ENTRENAMIENTO EN EL FÚTBOL ESPAÑOL
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JESÚS
CUADRADO PINO
ENTRENADOR
NACIONAL DE FÚTBOL, NIVEL III.
MÁSTER
PROFESIONAL EN FÚTBOL (CESFÚTBOL Y UNIVERSIDAD DE MURCIA)
ESPECIALISTA
EN ALTO RENDIMIENTO DEPORTIVO POR LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE MADRID.
MÁSTER
EN ALTO RENDIMIENTO DEPORTIVO POR EL COMITÉ OLÍMPICO ESPAÑOL.
EX-PREPARADOR
FÍSICO DE U.D. SALAMANCA Y REAL VALLADOLID.
DIRECTOR
DE LA REVISTA TRAINING FÚTBOL.
DIRECTOR
DEL MÁSTER PROFESIONAL EN FÚTBOL (CESFÚTBOL Y UNIVERSIDAD DE MURCIA).
JECUPI@TRAININGFUTBOL.COM
Me parece adecuado comenzar con una frase que, como
profesor, en los apuntes
de mi asignatura del Máster Profesional en Fútbol para
Entrenadores Nacionales y Licenciados en Educación Física, indico textualmente:
“Los principios del entrenamiento deportivo, por sí solos, no dotan al
deportista de un
adecuado rendimiento en su especialidad.
Para rendir a buen nivel en una especialidad concreta se
exige una adaptación concreta.
El proceso de entrenamiento ha de estar enfocado a la
dinámica y particularidades de las acciones inherentes a cada deporte.
Por ejemplo, tanto un lanzador de peso como un jugador de
fútbol necesitan de la fuerza como capacidad biomotora, pero cada uno manifiesta
la fuerza de forma muy
diferente en sus respectivas competiciones, por lo tanto,
cada uno precisa una metodología distinta para el desarrollo de la fuerza”.
En fútbol, no se trata de ser más resistente ni más rápido
ni más fuerte que el rival, se trata de ser más eficaz en el juego. Aunque no debemos
olvidar que se necesita
la resistencia, la rapidez y la fuerza. Esto nos lleva a una
reflexión que yo repito mucho a los entrenadores:
la técnica, la condición física y la capacidad mental son
herramientas muy importantes, pero siempre han de estar al servicio de la
táctica y del juego.
Para
planificar el proceso de trabajo en fútbol, los entrenadores debemos
orientarnos en las ciencias del entrenamiento, pero para conseguir una
verdadera transferencia a las exigencias de la competición tenemos que aplicar el
modelo de competición en
fútbol. Modelo que tenemos que considerar desde dos
parámetros:
las características del fútbol como deporte y el análisis
del juego. El fútbol, por sus características y la dinámica de su juego,
requiere varios modelos de entrenamiento
que resumo en el gráfico superior.
El modelo globalizado y el modelo estructurado son los que producen
mayor transferencia a la competición,
pero dentro del proceso de entrenamiento es
necesario el modelo analítico en determinadas ocasiones. Lo
que sucede actualmente en la práctica, sobre todo en nuestro país, es que
muchos creen que el modelo
analítico sólo sirve para el desarrollo de las capacidades
condicionales
y no para el trabajo técnico o táctico.
La mejor vía para
ganar es jugar bien y
el requisito para
hacer esto es entrenar
correctamente Pero en
la práctica se incurre
en multitud de errores
en la aplicación de la
metodología de
entrenamiento, que vamos a
explicar cómo debe ser
para que tenga éxito.
La resistencia en
fútbol.
Hay que desarrollar el metabolismo anaeróbico láctico y el
metabolismo
aeróbico. Cada uno de ellos proporciona unos beneficios al
futbolista:
el metabolismo anaeróbico láctico permite realizar los
esfuerzos a un ritmo alto y acceder a esfuerzos de alta intensidad a lo largo
de la temporada. El metabolismo
aeróbico permite una buena recuperación entre esfuerzos y
mantener una regularidad en el rendimiento durante toda la temporada.
Además, hemos de tener presentes los dos subtipos de cada
uno de estos dos metabolismos, lo que supone cuatro sistemas energéticos de la
resistencia:
capacidad aeróbica, potencia aeróbica, capacidad láctica y
potencia láctica. Debemos considerar que el aumento de la capacidad aeróbica no
es significativo a
partir de los 18 años, por eso estimo que no es aplicable en
el fútbol adulto.
La fuerza en fútbol.
Me parece muy acertada la clasificación de fuerza de la
escuela italiana, encabezada por Carlo Vittori, que tiene en cuenta los tres
componentes del músculo:
componente contráctil, componente elástico y componente reflejo.
Aplicando esta clasificación al fútbol, clasifico las cuatro manifestaciones de
fuerza que debe
trabajar el jugador: fuerza máxima dinámica, fuerza
explosiva, fuerza explosivo-elástica y fuerza explosivo-elástico-refleja.
Además de estos cuatro tipos de fuerza, para
organizar el entrenamiento y planificar la orientación de
los ciclos a lo largo de la temporada tenemos que hacer referencia a cuatro conceptos:
fuerza general, fuerza
dirigida, fuerza especial y fuerza compensatoria.
La velocidad en
fútbol.
Desde hace mucho tiempo sostengo que la velocidad en el
fútbol no existe desde el punto de vista anatómico ni desde el punto de vista
fisiológico. Sin embargo,
a nivel externo, el fútbol contiene muchas manifestaciones
de velocidad
Dentro del aspecto físico tenemos:
velocidad de reacción, capacidad de aceleración y velocidad de
traslación. Dentro del aspecto técnico-táctico tenemos las velocidades mental,
gestual y técnica.
En este punto quiero hacer una reflexión muy particular: los
estímulos máximos (carreras a máxima velocidad sobre distancias cortas) son un
método de entrenamiento
utilizado en casi todos los equipos con la pretensión de
mejorar la capacidad
de aceleración y la velocidad de traslación. Sin embargo, con
este método es imposible conseguir las mejoras pretendidas. La capacidad de
aceleración y la velocidad
de traslación dependen del potencial del músculo. Por eso, únicamente
con trabajos de fuerza pueden desarrollarse. Los estímulos máximos pueden
mantener sus niveles, pero ni las desarrollan ni las mejoran.
El error de olvidar
el trabajo de fuerza compensatoria.
El trabajo de fuerza compensatoria es imprescindible para
fortalecer grupos musculares que no se desarrollan en forma paralela a los más
requeridos por el futbolista.
Se trata de evitar lesiones en músculos antagonistas o
sinérgicos de las acciones de competición.
En muchos equipos profesionales de nuestro país no se hace
este trabajo, especialmente
se descuida el trabajo de isquiotibiales (semitendinoso,
semimembranoso y bíceps femoral), no se les somete a ejercicios de
fortalecimiento y flexibilidad. Aquí tenemos
una causa de que se produzcan tantas lesiones en este grupo
muscular. Entre los años
92 y 96, en el Salamanca y el Valladolid, fabriqué un
aparatito para cada jugador, con gomas de fonendoscopio, con el fin de trabajar
los isquiotibiales de forma
concéntrica, isométrica y excéntrica. No tuvimos lesiones de
este tipo. Muchos jugadores se llevaron el aparatito cuando ficharon por otros
equipos.
El abuso de los
rondos.
En casi todos los equipos profesionales se emplea gran parte
de las sesiones de entrenamiento ejecutando rondos. Abusar de ellos, convirtiéndolos
en tareas
esenciales, significa confundir un trabajo complementario
con un trabajo fundamental, provocando un gran déficit en el entrenamiento del
equipo. El rondo no tiene connotaciones ni similitudes con el juego: se
desarrolla en un espacio delimitado y fijo, hay muchas líneas de pase, los
pases siempre son cortos y al pie, en posesión del balón sólo existe el objetivo
de pasar, no se provocan desmarques de ruptura, el jugador que defiende se
limita a interceptar el balón. Los rondos no tienen transferencia a la
competición, pueden servir como calentamiento o como recuperación activa o para
tareas recreativas, pero no pueden emplearse como tarea integral con el
objetivo de
que produzcan una mejora específica del juego.
Lamentablemente,
existe una excesiva utilización de ellos, de la misma forma
que existe una equivocación al denominar rondos a múltiples tareas de
entrenamiento que no son tales.
El déficit en el
entrenamiento de la táctica.
Para el fútbol, hace años establecí la siguiente definición
de táctica:
todas las acciones colectivas e individuales que se
desarrollan con el objetivo de neutralizar y superar al adversario; la táctica
es una lucha directa contra el oponente.
Posteriormente añadí que la verdadera táctica es la
capacidad del jugador para tomar decisiones durante el juego. Salvo honrosas excepciones,
la táctica se entrena mal, porque se confunde
el entrenamiento globalizado y estructurado con un revoltijo de
ejercicios físicos, técnicos y tácticos mezclados sin criterio. Se hacen tareas
con balón que no contienen un diseño táctico apropiado.
El objetivo de las tareas tácticas debe ser desarrollar el
proceso cognitivo del jugador para que mejore su capacidad de interpretación ante
las cambiantes situaciones
del juego. Además, hemos de tener presente que los jugadores
aprenden con lo que hacen, no con lo que se les dice. Muchos entrenadores
profesionales pretenden
que su equipo juegue de una forma concreta simplemente por
sus indicaciones verbales.
Esto sólo conducirá a soluciones erróneas, como muestra
metafóricamente el siguiente gráfico, que he tomado del libro ‘El aprendizaje de
las acciones motrices en el deporte’, de Robert Singer, editado en 1986 y que
mantiene una gran vigencia.
1.- SE JUEGA MAL
PORQUE SE ENTRENA MAL.
La labor esencial del entrenador profesional de fútbol es
entrenar efi cazmente para que su equipo juegue bien con el objetivo de ganar.
La mejor vía para ganar
es jugar bien. El requisito para jugar bien es entrenar bien.
Pero en la práctica se incurre en multitud de errores en la aplicación de la
metodología de entrenamiento.
No se parte de un buen análisis del juego y de las variantes
tácticas, y abunda la aseveración de “hay que ganar como sea”. Sin embargo,
está muy claro que esta frase es un tópico, una mentira y, lo que es peor, una
coartada para la incapacidad. Los
que dicen que “hay que ganar como sea” entrenan “como sea”,
por eso juegan tal mal sus equipos.
2.- LAS RECETAS O EL ENTRENAMIENTO
IMITATIVO.
Son muchísimos los entrenadores que se dedican a observar
entrenamientos, sobre todo entrenamientos de equipos del más alto nivel, para
apuntar lo que hacen
y luego hacerlo ellos con sus respectivas plantillas.
Además, su publican muchos ejercicios estereotipados como si
sirviesen para todo y muchos les copian al pie de la letra, a modo de receta.
Lo importante no son las recetas, sino los conceptos. Todo no vale para todos.
En un ejercicio de técnica no basta
con describir su desarrollo, es totalmente necesario crear
unos elementos de corrección para buscar la mejora. Si se trata de una tarea
táctica, se hace imprescindible
dotarla de un fundamento que sea aplicable a la competición
en función de las características de cada equipo.
3.- DEL CAMPO AL
BANQUILLO.
No pretendo indicar que los que hayan jugado en un alto
nivel profesional no puedan ser buenos entrenadores.
Hay ejemplos de grandes jugadores que después han sido
grandes entrenadores. Lo que indico es que pasar directamente del campo al
banquillo es un error. Reafirmo que jugar no es una garantía para entrenar, en
medio se necesita una formación. Pero
en nuestro país es una norma muy extendida: jugador famoso
que pasa a entrenar a un equipo profesional en cuanto deja de jugar. Lo cierto
es que jugar y entrenar
son dos actividades completamente distintas que requieren
capacidades distintas.
Quienes consideran que haber jugado al fútbol a un alto nivel es una
garantía
para entrenar bien están en un error. Se lo argumento con cinco razones
muy concretas:
1ª.- Se juega por cualidades y se entrena por conocimientos.
2ª.- A la gran mayoría de los jugadores sólo les gusta
jugar, pero no les gusta el fútbol; prueba de ello es que, mientras están en
activo, no ven los partidos que se televisan, porque no les interesan y están
pendientes de otras cosas.
3ª.- Cuando juegan,
tienen una visión muy parcial del juego y un desarrollo muy limitado del mismo,
porque sólo le observan desde la perspectiva de su puesto.
4ª.- Tienden a entrenar por imitación, copiando sin análisis
ni rigor lo que han hecho ellos con los entrenadores que han tenido.
5ª.- Como la edad ya
no les permite seguir jugando, quieren mantenerse, ahora como entrenadores, en
una actividad a la que han estado muchos años ligados; no son entrenadores por
vocación, sino por seguir la inercia de una actividad que puede permitirles un
puesto de trabajo.
Muchos de ellos, recientemente pegaban patadas al balón y
ahora pegan patadas a la pedagogía.
4.- LAS MODAS INUNDAN
LAS SESIONES DE ENTRENAMIENTO.
En nuestro fútbol profesional actual abundan los
entrenamientos por simple moda. Hace muchos años la moda era el entrenamiento
de resistencia, luego se pusieron de moda los partidos de los jueves, más tarde
los estímulos máximos y el trabajo de reactividad
de los viernes, después los rondos, siguieron los ejercicios
de posesión en espacios reducidos, luego el entrenamiento globalizado, a
continuación el trabajo de fuerza publicado por Guilles Cometti, actualmente vemos
la panacea en lo que se ha dado en llamar “periodización táctica”, que proviene
de la escuela portuguesa. El aumento del rendimiento en todos los deportes se
debe en gran parte a la progresión en los métodos de trabajo, pero resulta
estéril, además de perjudicial, utilizar modelos de entrenamiento sólo porque
supongan una moda. Los “modernos” hablan ahora del ataque previsto (del que
Benito Floro hablaba en los años 90 y explicaba ejercicios muy eficaces
para desarrollarlo), emplean muchos una formación 1-4-2-3-1
(que Juan Manuel Lillo puso por primera vez sobre un terreno de juego en la
temporada 91-92 con
la Cultural Leonesa y continuó en la Unión Deportiva Salamanca,
culminando con un ascenso desde Segunda B a Primera en sólo tres temporadas),
comentan sobre el trabajo táctico diferencial por grupos (que ya desarrolló
Jorge D’Alessandro hace más de diez
años). Sin embargo, todavía no analizan ni emplean los
principios fundamentales del juego, las zonas activas del juego, las
especialidades en ataque y en defensa,
y el proceso de acción del jugador; aspectos que yo he
introducido como básicos en su concepción teórica y aplicación práctica, y que
llevo desarrollando hace muchos años en conferencias y apuntes. Con suerte,
dentro de unos quince años, se incluirán en la
enseñanza oficial para entrenadores.
5.- TAREAS TÁCTICAS
EN LAS QUE PRIMA LO
CONDICIONAL.
Considero que en fútbol debería seguirse una máxima inalterable
para aplicar al entrenamiento: cuando se haga una tarea globalizada mediante
juegos empleando
el balón, siempre debe prevalecer el aspecto táctico. Pero
observo que esto no sucede en la práctica.
Más bien al contrario, se diseñan tareas con elementos tácticos,
técnicos y físicos simultáneos y en su desarrollo sobre el campo de
entrenamiento casi siempre se incide sobre lo condicional. Se exige velocidad, esfuerzo,
empeño máximo. Se descuidan las
correcciones técnicas y, sobre todo, tácticas. Ello lleva a
un aprendizaje erróneo que produce en los partidos falta de precisión y
equivocadas tomas de decisiones
en los futbolistas. El esfuerzo y la velocidad sin precisión
no sirven para nada. Hay que aplicar la máxima velocidad que nos permita la
precisión.
6.- F. C. BARCELONA:
MODELO DE JUEGO, MODELO DE ENTRENAMIENTO.
Entre la gran confusión terminológica que existe en el fútbol
está la frase “modelo de juego”. Cada juego, o juego deportivo, es un modelo en
sí mismo. Así tenemos
que el fútbol, baloncesto, balonmano, rugby…son modelos de
juego. Cada uno es un modelo sujeto a unas reglas y a una dinámica de
desarrollo muy concreta. Lo que ocurre es que dentro de cada uno de ellos se
pueden utilizar unas u otras variantes tácticas
para adaptarlas a cada equipo. Por eso, personalmente, considero
que cuando queramos referirnos a la forma de jugar de un equipo de fútbol
deberíamos hablar de “modelo táctico” en vez de “modelo de juego”.
Por encima de esto, considero que el buen equipo de fútbol
no es el que emplea una defensa adelantada o intermedia o retrasada, ni el que
desarrolla un
ataque indirecto o directo o contraataque. Considero que el
buen equipo de fútbol es el que tiene entrenadas todas las variantes tácticas y
emplea unas u otras durante cada partido, según convenga a la situación de
juego que se presente. Todo el mundo dice que el Barcelona tiene un modelo de
juego muy afianzado, lo que representa la clave de su éxito. Desconocimiento.
En primer lugar, emplean mal la frase porque a lo que se
refieren es a un “modelo táctico”, como explico anteriormente. En segundo
lugar, se equivocan al
decir que el Barcelona tiene una forma sistemática de jugar.
Lo que ocurre es que entrenan perfectamente las situaciones del juego en
relación a la toma de decisiones
que deben tomar todos sus jugadores cuando tienen el balón,
cuando le tiene un compañero y cuando le tiene un jugador rival. Entrenan
mediante lo que
ellos llaman tareas simuladoras preferenciales para actuar
eficazmente a nivel colectivo e individual ante las cambiantes circunstancias
del juego. Su modelo de juego es el fútbol, su modelo táctico es interpretar bien
las situaciones para obrar en consecuencia. Si el Barsa juega bien es,
fundamentalmente, porque todos sus futbolistas saben interpretar perfectamente
las situaciones que se les pueden presentar en el desarrollo
del partido, merced a una cultura táctica desarrollada con
eficaces tareas de entrenamiento.
7.- ENTRENAMIENTO DE
LA SITUACIÓN DE DEFENSA,
OLVIDO DE LA SITUACIÓN DE
ATAQUE.
mismo con las acciones colectivas de ataque. Más o menos,
vemos bastantes equipos que se repliegan bien, que hacen las coberturas
adecuadamente y ejecutan
correctamente las vigilancias defensivas. Pero con el balón
no tienen la más mínima coordinación colectiva. Entrenan la situación de
defensa y no hacen lo mismo con la situación de ataque. Este hecho me resulta
sorprendente, porque en ataque hay más
variantes que en defensa, mucha más riqueza táctica.
Estos entrenadores suelen decir que la defensa se prepara y
el pase de gol aparece, no obstante, deberían tener presente que los
movimientos ofensivos bien desarrollados favorecen muchísimo la aparición del
pase de gol. Demasiados equipos que defi enden,
digamos, de forma correcta y que están perdidos y sin rumbo
en ataque. Así, podemos observar multitud de errores de jugadores de altísimo
nivel en sus movimientos
sin balón en la zona de finalización.
LOS EQUIPOS ESPAÑOLES ESTÁN A GRAN NIVEL MUNDIAL.
Así es. Pero esto se debe principalmente a que compran muchísima
calidad técnica. Fichan a base de talonario a los mejores jugadores del mundo.
Tienen mucha técnica y mucho talento individual alquilados.
Este talento y técnica de muchos de sus futbolistas les
ofrece un gran rendimiento, sobre todo cuando se enfrentan a equipos con
presupuestos mucho más bajos.
Pero lo único que están haciendo es sumar jugadores, sin
embargo jugarían mucho mejor y conseguirían
mejores resultados si en vez de sumar jugadores,
lo que hiciesen fuera coordinar jugadores. El máximo rendimiento
de un equipo de fútbol se expresa con la
coordinación de todos sus futbolistas, no con la simple
suma. Esta coordinación debe estar basada en un eficaz
desarrollo de las acciones tácticas con el aporte de una buena condición física
específica.
Aspectos que sólo se logran a través de una buena
metodología de entrenamiento.
"El talento sin esfuerzo solo sirve para
divertirse".
Javier Imbroda.
Óscar Méndez Albano.
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