del
jugador inmerso en la práctica específica que realiza junto a sus compañeros, el
entrenador, el propio jugador y sus oponentes. Por lo tanto, las necesidades se van
creando y definiendo siempre que seamos capaces de ver lo que la práctica específica
nos ofrece, que es todo. ¿O es que no nos muestra necesidades de optimización de
ciertas capacidades de un delantero, el defensa contrario que deja que “le encare”,
dejándole “salir” por su izquierda donde siempre le quita el balón?


P.- En la metodología del entrenamiento en el fútbol, ¿pueden utilizarse en
algunos casos los aportes de las ciencias del entrenamiento para deportes
individuales?, o ¿esto no debe aplicarse nunca?.
R.- Esta pregunta está contestada en parte anteriormente. Si queremos ser
eficientes en las propuestas de entrenamiento, debemos hacerlas desde las
necesidades que el jugador tiene ante la práctica del deporte que esté realizando, pues
esto es lo que han hecho los deportes individuales. Si queremos mejorar la velocidad
necesaria para recibir el balón de un compañero y sin incurrir en fuera de juego,
debemos entrenar la velocidad en las condiciones de variabilidad en que se presentan
estas situaciones de juego, respetando las condiciones metodológicas del
entrenamiento de velocidad, pues esto es lo que han hecho los deportes individuales.
P.- En el fútbol, la mejora de un solo aspecto del rendimiento ¿puede alterar
el rendimiento integral?, es decir, el aumento de una cualidad de forma analítica y
sin entrenar las demás, ¿puede empeorar el rendimiento el equipo en el partido de
competición?.

R.- En términos absolutos sí, pues no hay ningún deporte en el que mejorando
sólo una cualidad entrenada de la forma que sea se pueda rendir. Pero la primera parte
de la pregunta precisa de un pequeño comentario. En primer lugar, fijar un sólo aspecto
del rendimiento, por ejemplo la velocidad, supone entrenar un grupo de capacidades y
sistemas del jugador que confluyen en la mejora de esa cualidad. Desde la perspectiva
del jugador, es optimizar prioritariamente algunos de sus sistemas que le permiten
interactuar con el entorno en una dimensión dentro de los episodios del juego que está
siendo evaluada como velocidad. Este ajuste interno, que continuamente provoca el
entrenamiento, es su Teleonomía, su determinada organización interna de todas sus
estructuras, en vistas a la consecución de cierto proyecto interno. Este ajuste e
interacción entre sistemas o estructuras, debe mantenerse en un desequilibrio constante
para poder estar en predisposición de optimización. Para esto, las situaciones de
entrenamiento no pueden ser analíticas, pero tampoco cerradas ni homogéneas y
obligan a los entrenadores a construir otro tipo de situaciones de entrenamiento que son
también específicas para los deportes como el Fútbol.
P.- Diseñar la forma y la cuantificación de la carga del entrenamiento en el
fútbol en función de la competición, ¿puede significar que el mejor entrenamiento
es un partido de once contra once buscando las mismas condiciones que se dan
en los partidos oficiales?.
R.- Primero deberíamos plantear que los partidos en “casi” situación real a la de
competición durante los entrenamientos deben ser utilizados únicamente como síntesis
de los procesos de optimización diseñados en el ciclo de entrenamientos previos a la
realización de esa sesión-partido, puesto que éste es un medio muy válido para evaluar
la conformación e integración de aquellos procesos a la simulación de competición.
Debemos decir además que, sólo utilizando el tiempo como cuantificación de la carga de tales partidos, estamos desaprovechando innumerables otros elementos que pueden
aportarnos conocer valores cualitativos de las adquisiciones del jugador. Por lo tanto, no
es el mejor entrenamiento, porque si su supuesto objetivo era reproducir las condiciones
de la competición, no lo logra y el mejor entrenamiento es aquel que logra reproducir
fielmente una situación para que el jugador que participa en ella optimice ciertos
sistemas que son reconocidos inequívocamente, como de participación necesaria para
resolver esa situación propuesta. Es un entrenamiento bajo el método de competición
que por ser muy específico, su utilización debe ser sopesada como la de cualquier otro
método de entrenamiento y así indicarlo en los programas planificados de
entrenamiento.


P.- Es correcto el calentamiento en el fútbol, tal y como se realiza ahora, de
manera estandarizada?.
R.- El calentamiento es la introducción a una práctica física de entrenamiento o
competición. Los calentamientos estandarizados solo pueden ser utilizados previamente
a la competición, cuando se ha comprobado que es la mejor propuesta a la
individualidad ¡¡Este es mi calentamiento!! Los calentamientos para las sesiones, deben
mantener una pequeña parte de “alerta fisiológica” propia del jugador individual y luego
otra parte adecuada a las demandas de los contenidos de la sesión que se realice, por
lo tanto no estandarizado.
P.- ¿Qué parámetros hay que tener presentes para lograr el verdadero
estado de forma deportiva en el fútbol?.
R.- El definir el estado de forma en un deporte de equipo, entraña cierta dificultad,
pues la evaluación del estado de forma ha de hacerse desde un paradigma ecológico y
no sólo del simplista tradicional realizado por métodos cuantitativos referidos al
resultado. Partimos desde el conocimiento del nivel de Teleonomía de nuestros
jugadores y utilizamos el método hipotético-deductivo consensuando lo más posible con
lo que la realidad nos informa y somos capaces de procesar. Así debemos plantear
hipótesis sobre el estado de forma de nuestros oponentes y deducir las implicaciones
que ello tiene sobre la planificación del entrenamiento de nuestros propios jugadores
implicados. Debemos contrastar las hipótesis de nuestro proyecto inicial, sobre los
objetivos en las diferentes competiciones en que participamos, con el estado actual de
la competición que nos ocupa, para deducir las estrategias más convenientes de
nuestro entrenamiento, para no afectar al resto de las sucesivas competiciones.
Debemos hipotetizar también sobre cómo los medios valoraron nuestra última
participación en esta competición y cómo lo hace nuestro propio club, para deducir el
alcance de tomar riesgos en la planificación de los contenidos o no hacerlo. Todas estas
premisas, y algunas más, deben ser tenidas en cuenta para comprender y poder lograr
el verdadero estado de forma del jugador, que debe atender al propio nivel, al de él
respecto a sus compañeros, al de sus oponentes, a las exigencias de la competición y al
que esperan el entorno socio-cultural de ese momento. La definición simplista
cuantitativa por el resultado alcanzado, es la del aficionado que acude al campo, el
técnico y su equipo, debe utilizar el paradigma ecológico para poder controlar el estado
de forma y cuantificarlo en cada uno de estos ámbitos, diseñando medios específicos
para alcanzarlo.
P.- ¿Qué tipo de metodología ha de emplearse para lograr un estado de
forma homogéneo de todos los jugadores del equipo, o no es necesario buscar
ese estado de forma homogéneo?.
R.- No es necesario un estado de forma homogéneo para todos los jugadores,
asunto que es además imposible. Atendiendo a las premisas de la anterior pregunta,
debemos lograr un estado de forma adecuado y suficiente, no el óptimo ni homogéneo
para todos, pues cada jugador debe resolver distintas situaciones durante el partido y
aunque sean las mismas no tendrá que realizarlas en los mismos parámetros espaciotemporales
que cualquier otro jugador de ese mismo partido, lo que modifica
sustancialmente sus necesidades de forma deportiva
P.- ¿Un futbolista con un nivel condicional muy bajo, o en baja forma, puede
resolver de una manera eficaz funciones específicas en un puesto determinado, y
hacerlo con un buen rendimiento para el equipo?.
R.- Si entendemos el estado de forma desde la evaluación por el resultado, los
jugadores que por su demarcación en el campo tienen como función la realización del
tanto, pueden, de manera esporádica, ser determinantes para la consecución del gol de
la victoria y lograr el buen rendimiento del equipo aun estando en un penoso estado de
forma, que al menos deberá permitirle ejecutar un cierto número de funciones eficaces.
Desde la perspectiva Ecologista, esto es un planteamiento no deseable, que a la larga
destruye el rendimiento del equipo, a no ser que en el proyecto inicial se contemple esta
opción y sea aceptada por el equipo y la entidad deportiva.
P.- ¿Cómo pueden integrarse el desarrollo de las capacidades biomotoras y
de las habilidades motrices generales para transferirlas en elementos específicos
para la competición en el fútbol?.
R.- Los procesos de transferencia son en la teoría científica muy problemáticos y
además todas las llamadas habilidades y capacidades biomotoras generales tienen, en
el mejor de los casos, un más largo camino de transferencia, si lo hubiera, que las
específicas. Este tiempo de transformación largo no existe en los deportes de largo
periodo de competición, por lo que deben ser desechadas de la práctica del
entrenamiento en estos deportes, que no permiten estar en un cierto grado de forma
general, nada rentable en las continuas competiciones de su largo periodo de
competiciones.



  
Preguntas de planificación
P.- La planificación del entrenamiento en el fútbol, ¿puede seguir un modelo
predeterminado, o hay que planificar en función de la adaptación del futbolista a
las tareas del entrenamiento y en función de su aprendizaje de las acciones
tácticas planteadas?.
R.- La planificación contempla una relación de acontecimientos de entrenamiento
de un deportista o grupo de jugadores, que los construye el entrenador al objeto de
optimizar las cualidades de sus discípulos. Si es una buena planificación, esas
previsiones que realiza el entrenador, están ordenadas bajo diferentes criterios, unos de
ellos son predeterminados y muy rígidos, pues aseguran que los contenidos están de
acuerdo con los principales y comunes objetivos por lograr. Otros, que también están
propuestos, tienen que realizarse individualmente pero bajo condiciones acomodadas a
diferentes criterios, como resultados, adaptación o validez..., dado que atienden a
objetivos particulares y no pueden obstaculizar el logro común del anterior criterio, sino
que por su plasticidad se moldean para cooperar desde la particularidad al logro de los
objetivos prioritarios.
P.- En el fútbol hay un gran número de competiciones (partidos) al año y
están distribuidas a lo largo de casi once meses, ¿en qué medida condiciona esto
a la planificación de cada temporada?.
R.- Condiciona totalmente la planificación y creemos necesario construir una
propuesta específica para los deportes de esta categoría, pues las propuestas
tradicionales no contemplan este diluvio de competiciones en un solo ciclo de
entrenamientos.
P.- La teoría del entrenamiento indica que el estado óptimo de forma no
dura mucho tiempo, sin embargo, en el fútbol hay que rendir al máximo casi todo
el año, ¿se puede elaborar una planificación específica en el fútbol que asegure el
mantenimiento de un estado ideal de forma durante casi toda la temporada?.
R.- Como hemos expuesto en anteriores preguntas, es necesario construir una
planificación específica para el fútbol y el grupo de deportes de parecidas
circunstancias. La solución es mantener al jugador en un alto estado de forma, por
debajo del óptimo, durante toda la temporada y en situaciones puntuales acceder al
estado óptimo para regresar al nivel anterior. La planificación por micro-estructuración,
que durante más de 15 años llevamos construyendo y probando en diferentes deportes,
pretende estos resultados y es una buena respuesta a las necesidades de este grupo de
deportes.
P.- ¿A qué te refieres cuando dices que la planificación del entrenamiento
en el fútbol ha de ser planteada desde la perspectiva del jugador y no desde el
rendimiento en la especialidad?.

R.- En parte está contestada en la primera pregunta y es que en las
planificaciones de los deportes individuales y por extensión a los de equipo, se hacen
propuestas muy cerradas, se intenta que “este jugador” se adapte “al jugador” que
teóricamente se ha construido por la experiencia de un grupo de entrenadores, que bajo
la justificación de la ciencia lo proponen como modelo ideal de jugador para la práctica
de ese deporte. El jugador que se adapta a ese modelo, es quien rinde, según ellos,
más en ese deporte. Es decir, el modelo del jugador se construye desde el deporte, a
partir de como ciertos entrenadores interpretan el deporte suponiendo que su
interpretación es la única, la mejor, sin darse cuenta que esa construcción en la mayoría
de casos la realizan con la experiencia acumulada por el éxito de un jugador o en el
mejor de los casos por un grupo de jugadores que tuvieron éxito siguiendo ese modelo
por él o su grupo construido; Sin reparar, o acaso sí, en que sólo triunfan con él cierto
perfil de jugadores que son los que por casualidad tienen muy parecida bioestructura a
aquellos. El resto según ellos no valen para ese deporte. Así se han malgastado
muchos deportistas que fueron muy disciplinados y siguieron a rajatabla tales
planificaciones no adecuadas a sus capacidades. Por ello muchos jugadores con “otros
talentos” no encajan con ciertos modelos de planificación propuestos por ciertos
entrenadores y si lo hacen con otros. Creemos que el entrenador debe por ello construir
sus propuestas desde las necesidades que tiene el jugador y no desde una premeditada
concepción del deporte por muy elaborada y justificada que se tenga.
R.- ¿El periodo de cada semana es el único ciclo de entrenamiento que
puede tenerse en cuenta durante la fase competitiva, en el fútbol?.
R.- Según la propuesta de micro-estructuración la semana es la unidad
fundamental de la estructura de esa planificación, pues el jugador necesita adecuar sus
procesos de optimización para poder rendir a un suficiente nivel, uno o dos días dentro
de ese micro ciclo semanal.
P.- ¿Para diseñar la planificación es necesario conocer con antelación el
calendario de competición, en relación a los equipos a los que nos tenemos que
enfrentar en cada fecha; o este dato no tiene trascendencia?.
R.- El calendario de competición se conoce ya antes de hacer el Proyecto de
Entrenamiento. El Proyecto de entrenamiento debe adecuar sus estrategias y objetivos
a dicho calendario, para lo cual hay que hacer estimaciones y supuestos, no sólo sobre
el calendario, sino también sobre la forma de confeccionar y utilizar la propia plantilla de
jugadores, la elección de los sistemas de juego por utilizar, la tecnología disponible, la
funcionalidad del equipo de entrenamiento..., con todo ello organizado en fases, se
puede iniciar la Planificación que por supuesto se verá influida por la competición, pero
la mayor influencia debe ser la de satisfacer las necesidades de optimización de los
jugadores, frente a las exigencias del rendimiento competitivo durante la larga
temporada competitiva.
  

Preguntas de tests de evaluación
P.- En el fútbol, ¿pueden realizarse tests de control del entrenamiento
objetivos?.
R.- En el fútbol, como en cualquier deporte, se pueden realizar test objetivos pues
la objetividad es necesaria para superar los criterios de calidad y que el test pueda ser
validado. Para controlar el entrenamiento deben realizarse observaciones objetivas
sobre ciertas condiciones de las propias tareas de entrenamiento que realice este grupo
de jugadores y que son consideradas como muy útiles para reconocer el nivel de
optimización logrado en aquellos sistemas que permiten esa realización a cada jugador.
No hace falta ningún otro test.
P.- ... Y ¿tests objetivos para el control de los partidos?.
R.- Sólo hay que establecer unos criterios de observación y entrenar a los
observadores para realizar la observación y el registro bajo esos criterios. Después se
deberá hacer un tratamiento estadístico de esos datos registrados para sacar las
conclusiones oportunas. Lo realmente interesante es qué observar y la utilidad de las
conclusiones de esas observaciones realizadas y no si el coeficiente de objetividad es
de 0,65 o de 0,90 de este o aquel test.
P.- ¿No crees que los jugadores no se motivan en los tests de esfuerzo que
se realizan en el laboratorio, no se esfuerzan para llegar a su máximo umbral de
trabajo y, como consecuencia de ello, nos encontramos con que estos tests no
nos valen de nada, porque no nos dan ninguna referencia válida?.
R.- Es difícil, pues lo ven demasiado lejos de su práctica en el campo. Pero este
no es sólo el motivo por el que este tipo de test puedan ser o no válidos para el diseño
de las cargas de entrenamiento. Si nosotros utilizamos métodos generales, estos test
son muy útiles, pero si nuestra propuesta es utilizar métodos especiales, estos test no
nos valen, pues miden cualidades genéricas. Lo mismo nos sucede en distintos test de
campo. Debemos ser coherentes para saber que queremos que nos den los test y no
pedir lo que no nos pueden dar, o lo que es peor, mediatizar nuestra práctica
simplemente porque un test nos indica un dato cuya interpretación confunde nuestras
decisiones respecto el entrenamiento que debemos realizar. ¿Verdad que por el ruido
que hace un motor al ralentí analizado por el mejor audímetro no podemos predecir su
rendimiento en las 24 h de Daitona?.
P.- ¿Qué mecanismos de control podrían establecerse en el fútbol para
cuantificar la evolución del equipo y su rendimiento, de una manera objetiva?.
R.- Lo primero es determinar qué queremos controlar, definido el objetivo se
pueden articular los procedimientos, diseñarlos y utilizar o establecer los medios
tecnológicos necesarios. Después está el tratamiento que se haga del material logrado
con esos procedimientos. Si quieres controlar el rendimiento, debes definir que es ese
concepto y diseñar los procedimientos para ese control. Si en tu filosofía la evolución del
equipo es sinónimo de rendimiento es diferente a que si las evoluciones son
consideradas como variables situacionales o son variables comunicativas o son estadios
inestables para acceder a otros más estables... Es decir, cada forma de comprender y
definir el juego determinará los mecanismos de control más eficaces.
P.- ¿La calificación del jugador sólo puede determinarse por su nivel de
actuación durante las acciones específicas de cada partido, o hay otros medios de
evaluar objetivamente al futbolista?.
R.- La calificación estricta de su actuación durante el juego, se debe evaluar a
través de su actuación durante el juego, es decir, por sus acciones específicas en cada
partido y deberán establecerse criterios claros para que esa observación sea de
aspectos cualitativos, cuantitativos, en valores de técnica, táctica, emotivos o del campo
de actuación que se le haya encomendado y luego de haberlo comprendido el jugador.
Muchas veces la calificación del jugador es una calificación del proceso de
entrenamiento realizado pues si en éste no hay propuestas de conceptos inequívocos y
practicados desde la variabilidad y la variación, posiblemente el jugador en el campo
será incapaz de ejecutarlos y será negativamente valorado.
P.- ¿Para cuantificar la prestación del equipo en cada partido y valorarla
adecuadamente, son útiles las anotaciones del número de acciones realizadas?.
Es decir, ¿son datos relevantes el número de realizaciones de pases cortos, pases
largos, conducciones, regates, tiros, remates de cabeza, despejes,
interceptaciones, desviaciones, robos de balón, etc.?. ¿Tener anotadas estas
acciones y poseer una estadística de estos datos, nos puede servir de algo a la
hora de planificar el entrenamiento o de corregir posibles deficiencias del
equipo?.
P.- Cuantificar la realidad así, es descontextualizarla y los datos
descontextualizados no nos valen para evaluar o tomar decisiones sobre un individuo o
un proceso. Debemos estudiar el fenómeno en la situación que se produce, definiendo
claramente la realidad de esa situación. Hay que investigar los componentes de esa
situación, para concluir en los elementos que debemos observar, los que entendemos
son más significativos, los más directamente responsables de que esta situación se
haya dado en esos términos y no en otros. La primera propuesta es del paradigma
tradicional, que sólo utiliza métodos cuantitativos, la propuesta del fútbol debe ser el
paradigma naturista, que utiliza métodos cualitativos, incluso el conocimiento tácito no
fácilmente comunicable y que en muchos casos rige la práctica competitiva sobre todo
cuando hay contacto directo con el oponente y con tus propios compañeros. ¿O es que
alguien que haya jugado al fútbol valora igual una pérdida de balón de 1x1 de un
delantero que la de un defensa que deja al delantero contrario en posición de marcar?.
P.- ¿En el proceso de control del entrenamiento, pueden sernos útiles las
valoraciones subjetivas de los propios jugadores, realizadas antes, durante y
después del entrenamiento?.
R.- Todos los procesos de control y de evaluación deben ser previamente
ensayados por quienes los vayan a realizar. Entendemos que durante los
entrenamientos debe entrenarse la auto-observación y auto-evaluación, así como el
momento y la forma de comunicación de las observaciones así realizadas. Estas
valoraciones subjetivas deben ser entrenadas y deben contrastarse con las que hace el
entrenador y la que hace cada jugador de los otros jugadores. Sería extraordinario que
concurriera en ella también la de los jugadores contrarios pero esto es aun más inviable.
Si el entrenador y los jugadores tienen claros los criterios de observación, sólo falta
decidir el momento y la tecnología que utilizaremos para cruzar esa inestimable
información que con toda seguridad es tan valiosa para la optimización del jugador
como su propia práctica, porque sólo a través del conocimiento racional de nuestras
acciones, estamos en vías de poderlas modificar en otras actuaciones y de eso se
trata..., por ello consideramos muy válidas este tipo de valoraciones si cumplen con los
criterios arriba indicados.


                                   Óscar Méndez Albano.

Sunday, May 27, 2012

“La Salida desde el fondo LaVolpiana en la fase de construcción”.



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Conocido a nivel mundial y más específicamente en Europa el modelo de juego del F.C. Barcelona, donde se busca siempre el protagonismo, el tener siempre posesión del balón por períodos largos de tiempo, control del juego, del rival y de la situación mediante un gran juego posicional, movilidad y gran circulación del balón a ritmos muy altos donde el balón circula a gran velocidad impidiendo la basculación defensiva rival. Lo acabamos de ver en la final de la copa del rey por ejemplo hace días. Se hace mucho hincapié en la fase de construcción del juego en la Organización Ofensiva.
Conocido es como mencionamos el MDJ del F.C. Barcelona y de  Guardiola y la fase de construcción desde el fondo con los dos centrales a los costados (en los picos) del área mayor, los laterales bien abiertos (pegados a las dos rayas laterales)  y arriba incorporados al centro del terreno de juego, un medio centro colocándose entre los dos centrales y luego el resto formando diversas líneas horizontales y verticales de pase ofreciendo apoyos y sostén constante, manejando de gran forma el concepto o principio ofensivo de juego de la “cobertura ofensiva”.

Mucha gente identifica esta estructura como la maqueta arquitectónica del F.C. Barcelona pero analizando más detalladamente esta estructura tiene más que ver con un entrenador Argentino, quizás no tan conocido aquí en Europa, con quien Guardiola y Lillo conocieron en su aventura Mejicana cuando el catalán era futbolista en sus últimos pasos y Juanma Lillo lo dirigió a este en Méjico, y el Argentino estaba al frente de la Selección Mejicana.

Luego más adelante en el mundial de Alemania el Catalán, hace mención a este aspecto en una nota que escribió para el periódico  El País, la forma en que Méjico vence 3-1 a Irán en la Copa del Mundo.
"Ricardo La Volpe ha escogido que su defensa salga jugando (...) para que jugadores y pelota avancen juntos al mismo tiempo. Si lo hace uno solo no vale, han de hacerlo juntos, como lo hacen los novios cuando salen juntos", firmó Guardiola embelesado.
Guardiola agrega: "En el partido frente a Irán, Rafael Márquez, Ricardo Osorio y Carlos Salcido, ejercieron de alumnos aventajados. Los tres son maravillosos generando juego. Me viene a la memoria que un día, escuchando a Johan Cruyff, contaba que los jugadores más importantes para que un equipo juegue bien con la pelota en su poder, son sus defensores. Si sales bien, puedes llegar a jugar bien; si no lo haces, no hay opción".
A partir de esa declaración, hay quienes vinculan a Guardiola y su Barcelona de este gusto futbolístico, podría tener sus cimientos y una marcada influencia de la doctrina LaVolpista.

El 30 de julio de 2009, un  reportero habló del tema con Guardiola en su estadía en Los Ángeles, durante la gira veraniega del Barcelona.
La Volpe nunca tuvo tiempo para recibir a Guardiola y charlar de futbol con él. 
Bielsa sí lo tuvo en su encuentro de ambos en Argentina.
Esta fue la respuesta del entrenador catalán a ese reportero en un hotel de Beverly Hills.
"No tuve suerte de conocerlo (a La Volpe). Lo intenté cuando estuve en Méjico, pero él estaba ya muy ocupado con la selección Mejicana".
"Pero sus equipos siempre juegan muy bien, con un sistema muy especial, juegan con un sistema de cinco, pero su construcción de la línea defensiva, su primera opción de salida al frente con el balón, es de las mejores que he visto, dejó un sello identificativo en los equipos que dirigió y en la selección, en el país, y es muy importante cuando llegas a un sitio y heredas algo, es importante", comentó Guardiola.

 El objetivo es ensanchar el equipo para lograr ocupar el mayor espacio posible, dificultando lo más posible la presión rival, los centrales y el medio-centro intentarán salir combinando con los laterales y los interiores para intentar conseguir una salida de balón lo más limpia posible.

Esto se hará mediante varios sub principios relacionados a la escuela de Cruyff fundamentada en la idea y filosofía del ex entrenador Holandés que es una extensión a su vez de la idea  de Rinus Michel (entrenador Holandés y padre del fútbol total).

 Esto, a priori puede parecer sencillo de realizar pero entraña diversas dificultades e impedimentos que deben ser estudiados y analizados previamente:
-Todos los jugadores involucrados en este recurso, tienen que tener una técnica depurada, en la circulación rápida está la clave de que salga bien, si esta no se logra corre serio peligro de fracasar la posesión del balón y por ende el éxito de esta forma de jugar.
 -Se retrasa el posicionamiento del equipo, el balón va a circular durante un tiempo por el borde del área propio, aumenta la posibilidad de un robo por parte del rival que tendría consecuencias fatales.

-Todas las piezas tienen que estar perfectamente ensambladas, cuesta mucho trabajo y entrenamiento hasta poder llevarla a cabo, sólo en un equipo que tenga estabilidad en su cuerpo técnico o, en eso que se suele llamar estilo, puede aspirar a intentar realizarla.

-Los jugadores deben tener mucha personalidad para jugar de esta forma siempre, sin importarles la situación. Creer ciegamente en lo que estan haciendo.
Como ejemplo podemos poner el error de Valdes frente al Madrid, donde Guardiola elogió como el mismo siguió jugando el balón desde el fondo de la misma forma a pesar de haberse equivocado y permitido al Madrid ponerse por frente en el marcador .
“Valdés estaba tranquilo y tras el disparo siguió jugando el balón con los pies, a pesar de que había cometido un error”. El F.C. terminó ganando al Madrid en ese encuentro.

-Debe haber una ocupación muy racional del terreno de juego, ofreciendo muchas líneas de pase a lo largo y ancho del terreno de juego para ejercer apoyo y sostén constante al compañero en posesión del balón.

-La circulación del balón debe ser muy rápida, moviéndose la misma rápidamente de zonas mediante muchos pases cortos que nos permitirán avanzar en bloque.

-Debe haber una correcta orientación corporal, de espaldas a las bandas, para poder recibir el balón y estar siempre orientado y teniendo buena visión de juego.

-Debe haber una constante movilidad, los jugadores más adelantados deben buscar constantemente el juego entre e intra líneas del equipo rival.

-La progresión siempre se hará de forma colectiva, siempre se se avanza en forma colectiva y no haciendo desmarques de ruptura en forma individual.

-La movilidad existirá pero dentro de cada espacio, intentando que haya un gran desgaste físico del rival frente a esa circulación, y nuestro equipo no se desgaste de la misma forma porque como se sabe "la pelota no se cansa, los jugadores sí". Como dice Cruyff, "se debe correr sí, pero lo justo"


-Existen distintas variantes de realizar este recurso, dependen, en gran medida, de las características del medio-centro que tenga el equipo, por ejemplo, el Barça emplea habitualmente a Busquets en este rol, un especialista en el pase en corto y el primer toque.

-El Real Madrid C.F. sin embargo, tiene a Xabi Alonso como pivote, uno de los mayores especialistas en pase largo del mundo, como resultado de esto el Barça tiene una salida más elaborada de balón mientras que el Real Madrid puede aspirar a un juego más directo, ya que el rango de pase de Alonso es muy amplio y emplea muchos  cambios de orientación buscando aislar a los extremos (Cristiando Ronaldo, Di María o incluso Ozil cuando cae por esas zonas).

-Ejemplos de equipos que, habitualmente o en alguna ocasión han intentado este recurso en la liga española son: el Barça de Guardiola, con Busquets de mediocentro, el Real Madrid de Jose Mourinho con Xabi Alonso de mediocentro (y Sahin, aunque casi no utilizado, en la recámara, capaz de ejercer un rol similar al de Alonso), el Athletic de Bilbao de Marcelo Bielsa, con Iturraspe, Javi Martínez o De Marcos de medio-centro, el Villareal cuando estaba Garrido de entrenador, con Bruno de medio-centro y el Espanyol de Pochettino, con Javi Márquez de medio-centro.

 No deben confundirse  los elogios de Pep con el hecho que  el Lavolpismo,  pueda ser la piedra angular de este Barcelona memorable.
Sin lugar a dudas la propuesta de Guardiola y el F.C. Barcelona, junto con esa particular forma de percibir y sentir el fútbol del padre de toda esta idea, Johan Cruyff aportan muchísimos aspectos y lo hacen una propuesta tan rica y atractiva para los amantes de este deporte a nivel mundial, mucho más rica, sofisticada y completa en nuestra opinión que la del Argentino.
Pero es indudable el aporte de este entrenador, (ex jugador de Argentina en la selección campeona del mundo de Cesar Luis Menotti en el mundial del `78) como lo es el de Ricardo La Volpe al modelo de juego de Pep Guardiola al frente del F.C. Barcelona en este aspecto.

Óscar Méndez Albano.



Wednesday, May 23, 2012

Mourinho y la Periodización Táctica.




Su filosofía de Entrenamiento.
El proceso de entrenamiento debe ser visto como un proceso único, personal y siempre en el fondo, lo que queremos es reproducir el juego que pretendemos y el cual nos identificamos. La visión del proceso del conocimiento sobre el mismo  nunca es un proceso acabado/completo, “crece y se desarrolla de acuerdo a las necesidades que la propia imprevisibilidad del proceso exige.” (Faría. 2006: 17).
Se trata de un problema complejo, estudiado y provisorio, aunque por encima de todo, sin acabar, una vez que la imprevisibilidad del juego coloca constantes y continuos problemas que exigen resolución.
Según Faría (2006: 17) una filosofía y “dar cuerpo a la inteligencia, a la imaginación y creatividad, y para eso es necesario que el proceso contenga una relación entre la referencia ideológica y el ejercicio.
El ejercicio y el entrenamiento  terminan por ocupar un lugar de destaque para que ocurra una evolución pretendida en el juego. A través de estos, se pretende crear un conjunto de hábitos e intenciones, haciendo “consciente y después sub consciente un conjunto de principios de forma de exponer una determinada forma de jugar”. (Faría 2006: 17).


Lo que no queremos olvidar es que se trata de un proceso único, esto es, cada uno construye su proceso! Por lo tanto, no existen “formulas secretas” que se puedan reproducir para “imitar” el proceso, mucho menos el resultado. Lo que se pretende aquí, es extraer su visión general del proceso, en el sentido de identificar lo que les distingue de los demás.
Según Mourinho, “lo más importante en un equipo es tener un Modelo de Juego, un conjunto de principios que le den organización al equipo” (Mourinho, 2006; citado por Oliveira y col 2006: 93-94). Esto es, es importante definir determinada forma de jugar, o sea, definir el Modelo de Juego (MDJ) para el equipo, que será personal y único y a partir de ahí entrenar siempre en función del jugar que se pretende.
Relativamente al MDJ, es constituido por principios de juego  concebido por el entrenador, que son un conjunto de referencias, colectivas e individuales, de acción y comportamientos que llevan a que los futbolistas jueguen colectivamente. A través  de estos es posible hacer aparecer con regularidad la coordinación colectiva – organización del equipo.
La organización del equipo surge si el conjunto de principios fuera lo referencial para la conducción del proceso de entrenamiento y del juego. Solo a través del respeto sistemático por ese conjunto de valores o principios, es que los jugadores serán capaces de “pensar y actuar en simultaneo a cada variante del juego, como un equipo” (Mourinho) o sea, pensaran con la misma intención al mismo tiempo.
Mourinho entiende que los principios de juego son las partes del todo que es el jugar. De ahí que, la construcción de la forma de jugar pretendida que sea hecha estilizándola y enfatizando en determinados principios y en la articulación entre ellos, aunque respetando siempre el “reducir sin empobrecer” (será abordado más adelante).
A través del entrenamiento se procura por lo tanto, “operar en la idea clave, esto es que el entrenador encuentre ejercicios que induzcan a su equipo a hacer  lo que hacen en los encuentros” (Mourinho citado por Oliveira 2006: 36).
  
En el centro del “saber entrenar” está el conseguir transmitir las ideas de juego del entrenador y de los jugadores, de ahí que la concepción del entrenamiento valorice la forma de jugar pretendida, esto es, la organización del juego deseada.
Los ejercicios desempeñan un papel importante en esta metodología, una vez que permitan dirigir una adaptación para la adquisición jerarquizada de los principios de juego. Estos son preparados a priori y después repetidos varias veces y verificados, en el entrenamiento y competición, si los comportamientos del equipo son los adecuados, se puede reajustar/rectificar posteriormente.
En esta metodología de entrenamiento, lo fundamental  en la cuestión de cuantificación del trabajo es “la selección/construcción del complejo de ejercicios que le permiten vivenciar y adquirir como postura, actitudes, hábitos, esto es, como comportamientos, los principios de juego que desea para el jugar del equipo” Oliveira 2006.


Oliveira y cols. (2006:150) consideran ser reductores habituales los efectos del entrenamiento por volumen e intensidad, una vez que, de esta forma, se omitirá una de las características más importantes del proceso adaptativo: “la transformación de las características cualitativas de los estímulos externos que actúan sobre el organismo en características internas del propio organismo”. Según estos autores, los efectos de adaptación están con los estímulos que los provocan, de ahí la importancia de  “ser específico” y no  ”meramente  cuantitativo”.
Cuanto más específico sea el estímulo externo (identificado con la forma de jugar pretendida) mas cualitativo será.
En lo referente a la adaptación al proceso de entrenamiento, Mourinho afirma que solo si entrenamos ese “jugar” pretendido, siendo necesario subordinar todo ese proceso a la vivencia de los principios que sustentan esa forma de jugar, esto es, entrenar en Especificidad.
Mourinho no solo no cree en los “picos de forma” anunciados en las periodizaciones tradicionales, como también considera en razón de su trabajo la alternancia entre volumen e intensidad de trabajo propagados por la misma metodología, valorizando apenas la metodología, valorizando apenas la intensidad, más exactamente – Intensidades Máximas.
La “intensidad del esfuerzo” defendida aquí no es sinónimo de cargas físicas elevadas, estando asociada sobretodo a la complejidad, en exigencias de concentración decisional- Intensidad de concentración. “Una de las cosas que se  hace en el entrenamiento para que sea más intenso es la concentración exigida” (Mourinho citado por Oliveira 2006:43).
Esta preocupación se debe al hecho de considerar a la fatiga del Sistema Nervioso Central y es tan o más importante que la fatiga física. También aquí esta la visión del todo y no la de sus partes.
Este entrenador defiende una perspectiva del entrenamiento que coloque en “interacción todas las dimensiones ligadas a la organización y preparación táctica” (Mourinho citado por Oliveira 2006: 36). No se trata de aclarar cualquiera de las dimensiones del juego, aunque si de subordinarlas a lo que es fundamental- a la organización del juego. No solo se defiende que el fútbol es globalidad, sino que el jugador y el trabajo que se hace, de ahí que no se separen las dimensiones física, técnica, táctica y psicológica y entrenar según un concepto que el llamó “inter-conexión  de todos los factores, donde trabajamos todo en simultaneo, inclusive el factor emocional” Mourinho citado por Oliveira 2006:40). Lo que esto significa es que Mourinho entrena la forma de jugar pretendida- el juego- con todas las dimensiones en constante interacción, ya  que la desintegración acarrea una descontextualización del jugar que se pretende alcanzar.


Se percibe de su discurso que cualquier acción técnica o física esta siempre subordinada a una intención táctica.
Para este entrenador es importante percibir la diferencia entre táctica y trabajo táctico. Lo primero es visto en forma aislada, siendo un ejemplo de discusión, por consiguiente en lo segundo el equipo a lo largo de la semana es preparada tácticamente a través de ejercicios que potencian aquello que se pretende llegar. Esta segunda opción es la más difícil de poner en práctica y no siempre es respetada por aquellos que afirman seguir los principios de la Periodización Táctica.
A través del trabajo táctico, se busca que los jugadores adquieran un conjunto de comportamientos  (principios de juego que dan cuerpo al MDJ) y que estos se manifiestan con regularidad en competición. Para la adquisición de esta cultura conductual específica, que forma una identidad de equipo y permite que su organización surja con regularidad, es necesario el aprendizaje por encima de todo, todo el tiempo. Por tanto, no podemos alterar constantemente, de encuentro a encuentro y en función del rival, aquellos que son nuestros comportamientos fundamentales (principios de juego).
A pesar de ser verdad que Mourinho estudia minuciosamente  a los rivales, el nunca pierde de vista aquello que es su MDJ. En el caso de valorar excesivamente el lado estratégico, correría el riesgo de alterar su concepto de juego. Cuanto más reciente sea la construcción “del jugar” que se pretende, menos se debe tener en cuenta este aspecto estratégico, una vez que es más sensible  a “factores extraños asociados al caos” (Oliveira y cols 2006).
Esta metodología de entrenamiento no pretende dar soluciones. Indica caminos que permiten llegar más rápidamente al “jugar” que se pretende. “Es más un arte de las trayectorias  que una teoría de objetivos” (Oliveira 2006). Con esto se procura combatir el mecanismo mecánico y ligar a los futbolistas al piloto automático, defendido por aquellos que creen ser positivos o entrenar sobre rieles, dando destaque a la “versatilidad, adaptabilidad, espontaneidad, creatividad” (Oliveira y cols. 2006:157), defendida por Mourinho a través de vivenciar dinámicas.
Lo que esto quiere decir es que el entrenador da el tema, haciendo que los jugadores vivencien dinámicas para llegar a automatismos en el sentido positivo del término: mecanismos no mecánicos, automatismos libertadores (Oliveira y cols 2006).

Mourinho y su Operacionalización del entrenamiento. Principios metodológicos.
Principio de Estabilización.
Como vimos anteriormente, Mourinho desvaloriza el concepto de forma física. Para este entrenador, estar en forma es jugar bien, eso es, de acuerdo con lo pretendido por nuestro MDJ. La base del sustento de la forma deportiva es cada jugador y la interpretación del MDJ y no en forma individual sino colectiva. O sea, la base del rendimiento colectivo e individual es la organización del equipo y es ese el objetivo fundamental a mantener.
Cuando los “Picos de Forma” mantienen también la incredulidad, prefiriendo antes  estabilizar un aterrizaje de rendimiento óptimo durante toda la época, aterrizaje este también ajustado a la organización del juego pretendido. Esta estabilización de rendimiento óptimo es alcanzada a través de la implementación y mantenimiento de un patrón semanal de entrenamiento. De esta forma, se mantiene una dinámica semanal, relativa a los contenidos, la recuperación, los regimenes, el número y  la duración de las sesiones de entrenamiento.


Operar bajo esta metodología, significa respetar metodológicamente el Principio de Estabilización que está relacionado con el supra-principio de Especificidad, que es alcanzado a través de “pragmatizar lo fraccionado, esto es, a través de contemplar  una vivencia adquisitiva de los diversos principios, sub principios, y sub principios de los sub principios de como va a  jugar” (Oliveira 2006).

Tomando la noción de los sistemas caóticos con organización fractal presentada por Oliveira y cols. (2006) que dicen que, en el medio del caos aparente del juego es posible sustentar  regularidades de organización, podemos entender este aspecto como de pragmatizar lo fraccionado. Si dividimos un sistema caótico con organización  fractal en sub sistemas, cada uno es representativo del todo, cualquiera que sea la escala.
Transfiriendo esto al entrenamiento, para que los ejercicios tengan objetivos fractales no depende del número de jugadores, espacio o complejidad de la situación, aunque de “la intención de la situación y de la representación que esta pueda tener relativamente al jugar que se pretende”- Reducir sin empobrecer  (Oliveira y cols. 2006: 217-218).
  
Volviendo al Principio de Estabilización, presentamos dos supuestos metodológicos que permiten el mantenimiento del patrón semanal responsable por la estabilización del desempeño del equipo en el alcance del rendimiento deseado: un patrón de entrenamiento identificado por las intensidades máximas relativas; un volumen de principios de juego que es el resultado de la densidad de esas mismas intensidades (Oliveira y cols 2006). Pasamos en seguida a explicar cada uno.
 Teniendo en cuenta la complejidad implícita en el juego y la necesidad de concentración permanente que de ahí advertimos, Mourinho asocia a la intensidad con la concentración. De esta forma, cuando habla de intensidad se refiere a la “intensidad de concentración porque estar en el juego es, fundamentalmente, pensar y tomar decisiones, lo que se exige que se esté concentrado en función de lo que es fundamental que es nuestro juego” (Mourinho citado por Oliveira 2006: 104).
Para estar concentrado el máximo de tiempo posible en el juego es necesario entrenamiento y aprendizaje, esto es, exige un determinado volumen de intensidad de concentración. Importa también afirmar que algunos ejercicios pueden ser “poco intensos físicamente” aunque, por la concentración exigida, son extremadamente intensos. De esta forma, la intensidad de una acción técnico-táctica es definida “por la concentración decisional implicada en la acción por la exigencia del desempeño, por la exigencia en términos de desgaste mental-emocional que ese desempeño representa” (Oliveira 2006:105).
Debido a la naturaleza compleja del juego de fútbol y al  comportamiento de los jugadores, la intensidad no debe ser percibida nunca en forma abstracta. Deberá ser vista como una intensidad decisional asociada a la concentración, disparada por cada ejercicio que se vivenciará en los entrenamientos. Debemos entonces hablar de una intensidad táctica, una vez que es necesaria para que se haga visible el jugar que nosotros pretendemos.
En cuanto al volumen, debemos hablar de volúmenes de intensidades máximas relativas,  o el volumen de principios de juego, una vez que representa la vivencia jerarquizada de los principios de juego a lo largo de la semana.
De esta forma, el trabajar regularmente teniendo como base esos principios, estos pasarán a ser el núcleo duro del jugar que se pretende, expresando su crecimiento cualitativo.
  
Principio de Alternancia horizontal en especificidad y Principio de Progresión Compleja.
El término de alternancia horizontal se debe al hecho de que esa alternancia se de  a lo largo de la semana y no en un entrenamiento. A lo largo de la semana la operacionalización del MDJ es siempre el objetivo principal, aunque la escala en lo que eso acontece va siendo diversa.
Lo que lleva a la operacionalización es la ocurrencia de progresión y para esto es necesario ordenar y jerarquizar.
Esta progresión se refiere a la jerarquización de los principios de juego y a la diferenciación del esfuerzo a lo largo de la semana.
Esta progresión tiene como objetivo la adquisición de la forma de jugar pretendida y sigue en tres niveles, a lo largo de la temporada, en la semana y en las unidades de entrenamiento. Se llama compleja porque los tres niveles estarán siempre inter-ligados (Oliveira y cols, 2006).
Como ya fue mencionado anteriormente, la vivencia/adquisición jerarquizada de los principios de juego permite movilizar la sub dimensión física en función de la forma de jugar pretendida. Lo que podría ser entendido como una contradicción, Mourinho se apoya en la sub dimensión física para medir la relación desempeño-recuperación, en el patrón de entrenamiento semanal. Sin embargo, afirma que “las preocupaciones diarias son dirigidas hacia la ejecución de nuestro MDJ. A pesar de esto, la estructuración de la sesión de entrenamiento y de lo que hacer en cada entrenamiento  no solo está relacionado con los objetivos tácticos, sino también con el “régimen físico” a privilegiar (Mourinho citado por Oliveira).
Simultáneamente a la adquisición jerarquizada de la forma de jugar pretendida está la preocupación por mantener  una regularidad semanal en lo que se refiere a la alternancia de los diferentes patrones de desempeño-recuperación una vez que, “para esforzarse se necesita descansar y recuperarse” (Oliveira y cols 2006:108).
Esta estructura del patrón semanal que es mantenida para cumplir el Principio de Estabilización asocia, por lo tanto, el Principio de Alternancia Horizontal en especificidad al Principio de progresión compleja, con el objetivo de gestionar convenientemente el desgaste global “mental-emocional” y “físico”- y de recuperación.
Importa no olvidar que toda esta lógica procesal tendrá que siempre estar subordinada al Supra-principio de Especificidad, que tiene como objetivo mejorar todos los principios de juego, lo que solo es posible si el proceso tiene   las mejoras singulares de cada principio de juego. La especificidad presupone la repetición, en el entrenamiento, de todos los principios contenidos en el jugar que se pretende, cada uno en su tiempo, de forma jerarquizada.
Mourinho desintegra el complejo de principios y sub principios del MDJ para, como consecuencia de eso re integrarlos, operar en especificidad (Oliveira y cols 2006).
La vivencia jerarquizada de los principios de juego y de la dinámica del progreso descrita anteriormente lleva a esta integración.
Con esto Mourinho acerca a sus ejercicios al juego que pretende, o mejor, a una parte dada de ese juego, el lo logra a través del MDJ y sus principios de juego vivenciados en el entrenamiento (Oliveira y cols 2006). Para estos autores, “entrenar es modelar. Y la modelación de esa operación se expresa en la vivencia adquisitiva jerarquizada” (2006:140).
  
Principio de las propensiones.
Mourinho en su ejecución del proceso de entrenamiento  utiliza el Principio Metodológico de las Propensiones con el objetivo de garantizar una significativa repetición sistemática del principio de juego que se pretende abordar, aunque de una forma contextualizada. Por lo tanto, este principio metodológico “dice respecto a la medida, en especificidad, de lo que se quiere que suceda en los ejercicios cuando se va a repetir” (Oliveira y cols 2006:141).
A través del ejercicio y con respeto a este principio, se busca atender la adaptabilidad  deseada para el equipo, que se manifiesta en la asimilación, adquisición  y alteración conductual. “Aunque este ejercicio no debe ser un mecanismo cerrado (Oliveira y cols 2006:142)  mecánico, debiendo contener el lado aleatorio, contingente e imprevisible del juego. Esto es, algo que los jugadores no controlen o prevean”.

Su modelo de juego y sus principios de juego.
Una de las cualidades claras del MDJ de Mourinho es su regularidad encuentro tras encuentro, asumiendo que siempre lo más importante es su equipo y no el rival. Es visible la importancia que da al “asumir el protagonismo” siempre en los encuentros, no debilitando al equipo en función del rival.
La fuerza del equipo no viene de las individualidades sino del hecho de jugar como un equipo- colectivo. “El mejor equipo no es el que tiene los mejores jugadores, sino aquella que juega como un equipo” (Mourinho citado por Oliveira 2006:119).
Para esto es necesario organización (regularidades) en los cuatro momentos de juego (Organizaciones Ofensiva, Defensiva y Transiciones Ofensiva y defensiva). Esa organización se manifiesta a través de ciertas regularidades que permiten a los jugadores pensar en la misma intención al mismo tiempo.
Para este entrenador el abordaje a la organización del equipo no puede ser analítico, por lo tanto, no disocia ninguno de esos momentos.
Todos están inter-ligados y asociados con el mismo grado de importancia, “el encuentro es preparado de una forma equilibrada y el entrenamiento es hecho también en ese sentido” (Mourinho citado por Oliveira 2006).
Una vez que el equipo representa un todo, también el funcionamiento es hecho en un todo. Ejemplo de esto es su opinión en relación a defender bien. Para este entrenador, defender bien es defender poco y durante poco tiempo. Para esto el equipo deberá estar la mayor parte del tiempo con la iniciativa de juego (tener el balón el mayor tiempo posible), para no tener necesidad de actuar en acciones defensivas. Por otro lado, “un equipo basado en juego combinado, que quiera tener la posesión del balón, que quiera tener la iniciativa del juego, tiene que ser un equipo que siempre este bien posicionado, y esto se consigue defendiendo bien. La transición ofensiva tiene que tener una relación íntima con aquello que es nuestra forma ofensiva de jugar (Mourinho citado por Oliveira 2006). De esto se entiende que los cuatro momentos están inter-ligados.
A través de la participación de todos los jugadores en los cuatro momentos, se procura alcanzar el objetivo principal- asumir en el encuentro- y para eso es necesario tener la posesión del balón. “Mi idea táctica principal pasa por la noción clara de que la cosa más importante en el fútbol moderno más allá de marcar goles es: tener el balón” (Mourinho citado por Oliveira 2006).
  
En su concepto de juego la circulación del balón ocupa, por tanto, un lugar de destaque, y para que esto ocurra deberá de existir un buen juego posicional, para que los jugadores, a través de esta disposición puedan anticiparse a esta acción (Mourinho citado por Oliveira). Para este entrenador, el control del espacio es, de esta forma,  fundamental para controlar el juego.
Para la puesta en marcha de esta forma de juego que se pretende el entrenador debe definir los principios de juego para cada momento que se pretende. Como ya vimos su abordaje debe de ser hecho de forma jerarquizada….
Estos principios de juego son ideas de juego que el jugador tendrá que captar sobre la forma de imágenes. Esa captación deberá ser hecha de forma clara para su asimilación.
Presentamos a continuación algunos ejemplos de los principios de juego referidos por Mourinho en análisis. Podemos considerar la Posesión y Circulación del balón como uno de los grandes principios, así como el Pressing zonal alto. Con respecto a la Organización Ofensiva “Campo grande a atacar” y  con respecto a la Organización Defensiva la “Cohesión Defensiva”, que es jugar con las líneas muy juntas. En relación a la Organización Transición Defensiva el principio donde pone más énfasis es en el cambio de mentalidad o reacción defensiva rápida/inmediata ante la pérdida de balón.

Mourinho y su  visión/ preocupación con la adaptación cerebral.
A continuación trataremos tres preocupaciones fundamentales de ejecución del MDJ expresadas por Mourinho, relativas a la adaptación cerebral y al funcionamiento del Sistema Nervioso: Toma de conciencia y decisión, Fatiga “mental y emocional, Hábito.

Toma de decisión y Decisión.
En términos neuro-biológicos, en la ejecución de cualquier ejecución de juego, 2/3 del tiempo total tiene que ver con la discriminación contextual y con la identificación de que hacer y por lo tanto, en la toma de conciencia y decisión, y apenas 1/3 del tiempo en la realización propiamente dicha (Oliveira y cols).
Como ya vimos, el tipo de trabajo semanal que es la ejecución a través de la Periodización Táctica pone el énfasis en la construcción de la forma de jugar pretendida. Como a lo largo de la semana la preocupación incide en nuestro MDJ y sus principios, va a incidir también sobre los 2/3 dedicados a la toma de conciencia y decisión, ya que el principal componente buscado es el táctico.
Según Oliveira y cols. (2006) este tipo de abordaje permite aumentar la cultura táctica, una vez que la toma de conciencia de lo que va a suceder es la toma de decisión consecuente, ya que la misma  se logra sobre la forma de jugar que se pretende.
Con este tipo de metodología de entrenamiento se procura anticiparse al futuro, o sea, disminuir estos 2/3 (Oliveira y cols. 2006).
Esta aproximación y anticipación al futuro que permite reducir el tiempo de decidir lo que hacer, es conseguida a través de entrenar nuestro MDJ.
Una vez más sobresale la idea de la importancia de la familiarización con la idea de juego que se pretende, una vez que, cuanto mayor sea la identificación con lo que es pretendido, más fácil es la discriminación y mejor se identifica aquello que va a suceder.
De esta forma, es más fácil que un número significativo de jugadores piensen en función de una misma intención al mismo tiempo (Oliveira 2006).

   
Fatiga “Mental-Emocional”.
Para Mourinho (Oliveira y cols. 2006) “la fatiga más importante en el fútbol es la más importante es la fatiga central y no la fatiga física”. Para este entrenador, la fatiga central- del S.N.C. – resulta de la necesidad, durante el encuentro o entrenamiento, de estar permanente concentrado – Concentración táctica decisional. Oliveira denomina este tipo de fatiga “mental –emocional” aunque puede ser llamada también fatiga táctica.
Para este autor, cuanto más complejos son los desempeños (en el entrenamiento o la competición), más desgastes habrán, una vez que, por la concentración exigida, presuponen una mayor intensidad. De esta forma, para clasificar a la intensidad, es necesario asociarla a la concentración decisional y será más exigente en cuanto haya más aspectos a articular.
Sin embargo, el entrenamiento en especificidad, característico de este tipo de ejercitación, hace que disminuyan las exigencias de concentración implícitas en su forma de jugar, una vez que surge el Hábito en economía neurobiológica. (Oliveira).

Hábito.
Esta economía es explicada por estos autores de la siguiente forma: “como la esfera fundamental del saber hacer y del dominio no consciente,  es un hábito que se adquiere en la acción, en el entrenar –el aprendizaje por repetición- es un proceso de construcción cuya característica principal es que el saber dominante se adquiere jugando y es patrimonio de lo no consciente.
Así es, que el habito lleva a que la solicitud más compleja de la tríada corteza-cuerpo-acción sea más salvaguardada, disminuyendo significativamente el esfuerzo neuro-biológico” Oliveira y cols. 2006.
En el juego, las exigencias de la concentración decisional dependen de la necesidad de atención simultánea: la organización del juego del equipo (que emerge por el constante respeto de los principios); y la constante adaptación hace la imprevisibilidad de las situaciones de juego. La importancia del hábito se relaciona con la posibilidad de este de llevar a que la atención decisional se ajuste  al segundo, esto es, a la gestión del instante, el AQUÍ Y AHORA.
A través de esta metodología de entrenamiento, se procura que los jugadores pasen de “la esfera del saber hacer (como hábito que se adquiere en la acción) para un saber sobre ese saber hacer, que tiene que ver con el entendimiento de una relación determinada entre mente y hábito”. Esta relación entre mente y hábito es creada por entrenamientos adquisitivos teniendo como base nuestro MDJ. Esto es, “el tiempo de acción en términos de propensión tiene que hacer aparecer un gran porcentaje de determinadas cosas,  características de esos principios de juego y esos jugadores tendrán que tener conciencia de las mismas” (Oliveira y cols.).
A partir de la repetición sistemática de la vivencia de un principio de juego es posible su ejecución y también la identificación, aumentando el saber hacer del equipo, esto es, en el plano de la cultura táctica.
De aquí se desprende que, para la participación consciente y autónoma en el proceso  no basta apenas, la adquisición de un saber hacer específico, siendo necesario también un saber sobre ese saber hacer.


                                              Óscar Méndez Albano.



La Dinamica Grupal

Autor: Oscar Mendez.