Ex-entrenador adjunto del F.C.Porto, Chelsea F.C, Inter de
Milán y actualmente Real Madrid C.F.
Entrevista hecha en la época que se encontraba en el Chelsea
F.C.
Carlos Campos: La
repetición sistemática de los principios se apoya en tres pilares
fundamentales:
El principio de la progresión compleja.
El principio de la alternancia horizontal en especificidad y
El principio de
propensiones.
P: ¿De acuerdo con su experiencia esta de acuerdo que este
último es el más complejo, que exige mayor conocimiento del juego, que
contribuye de forma más efectiva para jugar específicamente como se pretende?
Rui Faría: Es
fundamental percibir la relación que existe entre los tres tanto como la
complejidad del ejercicio que se crea o genera. En el ejercicio van a aparecer
determinados Principios y Sub-principios que queremos evidenciar porque son
parte de nuestra forma de jugar aunque se debe tener en cuenta que no podemos
ni queremos aislar estos aspectos de otros que surgen por inercia. Lo
importante es percibir la complejidad de aquello que se puede, y encuadrar esto
en una lógica de trabajo semanal que permita que la adquisición sea facilitada.
En consecuencia, no podemos exigir recalcar determinados principios con gran
complejidad cuando los jugadores están todavía en un proceso de recuperación
mental y emocional, o sea, es decisiva la exigencia de que lo que queremos sea
hecho en función de la relación que exista entre el rendimiento y la
recuperación. No podemos pensar en ninguno de estos tres principios sin pensar
en otros una vez que el patrón de exigencias tiene que ser encuadrado en su
organización semanal en el mejor momento para que haya éxito en la adquisición
de ese mismo principio.
P: Tomando siempre a la acción como primordial en aquello
que es la adquisición de hábitos que queremos implementar, ¿que importancia da
a la identificación teórica con los principios de juego?
R: Pienso que esto esta íntimamente relacionado con la
complejidad de aquello que pretendemos ya que mientras más compleja sea la
información que queremos transmitir más importante necesitaremos un sustento o
apoyo teórico. Cuando estamos delante de un grupo nuevo y queremos implementar
determinado tipo de comportamientos, se hace decisivo apoyar aquello que
pretendemos con imágenes u otros recursos teóricos. También se puede tornar
importante cuando vemos que sucede algo que no es congruente o no va de la mano
con lo que pretendemos y que, en consecuencia de esto, tiene que ser corregido
para que no se repita, esto es, cuando en la práctica no se consigue resolver
debemos buscar apoyarnos en material
visual que facilite la percepción de lo que pretendemos.
P: Sabiendo que los sujetos en el proceso de aprendizaje
deben estar conscientes de los comportamientos necesarios durante las
situaciones de aprendizaje (ejercicios) para que puedan direccionar el
“enfoque” de su cerebro, ¿como percibe esto en el proceso de operacionalización del entrenamiento?
R: Fundamentalmente tenemos que percibir que el ejercicio
cuando surge ya tiene que estar configurado de modo que los comportamientos que
pretendemos en términos de principios, de objetivos, se evidencien, o sea
cuando estructuramos ya creamos condiciones para lo que pretendemos surja con
frecuencia. Esto es lo más importante, es la Especificidad del ejercicio y
nosotros como entrenadores, en función de nuestras necesidades es que vamos a
elaborar el ejercicio de acuerdo con determinado objetivo.
Durante la ejecución del ejercicio, la intervención en
función de la relación jugador-ejercicio-entrenador, hace que a veces sintamos
la necesidad de generar aún más para que lo que pretendemos se manifieste de
forma aún más clara y este tipo de intervención es apenas posible si sabemos
muy bien donde estamos y para donde queremos ir, para esto, se necesita un
conocimiento muy bien estructurado del Modelo de Juego que nos permita
reajustar la intervención siempre en el sentido de un direccionamiento
específico. Cuando creamos ejercicios nuevos existe la necesidad de
experimentar y ver como se aplican en la práctica, y ahí es donde frecuentemente procedemos a correcciones de
pequeños detalles aunque lo fundamental es saber exactamente lo que queremos y
crear el ejercicio más adecuadamente posible para esa necesidad, de forma que
cuando coloquemos a los futbolistas ellos experimenten o puedan vivenciar los
comportamientos y objetivos que pretendemos.
P: Uno de los objetivos del entrenamiento es contrarrestar
la lentitud del cerebro a través del desarrollo de la capacidad de
anticipación. ¿Como podemos hacer en la práctica, para que esto surja con la
mayor brevedad posible?
R: La especificidad en relación al modelo de juego es
fundamental y a partir de ahí tenemos que crear condiciones para que el jugador
se confronte con el máximo de situaciones posibles para que consiga anticiparse
promoviendo un surgimiento natural de las
cosas sin que haya necesidad de un proceso demorado de información, o
sea, tiene que haber una lógica de resolución de los problemas que sean
sub-conscientes. La especificidad que creamos en los entrenamientos va a permitir
que el jugador se adapte a una determinada forma de jugar que, en consecuencia
de esto, en la competición el se anticipe a un conjunto de situaciones
permitiendo una respuesta bastante más rápida. Naturalmente que esto es también
un proceso de costumbre y la de generar hábitos y la progresión del menos
complejo al más complejo es crucial para facilitar el aprendizaje.
La experimentación de los comportamientos deseados va a
hacer que los mismos sean adquiridos de forma más natural y debido a esto ira
decreciendo la necesidad de pensar demasiado sobre ellos, las cosas suceden de
una forma simplificada porque a partir de la creación del hábito, es cuando realmente se adquiere, de las
realidades que nosotros pretendemos, el jugador no tendrá problemas en encontrar la respuesta ya que es
una experiencia ya adquirida.
P: La obtención del concepto para que algo sea aprendido más
fácilmente es un dato adquirido. En la operacionalización del entrenamiento.
¿cómo encuentra el equilibrio entre la promoción del concepto para facilitar el
aprendizaje y la creación de ejercicios con un grado de dificultad adecuado?
R: Entramos nuevamente en los principios de progresión del
menos complejo hacia el más complejo. La necesidad de ir madurando cada vez más
nuestros principios y sub-principios es una evidencia. Al inicio tenemos que
reducir la complejidad para que, en una primera fase, la repetición sistemática
de los principios ocurra sin grandes barreras
y después de una fase más avanzada cuando sabemos que esos principios ya
se convirtieron en hábito, la complejidad del ejercicio será mayor y como tal
debemos centrar nuestra preocupación en percibir de que forma es posible
aumentar la calidad de nuestro juego partiendo de los niveles de complejidad
cada vez mayores.
P: Aquello que es aprendido tiene que quedar de alguna forma
retenido para ser evocado en el contexto adecuado. En la operacionalización del
entrenamiento, ¿que diferencias describe entre los ejercicios mayoritariamente
de aprendizaje y aquellos más direccionados para el mantenimiento del algún
principio?
R: En primer lugar tenemos que percibir en que nivel nos
encontramos. Es decisivo percibir lo que es la cultura individual de los jugadores que tenemos de
juego, y fundamental percibir las cualidades de los jugadores y percibir esto
en función de lo que se pretende. Si pretendemos que haya éxito en términos de
lo que hacemos en el entrenamiento y queremos que esto se constituya como un
aprendizaje en términos de cultura del juego, en términos de comportamientos
colectivos es necesario que se comprenda esta evolución en términos de complejidad.
Esto es decisivo, aunque también es decisivo hacer una evaluación de lo que
nuestro equipo, nuestros jugadores y de lo que es el conocimiento del juego por
parte del equipo y por todo esto la anticipación es aún más fácil cuanto mayor
fuera la cultura de juego del equipo. Haremos una evaluación que, por la
introducción de los sub principios y principios, por la complejidad de los
mismos que se genere, como es el proceso y como lo era antes, nosotros
estaremos constantemente generando nuevos ejercicios aunque los objetivos se
mantengan, crearemos ejercicios para que haya un cambio, una evolución del algo
que surja como obstáculo o estorbo, la ejecución de determinado principio para
que haya una readaptación estructural y mental para que no sea un proceso siempre
idéntico, para que exista un enriquecimiento en términos de trabajo.
A partir de la necesidad que tenemos de evolucionar hacia
nuevos ejercicios, también creamos la expectativa de como irá a ser la reacción
de los futbolistas en lo que se refiere a la relación con el ejercicio, con las
reglas y con los principios que queremos implementar. Se siente la necesidad
misma durante el propio ejercicio de readaptar, reajustar para que la
complejidad sea mayor o menor, para que
el objetivo que pretendemos, suceda.
Esto en el fondo, es un trabajo muy importante por parte del
entrenador, por la necesidad y por la relación que el tiene que tener con el
propio ejercicio en el sentido de percibir
el nivel de jugadores, del equipo y del entendimiento de los principios
y sub principios y el nivel de cultura de los jugadores en términos de grupo
para percibir la adquisición y el éxito en términos de éxito y la adquisición
del principio que va a suceder.
A partir de aquí, se crea una mayor o menor complejidad del
ejercicio y se reajusta en este sentido para que las cosas sucedan con éxito y,
naturalmente, si la situación fuera facilitada tampoco tendríamos el mejor
rendimiento, porque percibiremos fácilmente que los jugadores la ejecutarán con
mucha más facilidad y, por otro lado, si fuera mucho más compleja no sería
relevante para la adquisición de lo que pretendemos ya que tampoco ocurriría.
Es este el equilibrio que es fundamental en nuestra relación
directa con los ejercicios y con nuestra intervención al frente de dicho trabajo,
que es necesario percibir y, en términos que partir de una menor a una mayor
complejidad, identificar claramente cual es la cultura de los futbolistas y el
nivel de juego del equipo y a partir de ahí crear ejercicios en el sentido de
ajustarse al máximo al hecho de la adquisición de objetivos. No podemos
trabajar en los extremos, ni en la menor o mayor complejidad ya que no
existirían obstáculos en ese proceso de trabajo, lo que se pretende es la acción, debemos
crear situaciones en que el jugador tenga que reajustarse, readaptarse a algo
nuevo para que esa evolución pueda acontecer.
P: Sabido es que en la codificación de la información, el
pre-conocimiento motríz es facilitador del aprendizaje ya que apenas existe la
necesidad de re-codificar aquello que cambia relativamente a aquello que ya era
conocido. ¿Como se lidia con este hecho en la práctica sabiendo que existen
diferentes ritmos de aprendizaje para diferentes individuos, que hay jugadores
que llegan de nuevo y tienen que codificar todo un conjunto de información que
la mayoría ya domina?
R: Es fundamental el apoyo teórico cuanto mayor es el
desconocimiento del jugador del equipo en relación a un determinado tipo de
comportamiento que se pretende para el equipo, y cuando se individualiza a un
jugador que es nuevo en el equipo es que necesitamos introducirlo en una
cultura grupal para que el juegue como queremos. En primer lugar nosotros ya lo
seleccionamos para que el forme parte del equipo porque el tenía
características que nos interesaban en el sentido de esa perspectiva (en
términos de juego), después existen comportamientos que son necesarios y
fundamentales dentro del lenguaje del equipo y normalmente lo que nosotros
hacemos a los jugadores nuevos es crear condiciones facilitadas para
permitirles adquirir más rápidamente los conocimientos/conceptos del equipo. Podemos llamarlo a esto como un
“lavado de cerebro” en el sentido de dar apoyo visual y teórico con que el
jugador acompaña sus reuniones individuales y colectivas, en ejercicios
intentamos crear situaciones donde el pueda tener experiencias al nivel de lo
que pretendemos de él, aunque es obvio que hay una necesidad de una mayor
intervención y particularización de los comportamientos en relación a este
individuo específico aunque esto siempre sin que perjudique el contexto de lo
que es la información y la complejidad a
que los otros están habituados, en el fondo tenemos que encontrar un equilibrio
de forma que se identifique al jugador con los comportamientos, lenguaje grupal
y cultura de juego del equipo, e intentar hacer esto de la mejor forma de
facilitar la comprensión de la información dada sea teórica o visual y al mismo
tiempo hacer experimentación práctica de
un conjunto de ejercicios que permitan que él vivencie esos mismos
comportamientos de juego que pretendemos. Naturalmente, tenemos que percibir
que el mismo necesita de una evolución en términos de complejidad y que esa
complejidad será proporcional a su
capacidad de evolución. Depende mucho del jugador, depende de la inteligencia
suya y de su propia cultura de juego para percibir más rápidamente cuales son
las ideas del entrenador, cuales son los comportamientos que el entrenador
pretende para el, para el equipo y cual es la libertad que el tendrá en el equipo.
A veces hay necesidad, en términos de equipo, de reajustar
comportamientos de algunos jugadores en función de la calidad de un jugador.
Podemos dar el ejemplo de un jugador de banda o extremo, en que se sabe que es
un jugador extremadamente fuerte en el uno contra uno, tenemos entonces que
crear mecanismos de equilibrio en el equipo para que en el momento en que se
sabe debido a sus virtudes el equipo estará subordinado a este aspecto, debemos estar preparados para cuando esto
ocurra. En el fondo estos son los pequeños reajustes conductuales en términos
de equipo de acuerdo con aquello que es la realidad de un nuevo elemento que es
introducido y que será parte del grupo. Son pequeños reajustes aunque nunca una
alteración drástica de la forma de jugar, son reajustes específicos en función,
por veces de un plano estratégico, y esto sucede frecuentemente, es un proceso
también evolutivo y, a veces con el pequeño detalle hacemos la diferencia y
también la propia forma del jugador, que es importante para nosotros, es la
propia forma de estar de este jugador hace que nos generemos mecanismos para
fomentar el éxito en el juego. A veces tenemos que encontrar soluciones conductuales
en los elementos del grupo que no perjudiquen el lenguaje común del equipo
aunque permitan facilitar el éxito de todo el equipo. Hay un conjunto de
detalles que no ocurren solo cuando hay un elemento nuevo, y son muy
importantes para que el éxito pueda ser alcanzado.
P: Conociendo su forma de percibir al entrenamiento sabemos
que su acción se dirige al plano macro de “jugar”. ¿Cuáles son los trazos
generales de las características de su intervención en el plano Micro?
R: Es tanto más importante cuanto más perturbador lo es para
la resolución del juego y para el éxito del equipo. Es tanto más importante la
intervención cuanto mayor fuera el prejuicio de nuestra forma de jugar pues a
pesar de ser micro, o como le quisiéramos llamar, es importante en la medida en
que pensamos que la necesidad de intervención en función de que eso pueda
influir al equipo en términos de juego. En consecuencia, esta intervención a
veces pueda ser hecha porque percibimos que algo sucede, aunque podemos hacer
una intervención cuando se hace en la pausa del ejercicio y se llama la
atención de aspectos que son importantes para el ejercicio, llamando la
atención hacia la cuestión micro ya que
puede tener alguna perturbación. A veces sentimos la necesidad, durante el
mismo ejercicio, de interrumpir para que ese comportamiento o ese detalle en
términos de comportamiento no se repita o no suceda, es tan mayor nuestra
intervención inmediata para parar un ejercicio en el sentido de interrumpir lo
que va a suceder cuanto mayor fuera la perturbación de ese micro al macro de
juego. Podemos dar el ejemplo del lateral que pierde el balón, del extremo que
pierde el balón, del pivote que pierde el balón o el medio interior que la
pierde, y es tanto mayor la intervención cuando nos percibimos que es más
perjudicial para nuestro equipo ese
comportamiento. Todo es subordinado a lo macro, lo individual esta sujeto a
aquello que es el lenguaje de comportamiento común, lo individual tiene que
estar identificado con esto, cuando el error ocurre es cuando un determinado
detalle, sobre el punto de vista individual, va a perjudicar el comportamiento
colectivo, esos equilibrios colectivos del equipo tienen que ajustarse de
inmediato. Entonces es mucho más importante nuestra intervención cuanto mas
esto perjudicara a nuestro equipo.
Si tuviéramos que hacer esa intervención y parar
inmediatamente el ejercicio para hacer percibir claramente que algo esta mal,
que algo no esta correcto o que algo puede ser importante, también no es solo
cuando elaboramos un ejercicio elaboramos un principio que no es un fin. No es
un fin porque permitimos que a partir de allí las cosas evolucionen en función
de la creatividad de los jugadores subordinando aquello que nosotros
pretendemos en términos globales del grupo, aunque damos también libertad de un
mecanismo no mecánico, esto es, en el fondo atribuirnos el principio,
organizamos ese principio aunque el mismo no se disuelve en aquello que nos
establecemos la obtención del objetivo que queremos que suceda, aunque a partir
de ahí tenemos que percibir que todo tiene una evolución y esa evolución también
hará pensar en cosas nuevas.
P: Admitiendo a un equipo como un conjunto de jugadores con
diferentes funciones que condicionan las propiedades de todo, es esto que
finaliza la consecución o no de los comportamientos pretendidos. Por ello, la
evolución de ese todo se sustenta en la mejora individual de cada uno de sus
componentes, mejora esa condicionada por las referencias eminentemente
colectivas. Siendo dada toda la relevancia a ese objetivo colectivo, ¿como
trata en la práctica casos individuales que por algún motivo no atienden esas
referencias colectivas impidiendo su mejora contextualizada?
R: En primer lugar tenemos que percibir que el equipo es más
importante que lo individual y si percibimos que hay un jugador que tiene
cualidades y que esas cualidades también pueden ser importantes para nosotros,
a veces acontece que sus características a pesar de ser interesantes e incluso
encontramos que pueden contribuir de forma positiva para el equipo no se
insertan en nuestra forma de jugar. Hace poco hablamos un poco de esto, podemos
encontrar mecanismos propios dentro del equipo de forma que podamos soportar
estas características individuales para que las mismas no sean un estorbo a
aquello que es nuestra forma de jugar. Tenemos que encontrar el equilibrio y
también debemos creer que es posible encontrarlo dentro del equipo. En ningún
momento debemos hacer que el mismo perjudique nuestro equipo y tenemos que
encontrar el equilibrio, que también depende de la inteligencia de los
jugadores.
El futbolista debe también percibir, en la perspectiva de lo
que es el equipo, y el equipo tiene que conocer al jugador para permitir su
integración, ahora es fundamental entender que a veces los jugadores, por mucho
que queramos, no tienen cultura ni inteligencia táctica suficiente para que
puedan percibir nuestro juego, a veces tienen características individuales
extremadamente interesantes aunque no tienen condiciones para jugar en nuestro
equipo. Nuestro trabajo es crear condiciones para insertar un jugador en un contexto
de grupo sin que el perjudique nuestra dinámica colectiva ya que en ningún
momento el puede crear perturbación en la dinámica colectiva y para eso
promovemos la creación de algunos mecanismos de forma que el esta apoyado por
el equipo y esto es decisivo, tiene que ser y debe estar bien estructurado de
forma que consigamos percibir que a veces los jugadores vienen habituados a una
determinada posición y que sus características hacen que se piense en
posiciones diferentes donde se pueda explotar mejor ciertas capacidades y esas
características del jugador en otra posición que el mismo está habituado.
Podemos dar el ejemplo en que tuvimos a varios jugadores, en
el último club donde estuvimos, que estaban acostumbrados a otra posición en el
terreno de juego y nosotros percibimos que, en nuestra forma de jugar, ese
jugador no era el más indicado o no tenía las características más indicadas
para aquello que pretendíamos y encontramos soluciones posicionales diferentes
para estos jugadores. Un ejemplo concreto fue Geremi, que estaba acostumbrado como jugador de medio
campo donde podía jugar en cualquiera de esas posiciones en ese sector, esto
es, pivot , interior derecho o izquierdo y jugó muchas veces de lateral, llegó
a jugar de extremo, en consecuencia en función de la necesidad y en función de
las características de otros jugadores que estaban en el terreno de juego
nosotros crear un apoyo de forma que este jugador pudiese dar una contribución
al equipo. Tenemos que conocer muy bien a los jugadores y es con tiempo que
esto sucede, y así conseguimos generar condiciones para que el pueda ser
importante en el equipo.
P: Los desbalances, desequilibrios o la creatividad nos surge
como algo que de alguna forma tiene que estar ligado al Modelo de Juego. ¿Cómo lo
percibimos en la dimensión macro, esto es, como podemos potenciar esto de una
forma oculta?
R: Nosotros no somos inhibidores de creatividad. Tenemos un
lenguaje común que es un punto de partida ya que el juego es una dinámica donde
constantemente surgen cosas nuevas que crean dificultades a los jugadores y
crean constantemente la necesidad del jugador de responder exitosamente a esas
situaciones. En este sentido, es importante percibir que el lenguaje que
introducimos es una guía aunque después esa guía de organización colectiva
permite que la creatividad y la individualidad contextualizada surja sustentada
en ese lenguaje común. En términos individuales las características de un
jugador hacen que tu generes mecanismos de apoyo a ese jugador de forma que el
éxito sea más fácilmente alcanzado. Por ejemplo los jugadores que son muy
fuertes en el 1v1 “exigen” que se generen formas de equilibrar al equipo cuando
no hay éxito. Digamos que es fundamental no inhibir la creatividad aunque es
sumamente importante que esto esté inserto en la perspectiva de todo pues tiene
que existir siempre este apoyo, esto es, no puede ser ni aleatoria ni fuera de
contexto ya que ahí estaremos desequilibrando a nuestro equipo en vez de
desequilibrar al rival. El jugador tiene que ser inteligente para percibir
cuando puede dar rienda suelta a su creatividad y tiene que existir esa
sensibilidad en el caso contrario ya que el equipo puede sentir efectos
negativos pudiendo ser la causa del éxito o fracaso del equipo, por lo tanto tiene que existir
este punto de equilibrio y esto es tanto más posible cuanto mejor los jugadores
conozcan la dinámica conductual del equipo.
P: ¿Admite como potencialmente importantes para la obtención
del Modelo de Juego otras cosas que no tengan en cuenta la repetición
sistemática en especificidad de sus Principios de Juego, esto teniendo en
cuenta su vasta experiencia a nivel de alto rendimiento? (musculación,
personal-trainer, piscina..)
R: Yo no veo otra posibilidad que no sea esa repetición
sistemática en especificidad de los Principios de Juego porque es FUNDAMENTAL
percibir que la organización es el éxito y cuanto más organizado esté el equipo
más probabilidad de éxito habrá. En una época extremadamente competitiva donde
a veces la falta de tiempo para entrenar nos obliga a hacerlo en una
supra-especificidad relativa al Modelo, la única preocupación que tenemos es
entrenar comportamientos de juego, y entrenar principios, y atender el lado
estratégico en función del adversario en una perspectiva de anticipar lo que va
a acontecer en el siguiente encuentro, corregir comportamientos del juego
anterior, o sea, tenemos que rentabilizar al máximo el tiempo que tenemos para
entrenar, para potenciar al máximo el patrón conductual que queremos y no
pensamos en otra cosa!
P: Al estar en el alto rendimiento, donde cualquier detalle
es decisivo, no siente la necesidad de una individualización del entrenamiento
con recurso a maquinas de musculación, piscina, personal training….Insisto en
esto porque nos enfrentamos muchas veces, mismo dentro de nuestra Facultad, con
el hecho de Ustedes en el Chelsea, utilizan este tipo de recursos.
¿Confirma esto? ¿Que modelos utilizan?
R: Solo por idiotez y falta de rigor científico se puede
afirmar una cosa de estas porque la necesidad en términos de evolución de juego
es de tal orden que no tenemos tiempo para pensar en este tipo de
particularizaciones y en estas cuestiones. Nuestra perspectiva de trabajo no
fomenta esto porque no cree que esto pueda privilegiar en términos de rendimiento
y como lo que nosotros queremos es rendimiento y esto pasa por la
organización es una gran idiotez decir
esto, y yo no se donde se fue a buscar esa idea que tenemos personal trainers o
hacemos musculación. Es una falta de rigor científico enorme hacer estos
comentarios de este tipo ya que cuando nosotros apenas tenemos tiempo para
entrenar aquello que es fundamental para nosotros, cuanto menos tiempo aún para
entrenar cosas que no forman parte de nuestra forma de pensar del entrenamiento
y su metodología, por tanto estos aspectos no forman parte de nuestra
naturaleza para que le dediquemos tiempo Y QUE QUEDE BIEN CLARO QUE ESTOS
ASPECTOS NO FORMAN PARTE DE NUESTRA METODOLOGÍA DE TRABAJO!!
Vuelvo a repetir que sólo por idiotez y por falta de rigor científico
es que alguien pueda decir que nosotros tenemos personal trainers o hacemos
entrenamientos en piscinas!!
Por otro lado te quería pedir para que, cuando fueses
nuevamente confrontado con esas afirmaciones, invites a esas personas a hacer
estadías con nosotros para saber cual es nuestra realidad y para tener mayor
rigor cuando hacen este tipo de observaciones. Nosotros no tenemos que probar
nada a nadie ni tenemos necesidad de decir que hacemos cosas que después en la
realidad no hacemos, por lo tanto me causa risa cuando me dices que escuchas
esto. El principal responsable era el entrenador y en seguida era yo como
segundo responsable de la estructura técnica y afirmo que es ridículo que
alguien pueda afirmar cosas que en
realidad no hacemos! El que no crea puede ir a observar y constatar lo que
digo.
Es fácil percibir que durante un proceso de rehabilitación
médica, existan jugadores que tengan, por la forma como el departamento médico
se organiza, responsables por su proceso de rehabilitación, de superación de la
lesión, y estos jugadores son entregados a elementos del departamento médico y
ahí tengan en determinados momentos el cuidado de tratar de esas actividades
para hacer con los jugadores siendo que ahí si, utilizan los medios que ellos
consideran importantes para su recuperación, aunque aquí los jugadores no
estaban para trabajar en el campo, no estaban dados de alta y prontos para
trabajar con el resto del equipo, y en el gimnasio hacían hidro-gimnasia aunque
nunca en una perspectiva de recuperación funcional o biomecánica. A partir del
momento en que los jugadores estaban recuperados funcionalmente volvían al
campo, todo el trabajo era progresivamente específico en términos de modalidad
y Modelo de Juego. No tenemos necesidad de probar nada a nadie, hasta por
nuestra trayectoria, no tenemos la necesidad de decir que hacemos una cosa y
hacemos otra solo porque afirmamos ser diferentes. Nosotros somos efectivamente
diferentes para las personas que no consiguen percibir esta realidad y para ellos
es más fácil decir que nosotros somos iguales a ellos de que decir que
trabajamos de una forma diferente porque nosotros sabemos como ellos entrenan y
ellos desconocen completamente nuestra metodología de trabajo en los
entrenamientos.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Campos, C. (2007). A Singularidade da Intervenção do
Treinador como a sua «Impressão Digital» na… Justificação da Periodização
Táctica como uma «fenomenotécnica». Porto: C. Campos. Dissertação de
Licenciatura apresentada à Faculdade de Desporto da Universidade do Porto.
Monografia de Licenciatura realizada en el ámbito de la
disciplina del Seminário de 5º año de licenciatura en Deportes y Educción Física, en la opción de Fútbol, de la
Facultad de Deporte de la Universidad de
Oporto.
Orientador: Profesor Vítor Frade
Traducción
al Español:
Óscar Méndez Albano.