Entrevista de metodología
y planificación.
Entrevistado: Francisco Seirul.lo Vargas.
Licenciado en Educación Física.
Preparador Físico del F. C. Barcelona.
Profesor del INEF de Cataluña.
Entrevista realizada por: Jesús Cuadrado Pino.
Director de TRAINING FÚTBOL.
Preguntas de
metodología
Pregunta.- Para la orientación de la metodología del
entrenamiento en el
fútbol, ¿hemos de partir del modelo de juego o de la
persona?.
Respuesta.- Si partimos de la observación del juego como
modelo cometemos un
grave error, pues todos los modelos de juego son
coyunturales, incluso si tomamos
como modelo uno ideal construido por el propio entrenador.
Por lo tanto, la metodología
debe ajustarse a lo que la persona es capaz de hacer,
categorías que sabe procesar,
dependencia o independencia del campo en sus tomas de
decisiones, la predicción o
acomodación a los acontecimientos y demás elementos que configuran
su personalidad
competitiva.
P.- ¿Qué es jugar bien?.
R.- Es realizar variadas funciones en el terreno de juego,
tenga quien tenga el
balón, que permitan optimizar las condiciones actuales del
propio equipo para la
consecución del objetivo, el gol, en los sucesivos e
inmediatos episodios del juego, que
por ciertas de aquellas funciones se hubieran inducido.
Cuando esto se hace durante
todo el tiempo de duración del partido, se puede decir que
ese equipo jugó bien.
P.- ¿Es posible la aplicación de una metodología de trabajo
que nos permita
lograr un gran equipo a largo plazo y la obtención de
resultados inmediatos?, o
dicho de otra manera: ¿se puede trabajar sentando las bases
para el futuro y
consiguiendo resultados en el presente?.
R.- Cuando la metodología se centra en el jugador sí es
posible. Pues de una
parte lograremos la optimización de sus capacidades, lo que
repercute en los logros
inmediatos del presente del jugador. Si sucede que este
jugador tienen un nivel de
optimización superior al de sus adversarios, está en la vía
para la obtención de
resultados inmediatos. Por otro lado, cuando esta
optimización de capacidades se hace
respetando los procesos personales de auto estructuración,
estamos sentando las
bases de la futura evolución del jugador. Es necesario, para
todo esto, plasmar objetivos
individuales en la planificación y desarrollar proyectos a
largo plazo con fases
inmediatas del proyecto, asentadas en la particularidad de
nuestros jugadores.
P.- Dado que el fútbol es un deporte de habilidades
abiertas, la metodología
del entrenamiento táctico, ¿no debería basarse en juegos y
ejercicios en los que el
jugador tenga que estar buscando continuamente soluciones?.
R.- Así es, pero esta búsqueda debe tener unos “criterios de
búsqueda” para que
las situaciones propuestas por el entrenador sean analizadas
bajo esos criterios. De
esta forma, el entrenador puede proponer situaciones donde
se establezcan variables
que pueden ser tratadas por el jugador según sus actuales
capacidades y que de una
forma inequívoca le proporcionen la optimización en una
determinada dimensión. Única
forma de poder planificar la práctica por parte del
entrenador y controlar el estado de
optimización de sus jugadores.
P.- Las ciencias del entrenamiento que se aplican a la
metodología de
deportes individuales, ¿son suficientes para lograr el mejor
estado de condición
física en los deportes colectivos?.
R.- Son suficiente soporte para construir sobre ellas las
metodologías que se
aplican a esta otra categoría de deportes. La metodología
del entrenamiento de fuerza
para un halterófilo, de nada nos vale para entrenar la
fuerza del fútbol, pues en este
deporte no se mide el rendimiento por el total de quilos
levantados en dos tiempos o en
el total olímpico. Pero los principios de la halterofilia
son válidos para todo el
entrenamiento de fuerza para cualquier especialidad
deportiva, son por lo tanto la base
sobre la que debemos construir la metodología específica de
los deportes de equipo que
requieran fuerza. Lo mismo sucede con la velocidad y demás
métodos que permiten
desarrollar esta categoría de capacidades.
P.- El nivel de condición física, ¿juega un papel
determinante para el
rendimiento en el fútbol?.
R.- Es evidente, pues la condición física es el resultado y
confluencia del estado
de optimización en que se encuentren las capacidades
condicionales del jugador. Éstas,
deberán encontrarse en un estado continuo de desequilibrio,
producto de su interacción
con el resto de capacidades que configuran la estructura del
jugador de fútbol, en un
momento de su vida deportiva, para lograr el máximo
rendimiento en ese nivel. El
jugador puede desarrollar las técnicas del juego a lo largo
del partido porque tiene el
soporte de las capacidades condicionales, si estas se
detienen, si no se ajustan a un
desequilibrio constante, el jugador pierde potencia
prospectiva limitando mucho su
progreso en los logros de su juego, disminuyendo
sustancialmente su rendimiento.
P.- ¿Cuáles crees que son las verdaderas necesidades de
optimización del
rendimiento en el fútbol?.
R.- Optimizar el rendimiento en el fútbol desde la perspectiva
del jugador, es
optimizar todas sus capacidades en las dimensiones que
requiere esa actividad.
Debemos determinar estas dimensiones en el ámbito de las
capacidades condicionales,
coordinativas, cognitivas, volitivas, expresivas... que
configuran la estructura del jugador.
Para realizar esas determinaciones disponemos exclusivamente
de la observación del
jugador inmerso en la práctica específica que realiza junto
a sus compañeros, el
entrenador, el propio jugador y sus oponentes. Por lo tanto,
las necesidades se van
creando y definiendo siempre que seamos capaces de ver lo
que la práctica específica
nos ofrece, que es todo. ¿O es que no nos muestra
necesidades de optimización de
ciertas capacidades de un delantero, el defensa contrario
que deja que “le encare”,
dejándole “salir” por su izquierda donde siempre le quita el
balón?
P.- En la metodología del entrenamiento en el fútbol,
¿pueden utilizarse en
algunos casos los aportes de las ciencias del entrenamiento
para deportes
individuales?, o ¿esto no debe aplicarse nunca?.
R.- Esta pregunta está contestada en parte anteriormente. Si
queremos ser
eficientes en las propuestas de entrenamiento, debemos
hacerlas desde las
necesidades que el jugador tiene ante la práctica del
deporte que esté realizando, pues
esto es lo que han hecho los deportes individuales. Si
queremos mejorar la velocidad
necesaria para recibir el balón de un compañero y sin
incurrir en fuera de juego,
debemos entrenar la velocidad en las condiciones de
variabilidad en que se presentan
estas situaciones de juego, respetando las condiciones
metodológicas del
entrenamiento de velocidad, pues esto es lo que han hecho
los deportes individuales.
P.- En el fútbol, la mejora de un solo aspecto del
rendimiento ¿puede alterar
el rendimiento integral?, es decir, el aumento de una
cualidad de forma analítica y
sin entrenar las demás, ¿puede empeorar el rendimiento el
equipo en el partido de
competición?.
R.- En términos absolutos sí, pues no hay ningún deporte en
el que mejorando
sólo una cualidad entrenada de la forma que sea se pueda
rendir. Pero la primera parte
de la pregunta precisa de un pequeño comentario. En primer
lugar, fijar un sólo aspecto
del rendimiento, por ejemplo la velocidad, supone entrenar
un grupo de capacidades y
sistemas del jugador que confluyen en la mejora de esa
cualidad. Desde la perspectiva
del jugador, es optimizar prioritariamente algunos de sus
sistemas que le permiten
interactuar con el entorno en una dimensión dentro de los
episodios del juego que está
siendo evaluada como velocidad. Este ajuste interno, que
continuamente provoca el
entrenamiento, es su Teleonomía, su determinada organización
interna de todas sus
estructuras, en vistas a la consecución de cierto proyecto
interno. Este ajuste e
interacción entre sistemas o estructuras, debe mantenerse en
un desequilibrio constante
para poder estar en predisposición de optimización. Para
esto, las situaciones de
entrenamiento no pueden ser analíticas, pero tampoco cerradas
ni homogéneas y
obligan a los entrenadores a construir otro tipo de
situaciones de entrenamiento que son
también específicas para los deportes como el Fútbol.
P.- Diseñar la forma y la cuantificación de la carga del
entrenamiento en el
fútbol en función de la competición, ¿puede significar que
el mejor entrenamiento
es un partido de once contra once buscando las mismas
condiciones que se dan
en los partidos oficiales?.
R.- Primero deberíamos plantear que los partidos en “casi”
situación real a la de
competición durante los entrenamientos deben ser utilizados
únicamente como síntesis
de los procesos de optimización diseñados en el ciclo de
entrenamientos previos a la
realización de esa sesión-partido, puesto que éste es un
medio muy válido para evaluar
la conformación e integración de aquellos procesos a la
simulación de competición.
Debemos decir además que, sólo utilizando el tiempo como
cuantificación de la carga de tales partidos, estamos desaprovechando
innumerables otros elementos que pueden
aportarnos conocer valores cualitativos de las adquisiciones
del jugador. Por lo tanto, no
es el mejor entrenamiento, porque si su supuesto objetivo
era reproducir las condiciones
de la competición, no lo logra y el mejor entrenamiento es
aquel que logra reproducir
fielmente una situación para que el jugador que participa en
ella optimice ciertos
sistemas que son reconocidos inequívocamente, como de
participación necesaria para
resolver esa situación propuesta. Es un entrenamiento bajo
el método de competición
que por ser muy específico, su utilización debe ser sopesada
como la de cualquier otro
método de entrenamiento y así indicarlo en los programas
planificados de
entrenamiento.
P.- Es correcto el calentamiento en el fútbol, tal y como se
realiza ahora, de
manera estandarizada?.
R.- El calentamiento es la introducción a una práctica
física de entrenamiento o
competición. Los calentamientos estandarizados solo pueden
ser utilizados previamente
a la competición, cuando se ha comprobado que es la mejor
propuesta a la
individualidad ¡¡Este es mi calentamiento!! Los
calentamientos para las sesiones, deben
mantener una pequeña parte de “alerta fisiológica” propia
del jugador individual y luego
otra parte adecuada a las demandas de los contenidos de la
sesión que se realice, por
lo tanto no estandarizado.
P.- ¿Qué parámetros hay que tener presentes para lograr el
verdadero
estado de forma deportiva en el fútbol?.
R.- El definir el estado de forma en un deporte de equipo,
entraña cierta dificultad,
pues la evaluación del estado de forma ha de hacerse desde
un paradigma ecológico y
no sólo del simplista tradicional realizado por métodos
cuantitativos referidos al
resultado. Partimos desde el conocimiento del nivel de
Teleonomía de nuestros
jugadores y utilizamos el método hipotético-deductivo
consensuando lo más posible con
lo que la realidad nos informa y somos capaces de procesar.
Así debemos plantear
hipótesis sobre el estado de forma de nuestros oponentes y
deducir las implicaciones
que ello tiene sobre la planificación del entrenamiento de
nuestros propios jugadores
implicados. Debemos contrastar las hipótesis de nuestro
proyecto inicial, sobre los
objetivos en las diferentes competiciones en que participamos,
con el estado actual de
la competición que nos ocupa, para deducir las estrategias
más convenientes de
nuestro entrenamiento, para no afectar al resto de las
sucesivas competiciones.
Debemos hipotetizar también sobre cómo los medios valoraron
nuestra última
participación en esta competición y cómo lo hace nuestro
propio club, para deducir el
alcance de tomar riesgos en la planificación de los
contenidos o no hacerlo. Todas estas
premisas, y algunas más, deben ser tenidas en cuenta para
comprender y poder lograr
el verdadero estado de forma del jugador, que debe atender
al propio nivel, al de él
respecto a sus compañeros, al de sus oponentes, a las
exigencias de la competición y al
que esperan el entorno socio-cultural de ese momento. La
definición simplista
cuantitativa por el resultado alcanzado, es la del
aficionado que acude al campo, el
técnico y su equipo, debe utilizar el paradigma ecológico
para poder controlar el estado
de forma y cuantificarlo en cada uno de estos ámbitos,
diseñando medios específicos
para alcanzarlo.
P.- ¿Qué tipo de metodología ha de emplearse para lograr un
estado de
forma homogéneo de todos los jugadores del equipo, o no es
necesario buscar
ese estado de forma homogéneo?.
R.- No es necesario un estado de forma homogéneo para todos
los jugadores,
asunto que es además imposible. Atendiendo a las premisas de
la anterior pregunta,
debemos lograr un estado de forma adecuado y suficiente, no
el óptimo ni homogéneo
para todos, pues cada jugador debe resolver distintas
situaciones durante el partido y
aunque sean las mismas no tendrá que realizarlas en los
mismos parámetros espaciotemporales
que cualquier otro jugador de ese mismo partido, lo que
modifica
sustancialmente sus necesidades de forma deportiva
P.- ¿Un futbolista con un nivel condicional muy bajo, o en
baja forma, puede
resolver de una manera eficaz funciones específicas en un
puesto determinado, y
hacerlo con un buen rendimiento para el equipo?.
R.- Si entendemos el estado de forma desde la evaluación por
el resultado, los
jugadores que por su demarcación en el campo tienen como
función la realización del
tanto, pueden, de manera esporádica, ser determinantes para
la consecución del gol de
la victoria y lograr el buen rendimiento del equipo aun
estando en un penoso estado de
forma, que al menos deberá permitirle ejecutar un cierto
número de funciones eficaces.
Desde la perspectiva Ecologista, esto es un planteamiento no
deseable, que a la larga
destruye el rendimiento del equipo, a no ser que en el
proyecto inicial se contemple esta
opción y sea aceptada por el equipo y la entidad deportiva.
P.- ¿Cómo pueden integrarse el desarrollo de las capacidades
biomotoras y
de las habilidades motrices generales para transferirlas en
elementos específicos
para la competición en el fútbol?.
R.- Los procesos de transferencia son en la teoría
científica muy problemáticos y
además todas las llamadas habilidades y capacidades
biomotoras generales tienen, en
el mejor de los casos, un más largo camino de transferencia,
si lo hubiera, que las
específicas. Este tiempo de transformación largo no existe
en los deportes de largo
periodo de competición, por lo que deben ser desechadas de
la práctica del
entrenamiento en estos deportes, que no permiten estar en un
cierto grado de forma
general, nada rentable en las continuas competiciones de su
largo periodo de
competiciones.
Preguntas de
planificación
P.- La planificación del entrenamiento en el fútbol, ¿puede
seguir un modelo
predeterminado, o hay que planificar en función de la
adaptación del futbolista a
las tareas del entrenamiento y en función de su aprendizaje
de las acciones
tácticas planteadas?.
R.- La planificación contempla una relación de
acontecimientos de entrenamiento
de un deportista o grupo de jugadores, que los construye el
entrenador al objeto de
optimizar las cualidades de sus discípulos. Si es una buena
planificación, esas
previsiones que realiza el entrenador, están ordenadas bajo
diferentes criterios, unos de
ellos son predeterminados y muy rígidos, pues aseguran que
los contenidos están de
acuerdo con los principales y comunes objetivos por lograr.
Otros, que también están
propuestos, tienen que realizarse individualmente pero bajo
condiciones acomodadas a
diferentes criterios, como resultados, adaptación o
validez..., dado que atienden a
objetivos particulares y no pueden obstaculizar el logro
común del anterior criterio, sino
que por su plasticidad se moldean para cooperar desde la
particularidad al logro de los
objetivos prioritarios.
P.- En el fútbol hay un gran número de competiciones
(partidos) al año y
están distribuidas a lo largo de casi once meses, ¿en qué
medida condiciona esto
a la planificación de cada temporada?.
R.- Condiciona totalmente la planificación y creemos
necesario construir una
propuesta específica para los deportes de esta categoría,
pues las propuestas
tradicionales no contemplan este diluvio de competiciones en
un solo ciclo de
entrenamientos.
P.- La teoría del entrenamiento indica que el estado óptimo
de forma no
dura mucho tiempo, sin embargo, en el fútbol hay que rendir
al máximo casi todo
el año, ¿se puede elaborar una planificación específica en
el fútbol que asegure el
mantenimiento de un estado ideal de forma durante casi toda
la temporada?.
R.- Como hemos expuesto en anteriores preguntas, es
necesario construir una
planificación específica para el fútbol y el grupo de
deportes de parecidas
circunstancias. La solución es mantener al jugador en un
alto estado de forma, por
debajo del óptimo, durante toda la temporada y en
situaciones puntuales acceder al
estado óptimo para regresar al nivel anterior. La
planificación por micro-estructuración,
que durante más de 15 años llevamos construyendo y probando
en diferentes deportes,
pretende estos resultados y es una buena respuesta a las
necesidades de este grupo de
deportes.
P.- ¿A qué te refieres cuando dices que la planificación del
entrenamiento
en el fútbol ha de ser planteada desde la perspectiva del
jugador y no desde el
rendimiento en la especialidad?.
R.- En parte está contestada en la primera pregunta y es que
en las
planificaciones de los deportes individuales y por extensión
a los de equipo, se hacen
propuestas muy cerradas, se intenta que “este jugador” se
adapte “al jugador” que
teóricamente se ha construido por la experiencia de un grupo
de entrenadores, que bajo
la justificación de la ciencia lo proponen como modelo ideal
de jugador para la práctica
de ese deporte. El jugador que se adapta a ese modelo, es
quien rinde, según ellos,
más en ese deporte. Es decir, el modelo del jugador se
construye desde el deporte, a
partir de como ciertos entrenadores interpretan el deporte
suponiendo que su
interpretación es la única, la mejor, sin darse cuenta que
esa construcción en la mayoría
de casos la realizan con la experiencia acumulada por el
éxito de un jugador o en el
mejor de los casos por un grupo de jugadores que tuvieron
éxito siguiendo ese modelo
por él o su grupo construido; Sin reparar, o acaso sí, en
que sólo triunfan con él cierto
perfil de jugadores que son los que por casualidad tienen
muy parecida bioestructura a
aquellos. El resto según ellos no valen para ese deporte.
Así se han malgastado
muchos deportistas que fueron muy disciplinados y siguieron
a rajatabla tales
planificaciones no adecuadas a sus capacidades. Por ello
muchos jugadores con “otros
talentos” no encajan con ciertos modelos de planificación
propuestos por ciertos
entrenadores y si lo hacen con otros. Creemos que el
entrenador debe por ello construir
sus propuestas desde las necesidades que tiene el jugador y
no desde una premeditada
concepción del deporte por muy elaborada y justificada que
se tenga.
R.- ¿El periodo de cada semana es el único ciclo de entrenamiento
que
puede tenerse en cuenta durante la fase competitiva, en el
fútbol?.
R.- Según la propuesta de micro-estructuración la semana es
la unidad
fundamental de la estructura de esa planificación, pues el
jugador necesita adecuar sus
procesos de optimización para poder rendir a un suficiente
nivel, uno o dos días dentro
de ese micro ciclo semanal.
P.- ¿Para diseñar la planificación es necesario conocer con
antelación el
calendario de competición, en relación a los equipos a los
que nos tenemos que
enfrentar en cada fecha; o este dato no tiene
trascendencia?.
R.- El calendario de competición se conoce ya antes de hacer
el Proyecto de
Entrenamiento. El Proyecto de entrenamiento debe adecuar sus
estrategias y objetivos
a dicho calendario, para lo cual hay que hacer estimaciones
y supuestos, no sólo sobre
el calendario, sino también sobre la forma de confeccionar y
utilizar la propia plantilla de
jugadores, la elección de los sistemas de juego por
utilizar, la tecnología disponible, la
funcionalidad del equipo de entrenamiento..., con todo ello
organizado en fases, se
puede iniciar la Planificación que por supuesto se verá
influida por la competición, pero
la mayor influencia debe ser la de satisfacer las
necesidades de optimización de los
jugadores, frente a las exigencias del rendimiento
competitivo durante la larga
temporada competitiva.
Preguntas de tests de
evaluación
P.- En el fútbol, ¿pueden realizarse tests de control del
entrenamiento
objetivos?.
R.- En el fútbol, como en cualquier deporte, se pueden
realizar test objetivos pues
la objetividad es necesaria para superar los criterios de
calidad y que el test pueda ser
validado. Para controlar el entrenamiento deben realizarse
observaciones objetivas
sobre ciertas condiciones de las propias tareas de
entrenamiento que realice este grupo
de jugadores y que son consideradas como muy útiles para
reconocer el nivel de
optimización logrado en aquellos sistemas que permiten esa
realización a cada jugador.
No hace falta ningún otro test.
P.- ... Y ¿tests objetivos para el control de los partidos?.
R.- Sólo hay que establecer unos criterios de observación y
entrenar a los
observadores para realizar la observación y el registro bajo
esos criterios. Después se
deberá hacer un tratamiento estadístico de esos datos
registrados para sacar las
conclusiones oportunas. Lo realmente interesante es qué
observar y la utilidad de las
conclusiones de esas observaciones realizadas y no si el
coeficiente de objetividad es
de 0,65 o de 0,90 de este o aquel test.
P.- ¿No crees que los jugadores no se motivan en los tests
de esfuerzo que
se realizan en el laboratorio, no se esfuerzan para llegar a
su máximo umbral de
trabajo y, como consecuencia de ello, nos encontramos con
que estos tests no
nos valen de nada, porque no nos dan ninguna referencia
válida?.
R.- Es difícil, pues lo ven demasiado lejos de su práctica
en el campo. Pero este
no es sólo el motivo por el que este tipo de test puedan ser
o no válidos para el diseño
de las cargas de entrenamiento. Si nosotros utilizamos
métodos generales, estos test
son muy útiles, pero si nuestra propuesta es utilizar
métodos especiales, estos test no
nos valen, pues miden cualidades genéricas. Lo mismo nos
sucede en distintos test de
campo. Debemos ser coherentes para saber que queremos que
nos den los test y no
pedir lo que no nos pueden dar, o lo que es peor, mediatizar
nuestra práctica
simplemente porque un test nos indica un dato cuya
interpretación confunde nuestras
decisiones respecto el entrenamiento que debemos realizar.
¿Verdad que por el ruido
que hace un motor al ralentí analizado por el mejor
audímetro no podemos predecir su
rendimiento en las 24 h de Daitona?.
P.- ¿Qué mecanismos de control podrían establecerse en el
fútbol para
cuantificar la evolución del equipo y su rendimiento, de una
manera objetiva?.
R.- Lo primero es determinar qué queremos controlar,
definido el objetivo se
pueden articular los procedimientos, diseñarlos y utilizar o
establecer los medios
tecnológicos necesarios. Después está el tratamiento que se
haga del material logrado
con esos procedimientos. Si quieres controlar el
rendimiento, debes definir que es ese
concepto y diseñar los procedimientos para ese control. Si
en tu filosofía la evolución del
equipo es sinónimo de rendimiento es diferente a que si las
evoluciones son
consideradas como variables situacionales o son variables
comunicativas o son estadios
inestables para acceder a otros más estables... Es decir,
cada forma de comprender y
definir el juego determinará los mecanismos de control más
eficaces.
P.- ¿La calificación del jugador sólo puede determinarse por
su nivel de
actuación durante las acciones específicas de cada partido,
o hay otros medios de
evaluar objetivamente al futbolista?.
R.- La calificación estricta de su actuación durante el
juego, se debe evaluar a
través de su actuación durante el juego, es decir, por sus
acciones específicas en cada
partido y deberán establecerse criterios claros para que esa
observación sea de
aspectos cualitativos, cuantitativos, en valores de técnica,
táctica, emotivos o del campo
de actuación que se le haya encomendado y luego de haberlo
comprendido el jugador.
Muchas veces la calificación del jugador es una calificación
del proceso de
entrenamiento realizado pues si en éste no hay propuestas de
conceptos inequívocos y
practicados desde la variabilidad y la variación,
posiblemente el jugador en el campo
será incapaz de ejecutarlos y será negativamente valorado.
P.- ¿Para cuantificar la prestación del equipo en cada
partido y valorarla
adecuadamente, son útiles las anotaciones del número de
acciones realizadas?.
Es decir, ¿son datos relevantes el número de realizaciones
de pases cortos, pases
largos, conducciones, regates, tiros, remates de cabeza,
despejes,
interceptaciones, desviaciones, robos de balón, etc.?.
¿Tener anotadas estas
acciones y poseer una estadística de estos datos, nos puede
servir de algo a la
hora de planificar el entrenamiento o de corregir posibles
deficiencias del
equipo?.
P.- Cuantificar la realidad así, es descontextualizarla y
los datos
descontextualizados no nos valen para evaluar o tomar
decisiones sobre un individuo o
un proceso. Debemos estudiar el fenómeno en la situación que
se produce, definiendo
claramente la realidad de esa situación. Hay que investigar
los componentes de esa
situación, para concluir en los elementos que debemos
observar, los que entendemos
son más significativos, los más directamente responsables de
que esta situación se
haya dado en esos términos y no en otros. La primera
propuesta es del paradigma
tradicional, que sólo utiliza métodos cuantitativos, la
propuesta del fútbol debe ser el
paradigma naturista, que utiliza métodos cualitativos,
incluso el conocimiento tácito no
fácilmente comunicable y que en muchos casos rige la
práctica competitiva sobre todo
cuando hay contacto directo con el oponente y con tus
propios compañeros. ¿O es que
alguien que haya jugado al fútbol valora igual una pérdida
de balón de 1x1 de un
delantero que la de un defensa que deja al delantero
contrario en posición de marcar?.
P.- ¿En el proceso de control del entrenamiento, pueden
sernos útiles las
valoraciones subjetivas de los propios jugadores, realizadas
antes, durante y
después del entrenamiento?.
R.- Todos los procesos de control y de evaluación deben ser
previamente
ensayados por quienes los vayan a realizar. Entendemos que
durante los
entrenamientos debe entrenarse la auto-observación y
auto-evaluación, así como el
momento y la forma de comunicación de las observaciones así
realizadas. Estas
valoraciones subjetivas deben ser entrenadas y deben
contrastarse con las que hace el
entrenador y la que hace cada jugador de los otros
jugadores. Sería extraordinario que
concurriera en ella también la de los jugadores contrarios
pero esto es aun más inviable.
Si el entrenador y los jugadores tienen claros los criterios
de observación, sólo falta
decidir el momento y la tecnología que utilizaremos para
cruzar esa inestimable
información que con toda seguridad es tan valiosa para la
optimización del jugador
como su propia práctica, porque sólo a través del
conocimiento racional de nuestras
acciones, estamos en vías de poderlas modificar en otras
actuaciones y de eso se
trata..., por ello consideramos muy válidas este tipo de valoraciones
si cumplen con los
criterios arriba indicados.
Óscar Méndez Albano.
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