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De acuerdo con Graça
(1994), son dos tipos de problemas los que están implicados en el proceso de
aprendizaje (entiéndase entrenamiento): (1) Los problemas de la selección de la
respuesta adecuada a la situación ( el que, el cuando y el porque) y los
problemas relativos a la realización de la respuesta motora (el como). Faria y
Frade
(1999) explicaron que “[…] en el fútbol no gana el que salta
más alto, quien corre durante más tiempo y más rápido. Normalmente el objetivo
del juego de fútbol es ser superior al adversario en número de goles, o sea,
marcar más y sufrir menos […] De esto se concluye que lo más importante no es
el componente físico, sino el componente táctico de periodización”. Otros
autores concordaron con esas
afirmaciones (GASPAR; FERREIRA; PÉREZ, 2005; GRÉHAIGNE;
GODBOUT; BOUTHIER, 2001;
NUNES; FANTATO; MONTAGNER, 2006; RINK; FRENCH; TJEERDSMA,
1996). De esta perspectiva del entrenamiento, se hace evidente que, mas
importante que intentar mejorar la altura de los saltos de los futbolistas es
mejorar su capacidad de decisión en relación al “cuando” y “como” saltar, o sea, mejorar su
capacidad de realizar el o los saltos en cualquier momento del
juego de forma deliberada y oportuna. El modelo de juego impuesto por el
entrenador condicionará fuertemente las decisiones de los jugadores, donde
deben o no estar, donde deberán colocarse para saltar, o como deberán cabecear.
El principio de especificidad dictamina que sean entrenados
los aspectos que están relacionados directamente con el juego (estructura del
movimiento, tipo de esfuerzos, naturaleza de las tareas, (…) en el sentido de
viabilizar la mayor transferencia posible de las adquisiciones conseguidas en
el entrenamiento para el contexto específico de juego (GARGANTA, 1999).
De esta forma el modelo de juego y sus principios en cuanto al
concepto teórico asumen gran relevancia
en la orientación del proceso de entrenamiento. Modelo de juego y especificidad
se unen de una forma simbiótica en los juegos deportivos colectivos y,
particularmente, en el fútbol. Damasio
(2001) informo que las imágenes mentales “son construcciones momentáneas,
tentativas de réplica, de patrones que ya vivenciados por lo menos una vez y
para los cuales la posibilidad de obtenerse una réplica exacta es baja […] la
probabilidad de que ocurra una réplica substancial puede ser superior o
inferior, dependiendo de las circunstancias que las imágenes fueran asimiladas
y puedan ser accedidas.” Por ejemplo, hacer entrenamientos técnicos y exigir
que los futbolistas puedan ejecutar un modelo de juego de alta complejidad
durante la competencia (GARGANTA, 1998), haciendo sesiones con énfasis en la
técnica prepara al futbolista para ejecutar bien el fundamento en aquel
contexto de entrenamiento (DAOLIO,
2002),
aunque no mejora al deportista para practicar el mismo
fundamento en una situación de juego (TURNER; MARTINEK, 1995), no entrenando el
modelo de juego elaborado por el entrenador.
De acuerdo con Damásio (2001), una gran parte del
conocimiento general es almacenado en el encéfalo bajo la forma de imágenes.
Así, las imágenes sobre las cuales el ser humano actúa no solo deben estar
focalizadas sino también deben ser mantenidas activamente en la mente – algo
que es realizado por la memoria en constante trabajo a través del
entrenamiento. El mismo autor afirma que “el hecho que un organismo tenga una
mente significa que ella forma
representaciones neuronales que pueden transformarse en imágenes que son
manipuladas en un proceso llamado pensamiento, lo cual acaba por influenciar el
comportamiento en virtud de la ayuda que confiera en términos de previsión del
futuro, de planificación que este de acuerdo con esa previsión y de la elección
de la próxima acción”. Se refiere entonces que al utilizar las imágenes
evocadas, puede recuperar un tipo de imagen del pasado, lo cual fue formada
cuando ella planifica cualquier cosa que pueda suceder, que espera que venga a
suceder. De acuerdo con esta perspectiva, cuanto más “rico” sea el
entrenamiento en la diversidad de imágenes
inducidas a los jugadores /equipo, más apto se tornará un jugador
/equipo en su capacidad de anticipar un estímulo (asociándolo a una imagen
previamente adquirida) y de elaborar una respuesta / acción.
Un ejercicio debe poseer la facultad de proporcionar a los
jugadores/equipo el mayor número de imágenes para que las tomas de decisión
sean adquiridas en la resolución del problema de juego (TAVARES, 2002).
Esto solo es posible si el entrenador utiliza ejercicios que
simulen situaciones de juego o que simule aspectos relacionados con la
organización de juego del equipo (RAAB, 2003).
Es importante afirmar que, dentro de esta diversidad de
imágenes el entrenador debe buscar que los ejercicios se relacionen con la
manera o intención de jugar del equipo, esto es, que deriven del modelo de
juego determinado por el entrenador (CARVALHAL, 2003). Castelo (1994) explicó
que cada persona dentro de su cabeza tiene un modelo mental del mundo, una
representación subjetiva de la realidad externa, que consiste en decenas de
miles de imágenes. “Para que la persona consiga actuar.. es indispensable que
el modelo tenga alguna semejanza en sus líneas generales con la realidad […]”
(CASTELO, 1994). Así, la especificidad se debe traducir como la construcción de
los ejercicios de entrenamiento, que buscan inducir a los jugadores de la forma
más cercana posible a la forma de pensar de juego del entrenador.
“proporcionarán una
mayor adaptación y generarán un mayor rendimiento en la prestación durante el
juego” (OLIVEIRA; FRADE, 1991).
En los ejercicios se debe introducir la noción de
especificidad: “solo se podrá llamar
ESPECIFICIDAD si hubiese un
permanente y constante relación entre
los componentes psico-cognitivos, táctico-técnicos, físicos y coordinativos, en
correlación permanente con el modelo de juego adoptado y los respectivos
principios que le den cuerpo” (OLIVEIRA, 2005, 2007), o sea, la adecuabilidad /adaptabilidad
de un ejercicio en función del modelo de
juego pretendido, articulando/ modelando de forma sistémica los cuatro
componentes del rendimiento deportivo. De este postulado es también la idea que
la especificidad se asume como un “concepto dinámico y que no es absoluto y
estático” (OLIVEIRA; FRADE, 1991).
Entonces, la elaboración de los ejercicios de saltos de
impulso vertical debe ocurrir en el juego y en el entrenamiento situacional
(SINDIK; VIDAK, 2008; COUTINHO; SANTOS SILVA, 2009), aunque siempre de acuerdo
con el modelo de juego para realizar un adecuado trabajo táctico (TRNINIC et
al., 2008), con el fin de proporcionar un almacenamiento en la memoria al
respecto de “que hacer” o “como hacer” (WOLPERT;GHAHRAMANI; FLANAGAN, 2001). En
el caso que esas directrices no sean respetadas el entrenamiento del salto de
impulso vertical no va a mejorar la inteligencia de juego del atleta
(CARVALHAL, 2001), simplemente desarrollará lo físico y/o lo técnico durante el
cabeceo. Actividades que no ejercitan el pensamiento táctico (RAAB, 2007).
Barbanti (2001, p. 3) refuerzan una de estas afirmaciones, sobre el
entrenamiento físico, de no estimular el raciocinio táctico a través de la
siguiente definición:
El entrenamiento físico es una repetición sistemática de
movimientos que producen reflejos de adaptación morfológica y funcional, con el
objetivo de aumentar el rendimiento (físico) en un determinado espacio de
tiempo.
Se concluye que el entrenamiento de salto vertical debe
estar inserto en el modelo de juego del equipo de fútbol para generar la acción
táctica en el encuentro indicado por el entrenador (OLIVEIRA et al., 2006).
LA CONSTRUCCIÓN DE LOS EJERCICIOS.
A lo largo de este estudio de revisión fuimos afirmando que
“ un ejercicio solo es verdaderamente específico si sigue una orientación
íntimamente ligada al modelo de juego adoptado por el entrenador, subyacente a
un contexto que lo define en determinado momento, fruto de la lógica del
proceso de entrenamiento, atribuyéndoles un sentido” (TAVARES; FRADE, 2003).
Cuando el entrenador planea el entrenamiento de acuerdo con
esta ESPECIFICIDAD, el entrenamiento de las capacidades físicas “fuerza”,
“resistencia” y velocidad asumen contornos diferentes de una perspectiva
estrictamente fisiológica (científica). Así, de acuerdo con los mismos
autores, se pueden dividir los
ejercicios por paquetes de contracciones musculares, o sea, atendiendo a la
tensión, velocidad de contracción, la duración de la contracción, que serán
determinados por el propósito de jugar de acuerdo a una manera, el modelo de
juego. De este modo, el entrenador luego de verificar cuales van a ser los
comportamientos realizados en su juego que necesiten y que tipo de
contracciones musculares pretende entrenar, debe solicitar dicho comportamiento
en los ejercicios de entrenamiento. Los saltos promueven la realización de gran
tensión muscular y de contracciones musculares excéntricas basadas en la
producción de la fuerza por los músculos mono-articulares y su transferencia inter-segmentaria por los
músculos bi-articulares de los miembros inferiores, en el sentido próximo-distal
(DURWARD; BAER; ROWE,
2001; PRILUTSKY; ZATSIORSKY, 1994).
Los saltos pueden ser incluidos en las sesiones de
entrenamiento dedicadas al entrenamiento de principios, sub-principios y sub
principios de los sub principios del modelo de juego caracterizados por el uso
acciones de “Fuerza-Específica”. Estos ejercicios promueven alta tensión
muscular, tienen corta duración y presentan una velocidad moderada/alta
(OLIVEIRA, 2004).
Debe prevalecer siempre la idea de que las características
físicas de determinado ejercicio emanan siempre del modelo de juego, de la
manera de jugar del equipo. Es de acuerdo con el entrenamiento de estos
principios, sub principios y sub principios de lso sub principios del modelo de
juego del entrenador que será manejada la dinámica de las cargas. Bajo esta
metodología de entrenamiento, serán elaborados ejercicios de entrenamiento que
requieran, en un determinado espacio de tiempo definido, entre 9 y 30 días
porque Marques Junior (2009b) afirmó que en esa duración ocurría un significativo almacenamiento del contenido
en la memoria, una maximización de las repeticiones del aspecto que fuera
ejecutado, (en este caso el salto vertical) que vendrá según el modelo de juego,
o se el trabajo táctico.
De acuerdo con Tavares y Frade (2003), es necesario
comprender que “existen diferentes ‘futboles, diferentes juegos y diferentes
formas de jugar […]”. Siendo así, es tenida en cuenta la noción de
ESPECIFICIDAD que fue presentada anteriormente, se torna imposible dar recetas
para el entrenamiento, recomendar ejercicios a pesar que estos se encontraran
fuera de la esfera del propio modelo de juego del lector. El ejercicio solo es
específico si fuera construido por el propio entrenador, de acuerdo con su
forma de entender el juego, de acuerdo con sus propios principios y filosofía.
La propia forma de conducción, en la práctica, de un mismo ejercicio cambia
según el entrenador que lo lleve al a
práctica, pues cada uno enfatiza determinados aspectos.
Todo se relaciona con la forma de entender el fútbol y con
las ideas que cada entrenador tenga. No se puede por lo tanto, sugerir ningún
ejercicio, aunque apenas ejemplificar, para un determinado sub principio de un
hipotético modelo de juego, un ejercicio en el cual el salto de impulso
vertical es trabajado de acuerdo con la noción de ESPECIFICIDADE.
A continuación, son presentados 4 ejemplos de ejercicios
para que el lector pueda entender como es estructurado el entrenamiento de
salto de impulso vertical centrado en el modelo de juego.
Ejemplo 1
Tema / Momento:
Organización ofensiva
intersectorial/grupal.
Sub-Principio:
Organización ofensiva
intersectorial/grupal – sector de medio-campo ofensivo y ataque: explorar los corredores
laterales para efectuar centros para el cabeceo de los atacantes y medio-campistas; ubicar rápidamente
un gran número de jugadores en posición de cabeceo; colocar dos jugadores en
posición adecuada para efectuar remates a puerta (2ª pelota).
Objetivos:
Explorar los corredores laterales;
Ejecutar buenos centros;
Buscar los espacios para el juego aéreo y para la 2ª pelota.
Forma/Descripción: 6 + (2) x 5. El equipo atacante en
azul de 6 + (2) intenta colocar la pelota en sus laterales que efectúan centros
para el cabeceo de sus compañeros de equipo. Los centrales en rojo que se
encuentran defendiendo intentan impedir al equipo adversario de marcar un gol.
Nadie puede entrar en el área delimitada de los latelares. Siempre que haya un
gol o una interceptación, el balón re comienza en el centro del campo por el
equipo atacante. El espacio es de un medio campo, o sea, acontece un
entrenamiento situacional.
Vea la Figura 1.
FIGURA 1: Los
laterales en negro deben centrar el balón al área para generar juego aéreo,
habiendo un portero (G).
Ejemplo 2
Tema / Momento:
Organización ofensiva intersectorial/grupal.
Sub-Principio:
Organización ofensiva intersectorial/grupal – sector de medio-campo
ofensivo y ataque: basado en Hughes y Franks (2005), las mayores chances de gol
acontecen con cuatro toques al balón, los jugadores deberán practicar dos
pases, siendo que el tercer toque el lateral va a efectuar un centro para un
cabeceo de los atacantes y medio campistas, sucediendo el cuarto toque en el
cabeceo.
Objetivos:
Perfeccionar la precisión del pase con pocos toques al balón;
Ejecutar buenos centros;
Buscar espacios libres para cabecear.
Forma/Descripción: 6 + (2) x 5.
El equipo atacante intenta colocar el balón en sus laterales
que efectúan centros para cabecear por parte de sus compañeros de equipo. Para
que el balón llegue a los laterales deben haber máximo dos pases, el tercero
será el centro y el cuarto el cabeceo. Los pocos toques permitirán que la
defensa no tenga un adecuado posicionamiento, generando un ataque veloz y con
alta posibilidad de gol. Los centrales que se encuentren defendiendo intentarán
impedir a los rivales de marcar. Siempre que haya un gol o una interceptación,
el balón re comienza en el centro del campo por el equipo atacante. El espacio
es de un medio campo, o sea, acontece un entrenamiento situacional.
Ejemplo 3
Tema / Momento:
Organización defensiva individual.
Sub-Principio:
Anticipación y agresividad en los duelos aéreos.
Objetivos:
Perfeccionar la técnica
de interceptación del balón en el aire.
Descripción:
Grupos de dos jugadores colocados uno delante de otro y de
espaldas al entrenador. El entrenador lanzará un balón para el aire y el
segundo jugador a las espaldas del primero, debe interceptar con la cabeza,
anticipándose a su compañero que intenta dificultarle, intentando ganarle la
posición.
Ejemplo 4
Tema / Momento:
Organización ofensiva colectiva.
Sub-Principio:
Finalización con la cabeza en salto después de entrada al
primer palo.
Objetivos:
Perfeccionar la técnica de finalización a través del cabeceo;
Perfeccionar la técnica del pase/centro.
Descripción:
Movimiento de los atacantes en rojo del segundo al primer
palo en diagonal, para recibir el centro y cabecear a portería (variar el lado
del centro).
Vea Figura 2.
CONSIDERACIONES FINALES.
Realizar una prescripción del juego aéreo apenas por valores
cuantitativos de ese fundamento durante el entrenamiento técnico y/o
entrenamiento físico se torna desprovisto de las características del fútbol
porque ese deporte acontece en un contexto de imprevisibilidad donde la táctica
es el principal componente de rendimiento de esa modalidad. A pesar de que varios
autores afirman que la táctica es la variable más determinante en el
rendimiento del (BATISTA, 2006; GARGANTA, 2002, 2006; MATTA; GRECO, 1996; SILVA
et al., 2005; SILVA, 2006), actualmente el entrenamiento del cabeceo del fútbol
donde ocurre el salto de impulso vertical, acostumbra a ser elaborado fuera de
la realidad del juego. El gran problema de esa sesión es que genera
adaptaciones neuronales propias para ese trabajo, no preparando al futbolista
para el juego.
Por ello, la metodología del entrenamiento de la periodización
táctica se preocupa como los contenidos de las sesiones son almacenados en la
memoria de los futbolistas, recomendando que el entrenamiento sea
predominantemente táctico, o sea, lo físico, lo técnico y lo psicológico van a
estar subordinados a la táctica, precisamente al modelo de juego del
entrenador. Con esa perspectiva de entrenamiento de entrenamiento, el salto de
impulso vertical es trabajado en el cabeceo conforme al modelo de juego, o sea,
nunca en una sesión están insertos todos los componentes de rendimiento de fútbol
(físico, técnico,
psicológico y táctico). Entonces, la construcción de los ejercicios de salto de
impulso vertical tendrá que ser manejado por el modelo de juego. Incluso cuando
el entrenador desee privilegiar determinado aspecto físico en un instante
cualquiera de entrenamiento, quien coordina la selección de los ejercicios (que
deberá tener un impacto siempre en los 4 componentes de rendimiento) es la organización
de juego, o sea, el trabajo táctico, donde, en último análisis, los procesos de
toma de decisión están siempre presentes, integrados en un contexto de modelación
abierto (en función del sentido atribuido por la forma como el entrenador
elabora la manera de jugar de su equipo). El salto de impulso vertical no
es una excepción a esta
regla. En este sentido, el entrenador debe volver a crear con una cierta constancia, la ejecución del salto vertical, de acuerdo con el modelo de juego.
regla. En este sentido, el entrenador debe volver a crear con una cierta constancia, la ejecución del salto vertical, de acuerdo con el modelo de juego.
Bibliografía:
TREINAR FUTEBOL RESPEITANDO A ESSÊNCIA DO JOGO: O EXEMPLO DO
SALTO COMO AÇÃO TÁTICA E NÃO SOMENTE TÉCNICO-FÍSICA
Autores:
Pedro Miguel Silva
Pedro Manuel de Oliveira Santos
Nelson Kautzner Marques Junior
"Los pensamientos te llevan a tus propósitos, tus propósitos
a tus acciones, tus acciones a tus hábitos, tus hábitos a tu carácter y tu
carácter determina tu destino".
Tyronne Edwards.
Traducción al español:
Óscar Méndez Albano.
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