1.
Introducción al Concepto de Técnica
Parece
evidente que ante el reto de hablar sobre cualquier cuestión por trivial que
ésta parezca, se hace necesario definirla, cuanto más si tratamos de un
concepto que tiene variadas aplicaciones y diversidad de contenidos como es
la técnica de los deportes.
La
concepción de la técnica como conjunto de procedimiento y recursos de que se
sirve una actividad, ciencia, o arte, que tienden con su aplicación a
perfeccionar el objeto de tal actividad, puede considerarse como la base
sobre la que determinar una aproximación inicial a la técnica en los
deportes. Pues en estas actividades, por ser el hombre con su participación
motriz en ellas al mismo tiempo sujeto y objeto del hecho, les confieren un
rango diferenciador respecto a otras actividades técnicas humanas, en las que
el conjunto de sus capacidades no se ven tan implicadas ni evaluadas de forma
inmediata como lo son en el deporte. Por lo tanto esta propuesta
inespecífica, propia de otros campos no deportivos, es un primer alcance que
clarifica el hecho, pero que evidencia la necesidad de una aproximación
conceptual más concreta.
En
esta línea Ozolín (1970) define la técnica como el “modo más racional y
efectivo posible de realización de ejercicios". Es decir que cada
ejercicio, cada movimiento, tiene su técnica que transforma a una práctica en
efectiva y racional, en el momento de su ejecución. Grosser (1982) define la
técnica deportiva como "el modelo ideal de un movimiento relativo a la
disciplina deportiva". Induce a la transformación de un movimiento
natural, espontáneo, en un determinado modelo preestablecido, creado gracias
a estudios pertinentes bajo la incidencia de varias ciencias, que de ésta
forma garantizan una fiabilidad como modelo válido ideal, por tanto muy
difícilmente alcanzable. Implica la práctica continuada de ciertos
movimientos para lograr alcanzar una ejecución semejante al modelo ideal, al
cuál se tiende. Para los deportes colectivos define Mechling (1983) la
técnica como "aquellos movimientos o partes de movimiento que permiten
realizar acciones de ataque y defensa en base a una determinada intención de
juego, y con una calidad de ejecución más o menos buena". (Buena que se
asemeja a un modelo ideal). De estas definiciones se desprende que el
deportista para rendir en su deporte, debe disponer de un conjunto de
movimientos aprendidos, siguiendo modelos ideales, resultado de diferentes
investigaciones concretas, que le permitirán realizar acciones precisas al
objeto de perfeccionarse en su propia práctica motriz. Cuando el sujeto
dispone de tal o cuál movimiento dentro de su repertorio motor, se dice que
dispone de la habilidad tal o cuál, por eso, al conjunto de movimientos de
las distintas especialidades deportivas, se les llama habilidades técnicas
deportivas. Harre (1979), Grosser (1982), Roth (1983). Como
consecuencia de ello, un deportista dispondrá de buena habilidad técnica
cuanto mejor ajuste su movimiento al modelo ideal, así como tanto lo pueda
controlar para sacar de él su máximo rendimiento en la práctica real. La
aptitud de un sujeto para adquirir estas habilidades, se entiende por
capacidad (Thiess 1980). De ésta forma, como la técnica debe ser
aprendida, el individuo que tenga mejor capacidad de aprendizaje, tendrá
posibilidades de disponer de un mayor número de habilidades técnicas para
aplicarlas en el acto deportivo (Hortz. 1983). Tengamos bien claro que el aplicar
convenientemente una técnica en el terreno de juego, no sólo es competencia
de esta capacidad, sino de capacidades tácticas que no son objeto de este
trabajo.
Pero,
¿cómo se establece el modelo ideal de la técnica? Hemos dicho antes que por
medio de investigaciones de varias ciencias, que concurren en el estudio de
un determinado movimiento que ha de ser realizado por el deportista. Como
puede suponerse este modelo ideal es cambiante, y lo ideal ahora, no lo es
tanto dentro de cierto tiempo, cuando las ciencias concurrentes, y las
experiencias de los entrenadores evolucionan. Por tanto creemos que no existe
"un modelo" ideal pero sí "el modelo" ideal para tal
individuo, que dependerá de lo que sea capaz de hacer en las condiciones
reales de competición, respecto a solucionar eficazmente las situaciones que
se crean en ese momento. No estamos por tanto de acuerdo con la denominación
de "estilo" a la interpretación personal que un deportista hace de
un determinado modelo de técnica, sino que eso que él hace, es un modelo
personal adquirido por la práctica que es el ideal en ese momento para él.
¿Pues alguien puede decir que el modelo ideal de técnica a los 15 años tiene
que ser el mismo que a los 25 años en el mismo deportista, cuando han
cambiado sus dimensiones, peso, fuerza, concepto del movimiento,
contenidos, tácticas. El modelo ideal es transitorio por lo que es más
importante crear el propio modelo, que se ajuste al reglamento y permita
obtener el máximo rendimiento con su ejecución durante la competición en cada
etapa de la vida deportiva.
|
El
número de factores que proponemos en cada campo de análisis, está
naturalmente abierto a poder añadir nuevos componentes, lo que dependerá de
la potencia del analizador que apliquemos y de la competencia de quien
realice la valoración. De cualquier manera, los factores que describimos son
suficientemente clarificadores como para poder discriminar el campo a que
pertenecen.
·El
estudio cinemático permite conocer esos valores en la habilidad técnica
realizada. Utilizando distintos analizadores podemos conocer las velocidades
segmentarias y globales, los ángulos recorridos etc... La Biomecánica externa
es la ciencia que desarrolla y se ocupa de estos estudios que son muy
utilizados para la descripción de las técnicas.
-La
observación Médico-Kinesiológica se centra en la determinación de las
condiciones de la técnica para no ocasionar deterioro en el aparato locomotor
del sujeto. Un deportista puede realizar una buena técnica de carrera con un
apoyo defectuoso de su pie. Defectuoso, claro está, atendiendo a criterios
kinesiológicos posturales que pueden producirle a largo plazo, lesiones que
van a detener su vida deportiva. De forma externa y con un analizador
sencillo, pueden solucionarse muchos problemas de esta naturaleza. En
cualquier caso este tipo de observaciones son, sin duda, una forma de
análisis de la técnica, aunque no existan defectos de esta clase. Deben ser
realizadas por el especialista, puesto que el ojo del profano puede apreciar
“algo raro" que incluso llega a interpretarse como positivo, debido a la
creatividad del ejecutante, y no a un defecto tónico, o postural, que a largo
plazo puede resultar fatal.
·Es
posible de forma externa, valorar con un criterio temporal la habilidad
técnica realizada. ¿ Tiene o no la continuidad y la fluidez que es necesaria?
¿Su duración es adecuada a las condiciones de aplicación? ¿Se inició en el
momento oportuno, o fue más tarde? Todos estos son, entre otros, factores que
podemos observar en cualquier habilidad técnica. En principio no afectan a su
ejecución formal, si bien generalmente intervienen como factores cualitativos
en el momento de su realización, de los que en muchos casos depende la
eficacia del movimiento técnico ejecutado.
-También
podemos realizar una valoración estética del gesto técnico. Muchos factores
pueden ser observados, tantos como criterios personales tengamos del valor
estético del movimiento, o de las cosas de la naturaleza. Su amplitud, la
simetría, el porte del ejecutante, la expresividad del gesto, y un sinfín de
factores pueden ser valorados. No tenemos que olvidar que la palabra
"técnica" viene del vocablo griego "tekhè" que su
significado más próximo es "arte". Desafortunadamente este valor
está totalmente marginado en el deporte, y en la concepción técnica actual,
excepto en aquellas especialidades en las que ese concepto es valorado como
una faceta más de rendimiento.
Más
adelante veremos que cada uno de estos factores es generado, y por lo tanto
dependiente, de uno o varios factores internos, de los que son su
manifestación externa. Podemos concluir este inicial estudio diciendo que los
aspectos espacio-temporales constituyentes de la forma externa del
movimiento, son consecuencia de una correcta coordinación, y son la
manifestación de una intención generadora de movimiento.
-Descripción
de aspectos estructurales.
Los
fundamentos de la teoría estructuralista (Saussure, Kohler, Wertheimer,
Kofka...) sirven para explicar, en una primera aproximación, las
interrelaciones existentes entre los distintos factores internos que afectan
a la ejecución de las habilidades técnicas. Dado que como dice esa teoría,
cada uno de éstos componentes, por el solo hecho de pertenecer al conjunto de
ellos, desarrollan ciertas interrelaciones de tal manera que la modificación
de uno solo de ellos modifica los restantes, se trata de descubrir y estudiar
ese sistema relacional latente, que ocasiona este tipo de comportamientos. La
capacidad de concentración es una propiedad de un área, ella permite elegir
convenientemente el tipo de movimiento, y poder ser ejecutado en unas
determinadas condiciones musculares de fuerza, siendo estas dos cualidades
pertenecientes a otras diferentes categorías. Es tal la interrelación, que la
modificación de uno de ellos hace modificar los restantes, siendo los
aspectos externos la manifestación de estos fenómenos que nos aproximan a
descubrir el sistema relacional existente entre ellos.
·El
estudio dinámico de la técnica permite conocer los valores de fuerza, sus
momentos de aplicación, es decir las condiciones del trabajo muscular que
ocasionan el movimiento que se observa. La Biomecánica denominada interna,
dispone de los analizadores suficientes para realizar estos estudios y
explicar el porqué de muchos errores en las habilidades técnicas, o de su
eficiencia.
·Existe
también la valoración informática de las condiciones en que se realiza la
técnica específica de un deporte. La pertinencia en la elección de tal
técnica más o menos compatible con las condiciones exteriores, la capacidad
de auto-regulación progresiva para ajustar el movimiento a las necesidades de
la competición, o la variabilidad de un modelo para adecuarlo al oponente,
son entre otros muchos aspectos, algunos que se pueden valorar como
conocimiento de esta capacidad así manifestada.
·La
posible observación Psicológica del deportista permite conocer condiciones de
este valor que impregnan a las ejecuciones técnicas. La capacidad de
concentración ya mencionada, la agresividad con que realiza el movimiento o
la tenacidad con que se persigue un objetivo, son entre muchos, algunos
rasgos que pueden observarse en la ejecución de habilidades técnicas que le
confieren una personalidad propia en cada situación de competición vivida.
Como
habíamos mencionado anteriormente los aspectos espacio-temporales, externos,
son una consecuencia de éstos estructurales, internos. Es evidente que las
condiciones cinemáticas son el resultado de la intervención muscular, del
componente generador de las fuerzas que se había comprendido con el estudio
dinámico interno. La valoración temporal depende en gran medida de la
informática, pues podremos actuar en el tiempo oportuno si hemos decidido la
elección del movimiento con la suficiente anticipación. En fin los valores
estéticos y médico-kinesiológicos, dependen en gran parte de los contenidos
psicológicos del movimiento, aunque también en cierta medida de los componentes
dinámicos de producción de fuerzas. De cualquier forma la observación de
forma aislada de los factores externos no es suficiente para comprender como
se resuelven las habilidades técnicas, y es necesario la observación de
componentes internos para completarla. Podemos así explicar como varios
sujetos que realizan la misma habilidad técnica obtienen valores muy
distintos en alguno de estos componentes tanto externos como internos, lo que
les hace rendir técnicamente a distintos niveles (Ratov 87). Esto sucede en
muchas situaciones, y más aún en ciertos sujetos que en una valoración
externa no se les aprecian grandes variaciones respecto a otros practicantes,
y sin embargo alguno de ellos puede tener mejor rendimiento en ese mismo
puesto, si sus valoraciones internas son ventajosas en algún componente,
respecto al resto de sujetos. Esto explica como individuos de niveles
técnicos muy semejantes, decida en su confrontación, la llamada preparación
física pues es la responsable de las condiciones de aplicación de las
fuerzas, factor interno, durante la ejecución del movimiento. Así como en
muchas situaciones la decisión táctica oportuna, pues ésta, formalmente,
puede influir en los dos tipos de factores.
En
unas determinadas especialidades deportivas tienen mayor valor un tipo de
factores que otros, pero todos participan aunque sea en pequeña medida, en
todas las habilidades técnicas. Realizado de esta forma el análisis de las
habilidades técnicas de un determinado deporte, se pueden definir con una
mayor precisión objetivos de entrenamiento técnico para esa especialidad, e
individualizar su enseñanza. Por eso creemos necesario el planteamiento de
este análisis previo a cualquier propuesta de aprendizaje técnico, y como no,
para su eficaz control.
3.
El Significado de la Técnica en los Distintos Deportes
No
en todos los deportes el concepto de técnica tiene el mismo significado.
Depende de las características del deporte el que sea necesario la
concurrencia a mayor o menor nivel de unos u otros factores, de los que
anteriormente hemos analizado.
Ello
obliga a realizar un análisis de aquella especialidad para determinar
significados diferenciadores de ese mismo concepto técnico frente a otros
tipos de prácticas deportivas.
Verchosankij
(1985) desarrolla significados diferenciadores de la técnica aún dentro de un
mismo deporte, el atletismo. En las especialidades de fuerza explosiva la
técnica, dice "debe garantizar la capacidad del atleta de producir un
impulso fuertemente concentrado de fuerza en la fase decisiva de la
acción".
Neumeier
(1981) también está de acuerdo en este aspecto del "momento
decisivo" y subraya que "en ese punto la función de la técnica es
conseguir la máxima aceleración". Como puede verse en estas
explicaciones, una dinámica, y la otra cinemática, hay una clara concurrencia
de conceptos para centrar la importancia en este tipo de habilidades
técnicas, de estas dos clases de factores internos, y externos, ya
analizados.
Mientras
que para las especialidades atléticas de resistencia "la técnica es
eficacia en la economía del gesto" que como puede verse, es un
significado bien alejado del anterior pero que satisface las necesidades de
éstas especialidades. Ello nos obliga a utilizar distintas valoraciones, pues
en este grupo de pruebas el factor temporal y kinesiológico es ahora más
importante que el Dinámico para llegar a comprender correctamente esa
habilidad. Por lo tanto se tendrán que enseñar de modo distinto sus técnicas.
En
los deportes de adversario Gulinelli (1986) valora la técnica como
posibilidad " de solucionar las condiciones de competición variables.
Está en relación directa con la eficacia de acción en las condiciones
variables de competición". Y por su parte Djatschkov (1977), la técnica
"debe desarrollar al máximo los trabajos precisos en condiciones de
fuerza y velocidad".
El
significado de técnica en estos deportes realza los valores informáticos
internos y temporales externos como predominantes. Para desarrollar este tipo
de técnicas deberemos enseñar estos factores de forma preferente si queremos
construir unas habilidades técnicas adecuadas a las necesidades competitivas.
Si bien estas dos clases de deportes son los que se tratan en estas Jornadas,
pondremos, para finalizar, el concepto técnica en los deportes artísticos. Gulinelli
(1986) dice que para estos deportes la "técnica tiene como
objetivoaumentar la precisión y la expresividad del movimiento" que como
puede apreciarse requiere, para la ejecución con esos objetivos, una correcta
valoración estética externa y una valoración informativa junto con aspectos
psicológicos de valoración interna. Es decir, los factores propuestos dominan
al resto en el momento de analizar ésta técnica, éste movimiento ideal al que
todos los deportistas aspiran. Naturalmente que es necesario comprender los
significados de la técnica antes de realizar su modelo de entrenamiento y
como vemos el análisis antes planteado permite al entrenador diseñar con
mayor eficiencia, la nominación de los objetivos, primer paso de todo
planteamiento de aprendizaje.
4.
Valoración de la Técnica
En
la observación de la técnica podemos apreciar dos tipos de valoraciones, la
formal, y la real.
La
valoración formal es aquella que se hace analizando la semejanza de la
ejecución realizada, con el modelo ideal establecido por la ciencia. Es una
valoración objetiva y debemos utilizar analizadores altamente fiables para
prescribir los posibles errores o desviaciones del modelo. Hay deportes,
gimnasias, patinaje artístico, etc... que valoran el rendimiento en ellos,
evaluando con este criterio formal a los deportistas. El juez, entrenado en
la observación, emite una puntuación que valora la ejecución de este tipo de
habilidades técnicas. Podíamos decir que hay una correspondencia directa
técnica-resultado por lo que ésta valoración formal, es equivalente a la real
del resultado.
La
valoración real es la que se hace sobre el resultado, prescindiendo de que si
la ejecución fue o no próxima a un modelo ideal. Un deportista puede rendir
marcando muchos goles teniendo un deficiente modelo de ejecución técnica del
lanzamiento a porteria. Es por tanto una medición o valoración de la técnica
indirecta. En este grupo de deportes de valoración indirecta
se encuentran los que tratamos en estas Jornadas si bien en el
Atletismo la ejecución técnica semejante al modelo, es una garantía de rendir
a un más alto nivel para aquellas especialidades denominadas
"técnicas" en el "argot" atlético. Un atleta que
desconoce la técnica de vallas es imposible que realice un buen resultado en
esas especialidades, aunque en ellas no se evalue la técnica, sino el tiempo,
que es una valoración indirecta de la técnica. Por lo tanto las condiciones
de valoración indirecta de la técnica permite clasificar a los deportes, a
menos en estos dos grupos mencionados. Pero lo realmente importante es
conocer cómo se va a evaluar la técnica en el deporte que es nuestra
especialidad, para poder diseñar la estrategia general de su enseñanza así
como planificar los objetivos según las exigencias reales de mi especialidad.
De
esta forma dará prioridad en según que etapas del aprendizaje, a la mejora de
unos, u otros factores, de los que componen la técnica.
5 .
El Entrenamiento de la Técnica
Gracias
al análisis de la técnica (apartado dos del trabajo) tenemos conocimiento de
todos los factores que podemos enseñar para mejorar la habilidad técnica de
un determinado deportista. Conocer su significado, nos permite fijar la
importancia de unos sobre otros factores, por lo tanto, localizar los
objetivos y definirlos con mayor precisión. Por último con la evaluación de
la habilidad en los distintos deportes, podemos fijar su importancia relativa
y secuenciar los objetivos de aprendizaje durante la vida del deportista. Es
el momento de indicar cómo se mejora la habilidad técnica. Como puede
suponerse es imposible en un trabajo de este tipo, llegar a describir todo el
proceso de entrenamiento de los distintos deportes que nos ocupen, asi como
de cada especialista dentro de cada uno de ellos. Pero sí, vamos a
desarrollar los aspectos que influyen en la adquisición de sus técnicas, así
como proponer un modelo por etapas para su enseñanza basado en las propuestas
realizas en este trabajo.
Se
puede identificar, de una forma simplista y poco precisa el concepto de
aprendizaje de las habilidades técnicas con el de aprendizaje motor, pero
nunca a éste, con el entrenamiento de la técnica en el que además intervienen
otros elementos que completan el espectro de capacidades necesarias para
lograr el máximo rendimiento de las habilidades técnicas durante la práctica
deportiva. Decimos que es una identificación simple pues el aprendizaje de
habilidades técnicas, exige de aprendizajes que permitan a un ser adaptativo,
ajustar su actividad motriz a las circunstancias predominantes en la
competición deportiva (Lorenz 69, Higgins 77). Por tanto, no sólo
es necesario adquirir un aprendizaje motor sino también, un aprendizaje
perceptivo, y otro decisional, para con- templar todas las necesidades de
aprendizaje que requiere una práctica con exigencia de alto rendimiento, como
es la práctica deportiva (Arhold 80). Los tres tipos de aprendizaje deben
crecer de forma homogénea para poder rendir en el deporte, si bien en cada
grupo de deportes con diferencias peculiares en uno u otro sentido. Sirva
como ejemplo de estas diferencias, la propuesta de Mandoni (85) para el
aprendizaje inicial del baloncesto, en el que deben lograrse los siguientes
aprendizajes:
· Aprendizaje
de las señales. (estimulo-respuesta).
· Aprendizaje
de la conexión. (estímulo-respuesta, sin encadenamiento).
· Encadenamiento
de varios estímulos-respuestas.
· Aprendizaje
de conceptos.
· Aprendizaje
de reglas.
Como
vemos, en ésta propuesta, los aprendizajes de valor perceptivo, y decisional,
superan a los aprendizajes de tipo motor, mientras que en otro tipo de
deportes puede suceder lo contrario.
De
cualquier modo hay que tener presente que para el aprendizaje de técnicas
deportivas nuevas, de cualquier especialidad, existen una serie de condicionantes
que influyen en el momento del aprendizaje y estos son según Reider (85) los
expuestos en la figura 3.
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Por
su parte, el entrenamiento técnico es un proceso más complejo que afecta a la
mejora de todos los factores que participan en la técnica, y que engloba
entre ellos al propio aprendizaje motor; así como al resto de componentes
expuestos. (Figura 4).
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El
entrenamiento que se realiza por medio de la práctica corporal, con la
ejecución de movimientos es el más significativo en la práctica de
entrenamiento. Esta movilización corporal puede encaminarse hacia el
perfeccionamiento del propio movimiento, mejorando su ejecución, o bien
dirigirse a la adquisición de factores condicionales que mejoren el
rendimiento de ese gesto. Es decir, lograr incrementar el valor de las
capacidades coordinativas o de las condicionales del deportista.
·Para
mejorar las capacidades coordinativas Manno (84) hace la propuesta de
objetivos de ejecución motriz en condiciones que hagan participar a todas las
capacidades coordinativas y en especial aquellas predominantes en la
especialidad concreta. Hace la propuesta que exponemos en la figura 5 de la
coordinación del acto motor deseado, como explicación de los distintos
procesos que suceden en el ejecutante y que le permiten mejorar sus
capacidades coordinativas en tanto en cuanto se cumplan las condiciones
expuestas en el modelo. Una orientación específica de los objetivos y el
cumplimiento de un número de ensayos en determinadas condiciones, permiten
lograr el aprendizaje de ese especifico movimiento, el aprendizaje de una
técnica deportiva concreta. A este respecto Matveev (82) indica, "a
medida que un movimiento se va haciendo habitual, por un gran incremento en
el número de repeticiones, ese ejercicio no influye ya en las capacidades
coordinativas" y propone la que llama "renovación sistemática de la
experiencia motora" para lograr influir constantemente sobre las
capacidades coordinativas. Bajo esta perspectiva el aprendizaje motor es una
parcela del entrenamiento de las capacidades coordinativas.
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·La
mejora de las capacidades condicionales es otra faceta del entrenamiento de
participación motriz. Se realiza mediante la aplicación de sistemas concretos
que mejoren estos factores. De todos son conocidos multitud de sistemas que
mejoran la fuerza, velocidad o resistencia así como de flexibilidad y
relajación, por lo que sería prolijo su enumeración. Lo que si queremos hacer
notar es la importancia que tiene el que exista una homogeneidad en los
niveles de objetivos concernientes a estas dos posibilidades de participación
motora, que proporciona un equilibrio en el comportamiento técnico y una posibilidad
continua de progreso a lo largo de toda la vida deportiva de los deportistas.
-El
entrenamiento técnico que se realiza con participación cognitiva-afectiva es
comúnmente desestimado, suponiéndose que por la simple participación de estos
valores en cualquier práctica corporal ya se realiza su entrenamiento.
Realmente no es así y Durán (85) sistematiza las operaciones que son
necesarias para la planificación de una respuesta motriz donde se pone en
evidencia la necesidad de mejora en esta clase de capacidades, en
las que no es necesaria la participación motriz para su entrenamiento.
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Luego
de estas "prácticas mentales" se realiza la ejecución motriz, en
condiciones más o menos semejantes a las propuestas diseñadas en la
planificación precedente. Una vez ejecutado el movimiento, es necesario
evaluarlo, donde toman de nuevo valor las capacidades cognitivo-afectivas
para poder realizar las operaciones siguientes, propuestas por Durán y
representadas en la figura.
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En
este tipo de operaciones mentales se pone de manifiesto que, tanto durante
los entrenamientos como en el transcurso de las competiciones, la
participación de las capacidades cognitivas permiten una ejecución técnica
ajustada a las intencionalidades con las que el deportista se enfrenta a la
actividad, y si en la planificación hay mayor participación cognitiva, en el
análisis de la respuesta hay tanto valores cognitivos como
afectivos.
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Las
posibilidades de entrenamiento técnico sin actividad motriz las ha propuesto
Volpert (1976) y permite mejorar cierto número de capacidades cognitivas. Las
podemos ver en la figura 9 donde se representan estos sistemas de
entrenamiento; mediante ellos Reider (85) propone los siguientes objetivos
cognitivos que podemos proponer para su práctica.
· Mejorar
la capacidad de representación del movimiento.
· Mejorar
los procesos de anticipación.
· Percepción
consciente de cada tipo de información (táctil, kinestésica, visual,
acústica).
· Mejorar
las capacidades de observación.
· Mejora
de la capacidad de comparar el valor previsto con el real.
· Planos
motores con puntos focales de atención.
· Mejora
de la capacidad de concentración.
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El
logro de estos objetivos permite desarrollar formas más específicas de
entrenamiento para evitar errores de ejecución que parten de la comprensión
(cognición) que el deportista tenga de su realización técnica. En esta línea
está el entrenamiento propuesto por Pöhlmann (1977) sobre la base del
denominado "Principio de aclaración o discriminación" por el cual
se realizan ensayos con artefactos de distintos pesos, para que por
diferenciación kinestésica, se resuelvan determinados problemas, de
ejecución, fundamentalmente en la aplicación de fuerzas.
También
da la posibilidad del “fallo” propuesta por Korengerg (1980) para reconocer
el origen real de errores en la ejecución de habilidades técnicas. De la
misma forma, según proponen Meinel y Schnabel (1977), los procesos cognitivos
logran la estabilidad del deportista respecto a la realización motriz de la
técnica para alcanzar su alto rendimiento en cualquier circunstancia. Lo que
denominan como "Constancia del movimiento". Los procesos cognitivos
también tienen una alta participación en la eliminación de la denominada
"Barrera de velocidad" ó "Bloqueo de velocidad" descritos
por Osolin 80 y Hollmann-Hettinger 1980. Así como otras aplicaciones tanto en
la esfera competitiva, como de aplicación en las fases de entrenamiento de la
habilidad técnica.
Por
lo tanto, en el proceso de entrenamiento de la técnica se deben utilizar
tanto formas de participación motora, como de participación
cognitivo-afectiva, lo que complica su aplicación y lo alarga durante
prácticamente toda la vida deportiva de los sujetos. Será necesario utilizar
diferentes formas según sea lo que el deportista necesita mejorar de su
técnica, pues cada una de estas opciones de entrenamiento, son más o menos
eficaces para el logro de unos u otros objetivos técnicos, que deben
obtenerse en el transcurso de las distintas etapas de la formación de la
habilidad técnica.
6.
Etapas del Aprendizaje Técnico
Este
proceso de entrenamiento, permite el aprendizaje de la habilidad técnica
luego de varios años de experiencias ininterrumpidas. Fitts (64) propone tres
estadios para estas adquisiciones: estadio cognitivo, estadio asociativo y
estadio autónomo. Gentile (72) define sólo dos etapas, mientras que Meiner
(77) desarrolla también tres niveles de dominio, el de principiante, el
avanzado y el de alto dominio. Por su parte Martin (77) añade un cuarto
nivel. Tanto Ozolin (70) como Matveev (77) observan dos momentos, el de
enseñanza, y el de perfeccionamiento. Más recientemente Nadori (85) designa
tres, bajo los epígrafes de no específica, semi-específica, y especifica para
la adquisición de la habilidad técnica. Bien sean dos o tres etapas, casi
todos los autores coinciden en determinar que en un primer momento, se debe
lograr la construcción básica del modelo técnico, comprendiendo las condiciones
del gesto así como reconocer, e interpretar, las características del entorno
en las que el movimiento técnico debe producirse y adaptarse.
En
un segundo nivel de técnica, el deportista debe perfeccionar sus movimientos,
eliminando los in- necesarios (Harre 76). Obteniendo un grado de fijación y
regularidad suficientes, así como perfeccionar los procesos decisionales,
identificando las características integradas en el entorno, predecir los
acontecimientos, y jerarquizar las respuestas que son susceptibles de ser
utilizadas en una determinada situación competitiva.
Los
autores que se decantan por un tercer nivel definen en él los fenómenos de
constancia y de disponibilidad que permitan altos niveles de ejecución
técnica en cualquier situación del entorno.
Mientras
que los que sólo proponen dos fases, estos logros los incluyen en la segunda,
como una consecuencia final del proceso de entrenamiento bien realizado.
Creemos que falta una tercera, o cuarta etapa en la que el deportista, dueño
de su técnica, puede crear nuevas formas de habilidad, identificándolas como
algo propio y que le sirven como estimulo para permanecer largos años en la
práctica deportiva. Bien es verdad que hay especialidades deportivas en las que
éste proceso es más difícil, e incluso puede venir mediatizado por el
reglamento especifico. En cualquier caso lo que parece incuestionable es la
necesidad de dividir en etapas la vida deportiva de los sujetos, a fín de
poder ajustar los procesos madurativos biológicos con el desarrollo de la
habilidad técnica y otros. Para nosotros esa propuesta es, en los deportes
que nos ocupamos de:
A)
Etapa de condicionamiento general polivalente (de 8 a 10 años).
B)
Etapa de preparación multilateral orientada de (10 a 12 años).
C)
Etapa de Iniciación Específica (12
a 16 años).
D)
Etapa de Especialización (16
a 20 años).
E)
Etapa de Perfeccionamiento (20 años a 24 años).
F)
Etapa de alta estabilidad del rendimiento (+ 24 años)
Definiremos
en cada una de ellas los criterios de diferenciación en la formación de la
habilidad técnica, como consecuencia de un entrenamiento organizado en los
parámetros que hemos venido indicando.
A)
En esta etapa el entrenamiento de participación motora debe desarrollar todas
las capacidades coordinativas. Con orientación inespecífica, modificando
constantemente las condiciones del entorno del practicante. Se fundamenta por
tanto en la experimentación motriz de todas las capacidades de movimiento.
También se desarrollarán todas las áreas de capacidades condicionales en
equilibrio con estas coordinativas.
En
cuanto al entrenamiento de participación cognitiva debe centrarse en
objetivos que permitan la comprensión del movimiento como capacidad humana,
así como la autoconciencia del individuo durante ese movimiento.
En
esta etapa no se ha diferenciado nada el entrenamiento de unos individuos a
otros, por lo que todos ellos pueden realizar después todo tipo de deportes.
El entrenador deberá observar el área de movimientos, y de cogniciones, en
las que cada sujeto aprende más rápidamente o destaca sobre sus compañeros,
para poder realizar la siguiente etapa, correctamente.
B)
Cuando el sujeto y el entrenador son conscientes de la mayor eficacia en una
determinada gama de movimientos, se inicia esta segunda etapa de preparación
multilateral orientada. En ella el entrenamiento de la habilidad técnica se
centra en la mejora de las coordinaciones inespecíficas del grupo de
movimientos en los que el individuo tiene talento, y que se pueden aplicar
posteriormente en alguna especialidad deportiva. Como el entrenador conoce el
deporte, en cuestión propondrá una orientación elemental hacia la práctica de
los elementos técnicos de esa .especialidad y de las formas complementarias
que su experiencia le indique. En este momento es muy importante tener
presente el análisis de la técnica, para proponer los aspectos
espacio-temporales predominantes en esa especialidad, así como los
estructurales que sean el fundamento de las adquisiciones técnicas
posteriores en esa habilidad específica.
En
este momento se inicia la primera diferenciación en el entrenamiento de la
habilidad técnica y en las prácticas de participación cognitiva, lo que
permitirá, junto con la observación del desarrollo biológico, determinar con
menos errores la futura especialidad deportiva que ya se inicia de forma
especifica inmediatamente.
C)
En este momento todo el entrenamiento de la técnica se centra en obtener, y
desarrollar, el propio modelo de ejecución de los movimientos específicos de
una determinada especialidad deportiva. Podríamos hablar de una adaptación de
la habilidad al gesto específico, con la participación de procesos cognitivos
para su asimilación al repertorio motor. Estos procesos tienen ahora su
principal función durante la competición, que es el campo de pruebas de cada
una de las habilidades que se van adquiriendo durante los entrenamientos. El
significado de la técnica en esta especialidad elegida, determinará la
adecuación de los logros a la competición. El papel del entrenador es
fundamental para identificar esos significados y presentarlos al atleta en
condiciones simplificadas, durante los entrenamientos.
Las
cualidades condicionales también se localizan en aquellas facetas específicas
de la especialidad iniciada, pero teniendo presente el grado de maduración
biológica del sujeto. Es evidente que en este momento el deportista ya es
jugador o participante de una determinada especialidad atlética.
D)
Las cualidades personales de talento son fundamentales para la etapa de
especialización. El desarrollo morfológico, la facilidad en el aprendizaje
técnico y su fijación, la eficiencia en la toma de decisiones, la adaptación
a las condiciones competitivas, son entre otros, elementos que permiten al
atleta y entrenador asegurarse de que su elección fue correcta. Los factores
exteriores, espacio- temporales deben ser resueltos con eficacia, todos y
cada uno de ellos. La evaluación de la técnica específica definirá esa
eficacia y permitirá ajustar los estructurales progresivamente a las
necesidades que éste nivel exige. Las formas de entrenamiento cognitivo deben
lograr el conocimiento profundo del deporte que se practica y la especialidad
dentro de él, o del puesto específico al que debe adaptar toda la habilidad
alcanzada hasta este momento. Tschiene (85) denomina a esta etapa de
"especialización profunda" refiriéndose al atletismo para destacar
la importancia que tiene el hecho de la especificidad de formas de
entrenamiento.
El
estudio dinámico, y la valoración temporal, son los elementos que permiten
proponer objetivos preferentes en el entrenamiento técnico de este nivel.
Higgins (77) propone en esta fase que el atleta debe adaptar y transferir su
habilidad a las condiciones predominantes en el entorno. Lo que la diferencia
de la etapa siguiente, en la que deberá lograr adaptarlas a situaciones
inhabituales, o variados, si es que la especialidad deportiva las tiene.
E)
En este momento el deportista domina todos los elementos de la habilidad
técnica, y se propone su perfeccionamiento. Ello supone que tanto los
aspectos espacio-temporales, como los estructurales, deben ir ajustados de
forma recíproca para obtener una perfección probada en situaciones
competitivas. La variabilidad de estas situaciones, ponen a prueba las
capacidades cognitivas que junto con las condicionales específicas, deben ser
continuamente entrenadas para alcanzar esta perfección de la habilidad
técnica. Es fundamental el reproducir las condiciones variables que se dan en
la competición, proponiéndolas globalmente, incluso aumentarlas durante el
entrenamiento, a fin de no bloquear el progreso de la ejecución técnica
{Pöhlmann 77) en ningún momento.
Si
estas condiciones de entrenamiento se mantienen, este perfeccionamiento puede
alargarse indefinidamente, si también las condiciones de competición aportan al
deportista suficientes estímulos nuevos que eviten el estancamiento.
F)
La etapa de estabilidad del rendimiento es una consecuencia de la etapa
anterior, la diferencia estriba en que ahora las posibles soluciones motrices
a las condiciones de competición, deben ser en la mayoría de los casos, producto
de la elaboración del propio sujeto, de su capacidad creativa. El deportista
dispone de alto nivel de estabilidad en su habilidad, su capacidad técnica
está consolidada de tal manera que le permite rendir en todas las condiciones
competitivas y además puede crear soluciones de movimiento, que le hacen aún
ser más eficaz. Este éxito le hará permanecer mayor tiempo en la competición
con un alto nivel de motivación para hacerlo. Creemos que esto es posible por
una correcta distribución de los objetivos en las diferentes etapas
propuestas y con la atención en el entrenamiento de las capacidades
cognitivas durante las distintas fases del entrenamiento técnico.
Por
último debemos decir que el entrenamiento técnico que aquí hemos planteado,
no tiene sentido si no se compatibiliza con el entrenamiento de la habilidad
táctica, que sistemáticamente hemos ignorado al no ser éste el motivo de este
trabajo.
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1.
ARNOLD, R. "Le developpement des habilites sportives" E.P .S.
dossier N° 3. 85.
2.
BERNSTEIN, N. "The coordination and regulation of movement".
Pergamon Press. 1967.
3.
DURAND, M. "Activite cognitive et habilites motrices" E.P.S.86.
4.
GROSER; NEUMAIER. "Técnicas de entrenamiento" Ed. Martines Roca 86.
5.
HAHN, E. "Allenamento infantile" S. Stampa sportiva. 1986.
6.
KOCH, K. "Hacia una ciencia del deporte" Ed. Kapelusz. 81.
7.
LAWTHER, J. "Aprendizaje de las habilidades motrices" Ed. Paidos.
8.
MANNO, R. . “La técnica nello sport” Scuola dello sport. 1984.
9.
MATVÉEV, l. "Fundamentos del Entrenamiento deportivo" Ed. Ráduga.
10.
MEINEl; SCHNABEl. "Teoría del movimiento" S. Stampa sportiva. 1984.
11.
OZOLÍN, N. "Sistema contemporáneo entrenamiento deportivo" Ed.
Científico técnico 83.
12.
RIEDER, H. "Mejorar la técnica" Revista entrenamiento deportivo No
1, 1987.
13.
TSCHIENE, P. "Objectifs generaux de l’entrainement des jeunes"
E.P.S. No 191-85.
“Tratar a las personas cansa
mucho. He intentado explicar, y no sé si lo he logrado: al final, cada persona
tiene su propio mundo, su propia gente y su propia vida; hay que respetar el
mundo de cada persona. A través de una idea común de convivencia y de juego,
hay que intentar ser lo más intuitivo para sacar lo mejor de ellos. Si no eres
capaz, te van a echar”.
“Pep Guardiola”.
Óscar Méndez Albano.
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