<!-- Ezoic Code -->
<script>var ezoicId = 240170;</script>
<script type="text/javascript" src="//go.ezoic.net/ezoic/ezoic.js"></script>
<!-- Ezoic Code -->
Xavi Hernández tiene una espina clavada desde que en 2006, en
Yokohama, el Barcelona perdió la final contra el Internacional de Porto Alegre.
Pese al triunfo de 2009, el medio recuerda la derrota y no se fía. A los 32
años, regresa al lugar de los hechos, consciente de la dificultad de ganarle en
la final de hoy (11.30, Telecinco) al Santos, un equipo al que respeta por
encima de Neymar.
Pregunta. ¿En qué nota la veteranía?
Respuesta. En que cada vez me cuesta más
recuperarme. Ya no es lo mismo. Antes acababa los partidos espitoso y ahora cansado, reventado. Al día
siguiente, al levantarme, me duele todo. Ya no tengo 20 años y los partidos me
pasan factura. Antes de los encuentros estoy menos inquieto, con más calma.
P. ¿Tiene la sensación de qué se le
acaba la cuerda?
R. No, porque estoy disfrutando. No
quiero ni pensarlo. Dos, tres, cuatro años, a ver cuánto duro. Depende del
cuerpo, pero también de la cabeza, de si estás alegre... Yo me lo paso bien,
sigo encontrando motivaciones. El Bernabéu, el Mundialito... son cosas que te
cargan las pilas aunque estés tieso. Como ahora. Vamos a jugar contra el
Santos, un histórico. ¡El Santos de Pelé! Estas cosas son un regalo. Y son
buenos... Todos hablan de Neymar, que es muy bueno. Pero Ganso tiene mucha
clase. Son fuertes físicamente, técnicamente brasileños...
P. ¿No le da cada vez más pereza ir a
jugar a según qué campos?
P. Tal y como está la vida, como lo está
pasando mal la gente, jugar en mi casa, en el mejor equipo del mundo y que me
paguen... ¡Qué va! Tengo una suerte que no la merezco y me levanto súper feliz.
Además, tengo un reconocimiento profesional de compañeros y aficionados que
nunca hubiera soñado. ¿Pereza? Para nada. El mejor momento del día es
levantarme para ir a entrenarme. Yo me levanto, pienso en el rondo y ya estoy
enchufado.
P. ¿El Balón de Oro?
R. Es bueno para el fútbol que lo gane
una persona tan normal y tan sencilla como Leo. Futbolísticamente no hay dudas,
es el mejor. Me atrevo a decir que será el mejor de la historia. Leo se merece
todo por lo que hace. Marcar la diferencia en cada partido es muy difícil.
Además, con la necesidad de estar como una bestia físicamente porque si no es
imposible competir... Tiene un mérito tremendo. Siempre digo que a mí me hace
mejor. Yo tampoco me siento el mejor del mundo, y no entiendo el fútbol como
una cuestión individual. En el fondo es injusto porque el portero no ganará
nunca. A mí con estar entre los mejores ya me basta.
P. ¿Le ha faltado ser más mediático?
R. Qué va. No fuerzo nada. No tengo twitter ni facebook porque no le veo la gracia. Soy muy
sociable, pero con la gente que veo, que se me acerca... A mí me gusta jugar al
fútbol. Lo demás, fuera, no me interesa. Yo con la pelota tengo suficiente.
P. ¿Es más difícil competir ahora que
cuando empezó?
R. Sí, ahora todo el mundo esta súper
preparadísimo, la exigencia es mayor. Cuando llegué, valía con saber jugar.
Ahora has de estar físicamente muy fino y ser muy resistente.
P. La sensación es que piensa mucho y
corre poco, pero los datos demuestran que no para en el campo...
R. Pienso mucho y corro lo justo y
necesario. Siempre estoy en movimiento, eso es verdad, porque donde va la
pelota voy yo. Pero veo a muchos delanteros del equipo rival que se pegan unas
palizas detrás de la pelota y no tocan una. Y yo voy corriendo, la voy tocando,
me lo paso bien... 200 pelotas. Acabo baldado, pero me lo paso bien.
P. ¿Y cómo recupera?
R. Durmiendo.
P. Decían que el Tour se gana
durmiendo...
R. Hago siestas de cuatro horas, cinco... Y los días de
partido, también. Yo me meto una siesta antes de jugar en el Bernabéu o la
final de la Champions... No me cuesta dormirme, lo necesito.
P. ¿Hay algo que le guste más que jugar
al fútbol?
R. El futbolín. Ir a buscar setas me
gusta mucho. Es una pasión. Voy con mi padre, con amigos.
P. ¿Alguna relación entre año de setas y
año de títulos?
R. No. Lo que está comprobadísimo es que
si el día antes del partido en el Bernabéu como con Iván Corretja [su
representante], ganamos.
P. ¿Cuántas pelotas tiene en casa?
R. Una. Una réplica de la pelota con que
se jugó el Mundial de 1930 en Uruguay.
P. ¿Es verdad que sigue jugando con los
amigos?
R. Sí. Si tengo unos días libres,
hacemos un partidito, unos toques. Creo que nunca he estado más de dos días en
mi vida sin chutar una pelota.
P. ¿Qué pasó en 2006? Ese equipo nunca
más se levantó...
R. El Internacional jugó bien sus cartas
y tuvimos mala suerte. Se defendió todo el partido y nos mató en una contra. Es
muy difícil ganar un título como este. Un segunda
bte complica la vida. Ese equipo era bueno, y buena gente. Tenía cuerda
para rato, pero... Nos dejamos ir todos un poco. Fue una pena. Teníamos un
entrenador [Rijkaard] que dejó de ser exigente y los que no asumieron el
compromiso consigo mismos... Eso es básico. Si lo tienes, nadie debe decirte
nada. ¿Tú crees que a Mascherano alguien le tiene que decir algo? Se exige él
solo. Entonces había jugadores que lo necesitaban y no teníamos un entrenador
suficientemente exigente. De todo se aprende. También fue culpa mía, no acuso a
nadie.
P. ¿Son mejor equipo que entonces?
P. Sí. Hemos evolucionado, comprendemos
más el juego, trabajamos mucho más en defensa, sacamos provecho a la
estrategia... Antes no salíamos tanto jugando desde atrás. Mi juego no ha
cambiado mucho, pero pregúntale a Víctor Valdés. Antes tenía la pelota y si no
encontraba un central abierto, fiuuu, se la sacaba de encima. Ahora no,
busca más opciones, porque el equipo se las ofrece. Este equipo trabaja mucho
la conservación de la pelota, pero también la presión. Yo nunca había robado
tantas veces el balón. El 90% de nuestro trabajo está centrado en la pelota, en
la comprensión del juego. Esa es la diferencia. Ahora todos entendemos el
juego. Y dentro de 10 años será mejor. Seguro que veremos un Barça mejor que
este. Viene una generación espectacular, de gente muy humilde y de mucha
calidad. Sergi Roberto, Montoya, Fontás, Jonathan, Thiago...
P. ¿Le preocupa que pasará cuando
Guardiola lo deje?
R. Espero que siga mucho tiempo. Yo no
he visto a nadie que busque tanto el espacio donde jugar, que trabaje tanto qué
hacer cuando tenemos el balón. Cómo encuentra los caminos es increíble. Pero lo
bueno es que los jugadores que vienen de abajo cada vez lo entienden mejor y
más rápido. Eso no se perderá. No seremos tan tontos de apartarnos de un camino
que hemos demostrado que funciona. La raíz es esa, no se puede cambiar. Pedro,
Busi, Cuenca... demuestran que fuera has de ir a buscar lo justo. El Barça
tiene sentido con 15 de casa y cinco o seis de fuera muy buenos.
P. Habla de espacios. ¿Usted vive de
eso?
R. Absolutamente. Si no tengo espacio,
¿qué hago? No puedo chocar porque no soy muy fuerte y para pasar necesito un
espacio. Yo sin espacios no sirvo para mucho. Necesito ganar dos metros al
rival para pensar y ejecutar. Tengo recursos, algún control orientado, pero no
soy rápido ni habilidoso. Yo lo que tengo es que el coco me va rápido. No tengo más. En el
fondo, soy un jugador muy de la calle. Yo hacía la pared con un árbol, una
fuente, un quiosco... El quiosco la devolvía bastante bien.
P. ¿Por eso se entiende tan bien con
Busquets?
R. En el campo y fuera, pensamos
bastante igual. Es un futbolista enorme. Vive el fútbol a tope, es serio,
centrado, profesional... Como Pedro.
P. ¿Se ve como entrenador?
R. No, no me veo como entrenador de
ningún sitio. Pero tendré que hacer algo relacionado con esto, porque tampoco
me veo lejos del campo.
P. ¿Cómo ve al club?
R. Bien. Todo depende de que entre la
pelota. El presidente ya se puede llamar Antonio o Pepito, pero si la pelota no
entra...
Autor: LUIS MARTÍN
Fuente: www.elpaís.com
No comments:
Post a Comment